Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración de Ascensor de Casa Central.

Esta ceremonia iba a tener lugar creo que el 24 de mayo, pero por razones que todos conocemos no se pudo llevar a cabo, porque estábamos en un acto inconducente. Y yo quedé preocupado, ya que no es buena imagen para la institución el atrasarnos un mes en llevar a cabo un acto como éste, pero después que el Prorrector nos ha contado que en realidad estamos 134 años atrasados con la inauguración del ascensor, este retraso en la inauguración me parece una cosa absolutamente irrelevante. Uno queda preocupado entonces, de cuánto tiempo efectivamente nos va tomar sacar los nuevos estatutos de la institución. Yo creo que éste es un acto bonito, es un acto familiar, es un acto que también implica un cambio. Ahora, ese cambio puede tener esta noción positiva de la modernidad que ahora está aquí en nuestra Casa Central. También la connotación menos positiva, de que quizás nos estamos poniendo todos más viejos y hemos encontrado que el ascensor ahora reviste una prioridad que probablemente para la mayoría de nosotros antes no tenía. Pero está aquí, y yo quiero agradecerle al Prorrector que ha sido el gestor de esto, ha puesto todo su empeño en un proyecto que venía de por los menos 5 años atrás, el cual yo conocí como proyecto formal justamente para inaugurarlo a la izquierda de Bello, pero el Prorrector decidió ponerlo a la derecha de Bello y eso también es una decisión que tiene que tener una lectura directa y no confundirla con lecturas indirectas.

Creo que con esto cumplimos, ciertamente, y Gonzalo Díaz lo ha puesto muy de manifiesto. Esta institución, sobre todo, debe respetar no sólo a los minusválidos, sino que también a las personas de mayor edad. Yo tengo que hacer aquí el recuerdo de Sergio Gómez, nuestro ex director del Pregrado, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, quien me comentaba siempre lo tanto que le costaba subir esas escaleras. Él, como fumador empedernido, y con problemas cardíacos, de los cuales finalmente fue víctima. Y tantos otros, como Myriam Zemelman, que cada vez que venía acá a algún acto y tenía que subir a la Sala Domeyko era muy duro para ella y por eso me prometió que nunca más iba a votar por mí, si no había ascensor. Entonces, desde aquí a Myriam Zemelman el mensaje que podrá seguir votando por mí con todo derecho.

Damos pues por inaugurado algo que moderniza la Casa Central, que la embellece. Yo creo que se hizo un muy buen trabajo para proteger lo visual, ciertamente, y el estilo de la Casa Central. Hay que mencionar que en este acto también estamos inaugurando esa pequeña sala en el segundo piso que será la Sala Gabriela Mistral, en la cual también tendremos exhibiciones permanentes asociadas desde luego a Gabriela, pero también asociadas al arte que me parece que son espacios que tenemos que abrir, crear y proteger en nuestra Casa Central.

Hoy en la mañana se puso en nuestra página web este acto, para nuestra audiencia internacional y se le ha dado entonces a esto el nombre de Litvak elevator y en la versión británica se llamaría Litvak lift, pero Jorge, quiero agradecerte todo el empeño y el tiempo que pusiste en esto. Estas cosas significan siempre poner una cantidad apreciable de esfuerzo, pero quiero clarificar que, a diferencia de Fermín Vivaceta, Jorge Litvak no puso un peso en esto. Muchas gracias.

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