Discurso Medalla Rectoral al Poeta Ernesto Cardenal

Me honra representar hoy a la Universidad de Chile para distinguir a nuestro invitado, Ernesto Cardenal, un hombre comprometido con los Derechos Humanos, luchador por la libertad de su pueblo y conectado profundamente con el amor a la humanidad a través de su vocación sacerdotal. Es especialmente significativa su presencia en este Campus de las Artes, las Humanidades, las Ciencias Sociales, las Comunicaciones y las Ciencias.

Este Campus diverso, activo, que hoy busca proyectarse y preservarse con la esperanza de transformarse en un mejor espacio donde soñar, pensar y hacer un Chile distinto, recibe a Ernesto Cardenal, y con él, a Nicaragua, su patria, un hombre de su tiempo que entendió su compromiso como la obligación de trabajar para hacer realidad las enseñanzas de su Maestro, transformándose en un ser humano comprometido con su época. Con una ética fundada en el pluralismo, la diversidad, la libertad intelectual y una coherencia a toda prueba.

La Universidad de Chile saluda hoy al poeta que recibió de manos de la Presidenta Bachelet el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, distinción máxima entregada por el Gobierno de Chile a grandes literatos. Pues, con su obra, ha masificado la poesía, acercando al ciudadano común a la belleza de las letras.

Su poesía ha trascendido generaciones, incrustándose en el corazón de todo tipo de personas, desde la Academia, la que ha estudiado en profundidad sus escritos, hasta la gente sencilla, la que ha hecho suyas sus letras, su lucha y su continua búsqueda de un mayor respeto a la dignidad humana.

Nuestros niños han sabido de su entrega artística en sus textos escolares, y el mundo lo reconoce por obras que retratan los problemas de la modernidad y las transformaciones de una sociedad que abandona lo sustancial de las personas, su humanidad.

Ernesto Cardenal nos recuerda en cada poema el valor de la solidaridad, y a través de sus palabras nos da una pausa en la vorágine de la vida contemporánea, para reflexionar sobres las tragedias que pasan a diario frente a nuestros ojos, la desigualdad y el individualismo, y nos remece con la realidad que somos todos semejantes y compartimos el mismo mundo, el mismo deseo de ser felices.

Nuestra Casa de Estudios aprecia profundamente los aportes de nuestro homenajeado en todas las disciplinas y, especialmente, en aquellas que nos conducen a la reflexión y la evaluación de los pasos agigantados que queremos dar para alcanzar el desarrollo. Son las humanidades una rama del conocimiento que alimenta el espíritu y hoy nos hemos reunidos en esta ceremonia para reconocer a un gran humanista, a un gran poeta, por su aporte a los principios que esta Universidad promueve en la formación de las futuras generaciones del país.

 

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