Ceremonia de Inauguración del Taller Nacional sobre el Papel de las Universidades del Consejo de Rectores en el desarrollo de la Educación Técnica de nivel superior en el país.

Lo primero es que, ciertamente, el mundo ha cambiado, y esto ha traído, como consecuencia, un gran cambio en la situación de las universidades. Hace veinte años atrás la oferta y la demanda con respecto a las universidades era completamente diferente. Un primer aspecto es que la realidad de cobertura era muy distinta a la actual. Las universidades podíamos determinar por nosotras mismas, como instituciones, cuáles eran esencialmente las políticas formativas las que eran muchos más fundamentadas por el lado de la oferta, mientras que hoy día se vinculan mucho más al lado de la demanda.

Hoy día tenemos que mirar lo que sucede en el mundo productivo, estamos obligados a mirar lo que sucede particularmente con el mundo de la empresa y eso nos ha llevado, progresivamente, a reconocer que nosotros no estamos enfrentando el 100 % de los problemas que pretendemos abordar con la formación profesional. Es evidente que hay otras capas intermedias en la formación que necesitan ser atendidas por parte de la universidad, si es que efectivamente queremos lograr que nuestra formación tenga carácter integral. Sí, queremos además, lograr que nuestra investigación tenga efectivamente aplicación por parte del mundo productivo, porque a veces no la tiene plenamente, en la medida que cubrimos solamente la capa superior diríamos del empleo a nivel de la empresa o a nivel de los servicios, a nivel de la realidad productiva.

Pero hay todavía una segunda razón. Hoy, las universidades estamos o debemos estar en un esfuerzo por flexibilizar nuestros currículos, para tener, una aproximación distinta a la realidad formativa respecto de lo que era hace algunos años, Hoy el tema de acortar las carreras es un tema central. Debemos fijarnos más bien en los perfiles de los que queremos formar que en nuestros juicios a priori de qué es lo que debería saber un egresado de la universidad. Este es también un problema de primera línea, el tema de la interdisciplinariedad, y eso lo hemos aprendido en nuestras universidades. La formación no puede ser un sistema tubular en que los estudiantes ingresan a los 17 años a algo que no saben que es lo que es, para egresar siete años más tarde con un cartón que probablemente recién les va a informar que es lo que son.

Entonces, hemos aprendido de que tenemos que mirar el problema formativo de una manera más continúa, observando al sistema educacional como un conjunto, en el cual la universidad cumple un rol fundamental muy importante. Qué se quiera como conducta Terminal es clave, y por lo tanto, la formación media, la formación técnica, u otros tipos de formaciones que se darán en paralelo o con salidas y entradas al sistema, pasan a ser también una cuestión importante para la formación universitaria, sobretodo en esta perspectiva de tener una formación profesional más basada en competencia y más basada también en diálogos interdisciplinarios que en la exclusiva formación disciplinaria.

Por esa razón, en todas las universidades hemos abordado el tema de la formación técnica, como uno de los elementos que nos importan para justamente constituirnos como una pieza fundamental importante, pero no la única, en el sistema de formación de un sistema integrado. Por eso, me alegro mucho, y ahora lo digo como vicepresidente del Consejo de Rectores, que las universidades del Consejo de Rectores estén comprometiéndose en este problema y se estén comprometiendo, muy sinceramente, no como hace algunos años atrás, en que muchas universidades veían esto como una alternativa de buscar un financiamiento más, de poder tener más estudiantes en un centro de formación técnica, dado que eso podría traer más recursos en esta lucha a veces desesperada por tener mayor presupuesto.

Hoy día, muy sinceramente, creo que es una preocupación legítima del punto de vista académico y en este sentido comparto lo que ha mencionado también Pilar Armanet, con respecto a tener una identificación de qué rol es el que nos corresponde como universidad para poder articular mejor la formación técnico profesional con la formación universitaria, y al mismo tiempo, con la realidad laboral o la realidad del empleo, como queramos llamarlo.

Yo creo que aquí está implícito el problema de la calidad; está implícito el tema de los incentivos que ya ha sido mencionado, que tiene mucho que ver con la información que le proveemos a las familias y la información que nosotros como universidades seamos capaces de proveerle al mundo del trabajo. Yo creo que éste es un gran tema francamente, de aquí pueden salir líneas interesantes e importantes para el desempeño de las universidades en un ámbito que hasta hace poco se consideraba que no era propia de la universidad, pero que hoy tenemos que reconocer que es parte integral de lo que hacemos. Porque si queremos formar buenos ingenieros, buenos médicos, buenos economistas tenemos también que tener una buena disposición de técnicos que se integren en distintas instancias a esta formación continúa que estamos hoy día pretendiendo lograr.

De manera que yo me alegro mucho de esta reunión, he visto el programa y me parece que es tremendamente atractivo. De aquí pueden salir lineamientos importantes para que ojalá en la próxima reunión hayan más universidades del Consejo de Rectores especialmente comprometidas en desarrollar un proyecto en un área que es tan importante para el país y, naturalmente, para el desarrollo de nuestro trabajo integralmente en el mejor sentido de nuestro desarrollo de calidad. De manera que gracias por estar aquí. Por supuesto, son todos ustedes muy bienvenidos a esta universidad. Esta universidad es la casa del saber, del pensar y de la tradición intelectual del país, y esto constituye un gran desafío para todos ustedes académicos que están envueltos y comprometidos con el problema que considero de la mayor importancia para todos nosotros. Muchas gracias.

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