Presidenta del Colegio Médico: "El Senado es el espacio de encuentro para pensar la universidad en su totalidad"

I. Siches: El SU es el lugar para pensar la universidad en perspectiva
Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico de Chile y ex Senadora Universitaria.
Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico de Chile y ex Senadora Universitaria.

¿Cómo influyó en tu vida tu participación en un espacio tan particular como el Senado Universitario?

Fue algo nuevo. Yo venía de la dirigencia estudiantil, de los plenos de federación, de los centros de estudiantes. El Senado fue una organización un poco más senior -por decirlo así-, donde a nosotros como estudiantes nos tocó compartir con académicos y funcionarios muy connotados, premios nacionales.

Además, dentro de las discusiones vimos que el estamento estudiantil logró muchas veces acelerar o cuestionar algunos procesos que estaban muy institucionalizados. También los estudiantes fuimos entendiendo cómo funcionaba la universidad, por qué existían las grandes diferencias entre las facultades, y otras cosas de las cuales a veces sólo nos quedábamos con el titular, cuestionando a la institucionalidad sin conocer los esfuerzos que había detrás (…) Empezamos a valorar muchas cosas que se venían haciendo bien y a conocer otras estructuras universitarias.

¿Qué te motivó a postular al Senado Universitario? 

Yo estaba casi saliendo de la universidad. Había participado en algunas organizaciones, en centros de estudiantes. Pero en realidad, la idea de postular al Senado fue una invitación que se me hizo dentro de una lista.

Encontré que era un espacio interesante. No pensé que iba a terminar siendo Senadora, sin embargo, asumí al momento de ganar las elecciones. Creo que fue un espacio muy enriquecedor, tanto en este desempeño más institucional como también en la construcción de una mirada un poco más amplia -y no sólo desde mi perspectiva en la Facultad de Medicina- sobre cómo funcionaba toda la universidad.

¿Te ayudó a conocer realmente a la Universidad de Chile?

De todos maneras. En Medicina, en general, estamos muy insertos en nuestra realidad y desconocemos las grandes investigaciones que se hacen en otras áreas disciplinaria (…) El Senado permitió abrir muchos de esos espacios y también comenzar a hacer parte de esta defensa institucional, demostrando que no todo era burocracia y lentitud, que es la mirada que uno puede tener como estudiante.

¿De qué forma incidió tu paso por el Senado Universitario en tu carrera profesional y política?

Una de las primeras cosas fue que tuve que definir en séptimo año de Medicina cuál iba a ser mi futuro profesional. Yo había pensado ser médico general de zona, pero para continuar siendo Senadora tenía que seguir siendo estudiante. Después de varias vueltas tomé la determinación de estudiar una especialidad en la U. de Chile. Realicé mi segundo año de Senadora como residente de medicina interna, que fue otro desafío profesional y personal que enfrenté para poder seguir allí. 

Fue justamente después de ese año cuando me di cuenta que era un espacio muy enriquecedor. No sé si habré aportado mucho a la Universidad, pero a mí como profesional y como estudiante -en ese momento- me permitió conocer otro tipo de organización, mucho más seria que en las que había participado con anterioridad.

¿Qué aspectos del Senado Universitario destacarías respecto a su aporte a la Universidad?

Una de las acciones que considero más relevante es que -más allá del estatus administrativo que puedan tener los rectores o las directivas de turno- el Senado se configura como un espacio de encuentro para ir pensando en perspectiva la universidad e ir haciendo las modificaciones que requieran de una mirada lo suficientemente amplia para aplicarse a la universidad. Esto, entendiendo que no todas las facultades son iguales, ya que tienen potencialidades muy diversas.

Eso creo que es una de las figuras más relevantes en su rol. Además, a mí me tocó participar en un momento en el que el Senado era visto como un espacio de articulación. Cada vez que habían conflictos estudiantiles el Senado era un elemento de encuentro entre las autoridades administrativas universitarias y las movilizaciones de estudiantes, funcionarios o de los propios docentes. También permitía viabilizar o hacer eco de demandas que existían en cualquiera de estos tres estamentos y hacerlas llegar con mucha más propiedad a quien dirigía la universidad.

Particularmente, nos tocó vivir también la movilización de 2011. Ahí por primera vez vimos al Senado marchar en su plenitud, sumándose al igual que muchos decanos a las marchas del movimiento estudiantil. También pudimos compartir con algunos de los dirigentes que posteriormente fueron parlamentarios, representando indirectamente lo que ha sido el rol de la universidad.

En cuanto al proceso de implementación de una figura como la del Senado Universitario en el resto de universidades estatales, ¿cuál es la importancia del órgano triestamental de la U. de Chile?

Yo creo que una de las cosas fundamentales es poder aprender del camino recorrido. La universidad tuvo que crear esta figura y empezar a validarla, tanto internamente como con el resto de la estructura, y darle funciones muy claras. Creo que las universidades pueden mirar al Senado Universitario de la U. de Chile para aprender de los errores y de los aciertos.

Una de las cosas a considerar para el resto de universidades estatales es la necesidad de implementar la figura de un senado con la relevancia que debe tener. No puede ser un adorno dentro de la estructura y funcionamiento universitario. También hay que saber que el senado jamás va a tener un rol ejecutivo dentro de la administración universitaria, ya que intenta ser un parlamento en este tipo de instituciones. No es una burocracia, sino que un elemento que otorga perspectiva, y a lo que deben aspirar todas las universidades, a repensarse día a día.

¿Cómo ha sido la experiencia de ser la primera mujer en presidir el Colegio Médico (Colmed)?

Ha sido todo un desafío. Esta es una organización que ya lleva 70 años y está muy apegada a la cultura médica, la que suele ser muy jerárquica, muy masculina, muy machista, y a veces anquilosada en sus prácticas. Yo tengo un equipo que me ha apoyado en este desarrollo, y ha sido interesante.

Creo que el Senado me permitió tener algún grado de pausa en mi rol dirigencial, para poder entender que las cosas no se cambian de un día para otro y que hay que ser lo suficientemente astuto o hábil políticamente para ir convenciendo a las personas de que aquellos cambios son necesarios.

Como mujer feminista ha sido un desafío, pero creo que hemos ido creando instancias y espacios que han sembrado en los médicos y en las médicas la percepción de que efectivamente teníamos violencia de género dentro de la profesión y que a veces la ejercemos con los pacientes. Además, hemos sembrado la idea de que los médicos y las médicas tenemos que tener una figura feminista, porque todos tenemos que luchar contra esa violencia de género que tiene impacto en la salud de nuestros pacientes y que afecta también a nuestras colegas que se desarrollan día a día en las universidades y en los centros de formación, como también en los hospitales y en la clínicas.

¿De qué forma has aplicado el aprendizaje que obtuviste en la política universitaria al interior del Colmed? 

Desde que uno es dirigente estudiantil y le toca lidiar con los decanos y jefes de carreras empieza a generar habilidades de negociación y a aprender a desenvolverse en algunos aspectos. También uno se va dando cuenta de a poco que no es imposible hacer aportes en estos espacios, y que la perspectiva de alguien que quizás no tiene experiencia también es un aporte a esas instituciones.