Homenaje de la Casa de Bello

Universidad de Chile revisitó la obra y el legado de Pablo Neruda a 50 años de su Premio Nobel

U. de Chile revisitó legado de Neruda a 50 años de su Premio Nobel
El 21 de octubre de 1971, Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura, el segundo chileno en recibirlo tras Gabriela Mistral.
El 21 de octubre de 1971, Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura, el segundo chileno en recibirlo tras Gabriela Mistral.
El acto conmemorativo por los 50 años del Nobel a Neruda se realizó en el Salón de Honor de la Casa Central de la U. de Chile.
El acto conmemorativo por los 50 años del Nobel a Neruda se realizó en el Salón de Honor de la Casa Central de la U. de Chile.
La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zerán.
La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zerán.
La académica y teórica feminista Kemy Oyarzún se refirió en términos críticos a la obra y figura del poeta.
La académica y teórica feminista Kemy Oyarzún se refirió en términos críticos a la obra y figura del poeta.
El presidente de la Fundación Neruda, Raúl Bulnes, relató detalles del origen de la institución.
El presidente de la Fundación Neruda, Raúl Bulnes, relató detalles del origen de la institución.
El Rector Ennio Vivaldi también fue parte de la ceremonia de homenaje.
El Rector Ennio Vivaldi también fue parte de la ceremonia de homenaje.
El poeta Raúl Zurita leyó un texto poético especialmente escrito para la ocasión: ¿Por qué hay que leer a Neruda?
El poeta Raúl Zurita leyó un texto poético especialmente escrito para la ocasión: ¿Por qué hay que leer a Neruda?
La directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, presentó la ceremonia.
La directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, presentó la ceremonia.

“Yo fui recogiendo estos libros de la cultura universal, estas caracolas de todos los océanos y esta espuma de los siete mares, se los entrego a la Universidad por deber de conciencia y para pagar, en parte mínima, lo que he recibido de mi pueblo”. Con estas palabras, en 1954, Pablo Neruda donaba parte de su importante acervo a la Universidad de Chile, materiales que hoy son resguardadas por el Archivo Central Andrés Bello. Con estas palabras también, la directora del núcleo patrimonial, Alejandra Araya, inició el acto conmemorativo que este lunes 22 recordó los 50 años del Premio Nobel de Literatura recibido por el autor de “Canto General” y exestudiante de nuestro plantel.

La actividad reunió a distintas figuras de la cultura y la academia en el Salón de Honor de la Casa Central de la U. de Chile, quienes abordaron la figura del poeta en su contexto, con sus luces y sombras, y cuya obra -en los convulsos tiempos que corren- merece la pena revisitar con altura de miras. En esa línea, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zerán, valoró no solo su obra, sino también su compromiso político en causas universales, como el rol que jugó durante la guerra civil española, en la que gestionó la llegada de más de dos mil españoles a Chile a bordo del Winnipeg. “Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie”, recordó la vicerrectora sobre los dichos del poeta en ese momento crucial.

“El poeta no es un pequeño Dios, como tampoco el hombre perfecto extraído de su tiempo, ni el mero coleccionista de objetos, ni el frívolo personaje que asoma en uno que otro film. Neruda es mucho más que todo aquello y los invitamos a redescubrirlo, a revisitarlo, a quererlo, y por qué no, también a criticarlo”, agregó Faride Zerán durante esta actividad de Noviembre Cultural, evento organizado en el contexto del aniversario N° 179 de la Casa de Bello.

En el acto de este lunes, se recordaron los innumerables aportes que hizo Neruda a la vida política y cultural del Chile predictatorial. El Rector Ennio Vivaldi relevó la figura del poeta, colectivizando su máximo reconocimiento. “Celebramos 50 años de un premio que lo ganó Pablo Neruda, se le otorgó a Neruda, pero lo recibimos todos los chilenos”, dijo. La instancia también permitió reflexionar en torno a una pregunta que hoy resuena con otros intelectuales: ¿Es posible seguir admirando una obra separada de los actos humanos de su autor?

Justamente, en los últimos años la valoración de la obra del poeta y su relevancia política se ha visto empañada entre las nuevas generaciones a raíz de la polémica suscitada por el relato de violación a una mujer cingalesa que él mismo hizo en sus memorias “Confieso que he vivido”, publicadas en 1974, y que fueron reflotadas por el actual movimiento feminista.

La académica y teórica feminista Kemy Oyarzún se refirió directamente al tema en su exposición, donde aseguró que “hace 40 años que no releía la obra entera de Neruda y estoy conmovida”. Si bien Oyarzún reconoció que en las luchas de las mujeres impulsadas por figuras como Elena Caffarena o Amanda Labarca “no veo ni a Neruda, ni a Huidobro, ni a de Rokha, ni a ningún poeta hombre de la generación del 27”, la académica detectó y valoró que en “Residencia en la tierra” -una de sus obras cumbre- el autor “se desdice del padre, pero no de la madre universal”.

“Rescato la experiencia del ‘no yo’ de Neruda porque las mujeres venimos por siglos experimentándolas. El ‘no yo’ critica la trascendencia del heroísmo patriarcal y hace una lucha encarnada con el sujeto existencialista. Rescato ese descenso al propio cuerpo, ese Neruda descentrado, sujeto atravesado por la angustia”, ese que dijo “‘sacar provecho de esta lucha utilizando todas nuestras debilidades’ Eso rescatamos las feministas”, aseguró Kemy Oyarzún.

Por su parte, el poeta y Premio Nacional Raúl Zurita leyó un texto titulado “¿Cómo hay que leer a Neruda?” y pasó a recitar un texto poético especialmente creado para la ocasión, donde comparó su obra con la de Borges y planteó que “frente a la obra de Pablo Neruda a menudo se tiene la sensación de que ella no es distinta a la sensación que podemos experimentar mirando la inmensidad del mar o las cumbres de los Andes. Poemas como Galope muerto, Walking Around o Alturas de Macchu Picchu nos hacen pensar en esas dimensiones”.

“¿Por qué entonces hay que leer, y hoy más que nunca, a Pablo Neruda?” -preguntó otra vez Zurita-. “Porque debemos apretar los dientes y persistir, cruzar la nueva noche que se nos cierne, aunque sepamos que no hay nada más aterrador que una noche instalada en el centro del día”, lanzó, aludiendo al actual contexto político en Chile y recordando el efecto que tuvo en su momento el poema “Canto general” en el despertar del pueblo. “No sabía que ese libro iba a ser la prueba de que los pueblos que a través de él lo escribieron y que allí se mencionan, debían atravesar todavía la noche general para darles a todas esas víctimas, a los oprimidos y marginados de nuestra historia la sanción póstuma de encontrar en la poesía la vida nueva que debía esperarlos”.

El regreso del poeta

Fue el 21 de noviembre de 1971 que la Academia Sueca decidió concederle a Pablo Neruda el Premio Nobel de Literatura “por una poesía que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños del continente”.

En ese entonces, Neruda oficiaba como embajador en Francia, nombrado por el Presidente Salvador Allende, luego de que el poeta bajara su propia candidatura presidencial por el Partido Comunista en favor del Socialista, y así hubiese un solo candidato de la Unidad Popular.

Este hecho fue recordado por Raúl Bulnes, presidente de la Fundación Neruda, quien valoró el gesto como la prueba del compromiso férreo que mantuvo el poeta por las luchas contra las injusticias y su empeño por defender los “valores humanistas y éticos casi olvidados por esta sociedad mercantilista de hoy”.

Además, el directivo relató cómo se originó la idea de la Fundación Neruda en los años 70, en estrecha colaboración con el escritor Volodia Teitelboim, anclada en Isla Negra y en Cantalao, Punta de Tralca, al mismo tiempo que el poeta veía su salud deteriorada. Murió sólo días después del golpe de Estado: el 23 de septiembre de 1973, hecho controversial que hace algunos años motivó la exhumación de sus restos para ser nuevamente periciados. El resultado aseguró que no habría muerto de cáncer, pero no se lograron datos concluyentes sobre la causa real de la defunción. Su cuerpo fue devuelto a su tumba en Isla Negra en 2016.

Raúl Bulnes aludió a esas última investigación diciendo “Neruda regresó de su último viaje, no el más agradable, pero quizás necesario para volver a vivir para siempre desde el mar de Isla Negra. Recordemos que nuestro poeta fue un gran viajero comprometido con las luchas y causas progresistas de la época en que le correspondió vivir, y que -a diferencia de otros creadores de este continente- siempre regresó a su país. Él mismo dijo en una ocasión que el poeta tiene dos obligaciones sagradas, partir y regresar, y que sus raíces debían cruzar el fondo del mar y sus semillas seguir el vuelo del viento para encarnarse otra vez en su tierra”, señaló.

En el acto conmemorativo, participó Roberto Rivera, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, y autoridades de la U. de Chile, como Sonia Pérez, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios; Eduardo Vera, director de Relaciones Internacionales; Roberto Neira, decano de la Facultad de Agronomía; Carmen Luz de la Maza, decana de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza; Verónica Figueroa Huencho, vicepresidenta del Senado Universitario; Enrique Manzur, vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios; y Carlos Ruiz Schneider, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

Revisa la ceremonia aquí