Dr. Robert M. Berdahl en entrevista con El Mercurio

Chile debiera tener 4 ó 5 universidades de investigación

Entrevista al Dr. Robert M. Berdahl en El Mercurio

 

Paula Leighton y Pamela Elgueda 

Se estima que en Estados Unidos la mitad de las nuevas industrias, ideas y compañías aparecidas en las últimas dos décadas surgieron de los estudios que se hacían en las llamadas universidades de investigación (RU, por Research University).

"Si se mira a California, que es la que más conozco, todo Silicon Valley y todo el sector de la tecnología de información nacieron en (la universidad de) Stanford", asegura Robert Berdahl, quien acaba de dejar la presidencia de la Asociación de Universidades Estadounidenses (AUU) y fue canciller (rector) de la U. de California en Berkeley, además de presidente de la U. de Texas en Austin.

Berdahl, quien se ha especializado en ese tema, estuvo esta semana en Chile invitado por el doctor Jorge Allende, Premio Nacional de Ciencias Naturales (1992), y la U. de Chile, para hablar de la importancia que tiene para un país como el nuestro contar con entidades de ese tipo. "Las RU son las que están moviendo las fronteras de la comprensión y del conocimiento, así como educando a la próxima generación de investigadores".

-¿Qué porcentaje de universidades en EE.UU. son RU o consideradas como tal?

"Fui presidente de la Asociación de Universidades Estadounidenses (AAU), que agrupa a 61 RU. La membresía es votada por las otras universidades socias. Digamos que al menos 61 son reconocidas y son las más sobresalientes, pero hay más universidades en EE.UU., probablemente entre 120 a 150 que podrían ser clasificadas como RU, aunque sólo hay 35 o 40 que son de clase mundial.

-¿En Chile hay alguna RU?

"La única universidad con la que estoy familiarizado acá es con la Universidad de Chile. He conocido a algunos de sus académicos y ciertamente ésa es una RU en los términos a los que me he referido. No sé mucho sobre la U. Católica, pero creo que estas universidades tradicionales, las más destacadas, están en la categoría de RU.

-¿Y eso es suficiente para un país como Chile, que apunta a ser una nación desarrollada?

"Bueno, es difícil decir cuántas necesita un país. El estado de California tiene 35 millones de habitantes y ahí hay nueve universidades que estaban asociadas a la AUU. Seis están dentro de la Universidad de California (estatal) y tres son privadas (Stanford, Tecnológico de California y Southern California). Además, hay una que hace muy buena investigación médica y que no fue candidata a RU. Entonces, si se usa eso como parámetro de medición, Chile debiera tener cuatro o cinco.

-¿Cuál es la contribución que pueden hacer las RU en un país como Chile?

"Son muy importantes para la capacidad de una nación de estar en la avanzada del desarrollo científico y tecnológico. El estado de California tiene casi dos tercios de las compañías biotecnológicas de EE.UU. De ellas, dos tercios fueron fundadas por académicos de la Universidad de California o de Stanford. Luego, la biotecnología, la tecnología de la información, toda la industria de microelectrónica surgió de las universidades".

Robert Berdahl agrega que estas entidades también crean empleo altamente calificado, y capacitan a quienes van a desempeñarse en esos puestos. "El siglo 21 será, por lejos, el de las personas y universidades capaces de avanzar en conocimiento", agrega y pone el ejemplo de China e India, que están invirtiendo en sus universidades.

-¿Hay que privilegiar las universidades de investigación por sobre las demás?

"No toda la educación debe ser proporcionada por ellas. Puede haber un amplio rango de instituciones, pero me parece importante que gente de todos los medios económicos tenga acceso a educación de calidad. La demanda por enseñanza superior irá en aumento en Chile, y es una obligación de la sociedad proporcionar acceso a ésta.

-¿Cómo ve la dinámica entre las universidades de calidad y la educación secundaria?

"Es un aspecto muy crítico. Por mucho tiempo aquí hemos visto la educación secundaria como separada de la superior. Creo que necesitamos reconocer que ahí hay un continuo, un proceso en marcha, y que las universidades deben involucrarse en el mejoramiento de la educación secundaria.

-¿Cómo pueden hacerlo?

"En primer lugar, lo hacen educando bien a los profesores. Al menos en Estados Unidos, muchas universidades están comprometidas con los directores de las escuelas y tienen programas de extensión para los establecimientos. Mientras estuve a cargo, en la Universidad de California gastamos probablemente 100 millones de dólares al año para mejorar la calidad de las escuelas públicas, de manera que los estudiantes en condiciones desventajosas pudieran recibir educación de la más alta calidad. Creo que eso es una obligación esencial de las universidades hoy.

-¿Cómo se financian las RU y quiénes deben estar comprometidos en llevarlas adelante?

"Ese es un enorme problema, porque son caras y en Estados Unidos, en los últimos cuatro años, las universidades han sufrido en forma importante las reducciones de presupuesto. Reconozco que nuestro gobierno tiene muchas obligaciones, y que hay dificultades. Pero creo que no hay nada más importante en una sociedad que preparar a la próxima generación que heredará el mundo en el que vivimos. Creo en la inversión pública en educación superior. Es un bien público, va en beneficio del bienestar de la sociedad y de las instituciones democráticas.

-En Chile hay un debate acerca del lucro en la educación. Algunos dicen que no es ese el problema, sino la calidad de las instituciones con y sin fines de lucro.

"La calidad es el tema. Es posible tener educación de calidad y organizaciones con fines de lucro, pero con frecuencia muchas de estas instituciones tienen como principal objetivo el retorno a los accionistas. Entonces, no incurren en gastos para la planta académica, no pagan beneficios, remuneran en función de los cursos que se dictan y eso es muy poco. Su ganancia deriva de altas matrículas y un sistema de entrega de educación de bajo costo. No tengo problemas con eso, si esa educación es de alta calidad, pero creo que su énfasis no está ahí, sino en el lucro".

 El sello es la calidad

Robert Berdahl explica que es difícil determinar estándares para calificar una universidad como RU. Por ejemplo, no se puede discriminar por tamaño, agrega, porque el Instituto Tecnológico de California tiene 2 mil estudiantes y es una de las principales RU de Estados Unidos. Y las universidades de California y Michigan tienen 30 mil a 40 mil y también entran en esa categoría. "Luego, no es el tamaño, sino la calidad de la investigación a la que se dedica la planta académica", dice el investigador.

También son universidades que tienden a quedar en los primeros lugares de los rankings internacionales, aunque para él ese dato no dice mucho.