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La pasión del hincha analizada desde la historia, la política y la sociología

La pasión del hincha desde la historia, la política y la sociología
De izq. a der: Juan Pablo Meneses, Rodrigo Figueroa y Esteban Abarzúa.
De izq. a der: Juan Pablo Meneses, Rodrigo Figueroa y Esteban Abarzúa.
El auditorio se colmó de hinchas hombres y mujeres.
El auditorio se colmó de hinchas hombres y mujeres.
Juan Pablo Meneses exponiendo sobre la otra cara del fútbol.
Juan Pablo Meneses exponiendo sobre la otra cara del fútbol.

A menos de diez días del Mundial de Fútbol 2014 que tendrá lugar en Brasil, lo que sobra por estos momentos es la pasión del hincha. Hay quienes han ahorrado, esperado y viajado por tierra jornadas completas para estar presentes en un momento que para algunos será único en sus vidas. ¿Qué explica este fenómeno que despierta devoción y sacrificios? (entre otras cosas).

Desde una mirada sociológica, el coordinador del Núcleo de Estudios Sociales del Deporte, Rodrigo Figueroa, introdujo la charla con la siguiente reflexión: “El fútbol es un plano en el que las emotividades se expresan en un 100% y la pregunta fundamental que nos hemos hecho todos estos meses a partir de esta relación es cómo se produce, cómo se construye en sociedad, cómo la emocionalidad en torno al fútbol determina los comportamientos individuales pero, a la vez, cómo se expresa una cierta forma societaria, formas que están más allá de los individuos y que permiten conectarlos con la sociedad. El fútbol es parte de una práctica que permite justamente expresar la emotividad, los sueños, las pasiones, las expresiones políticas y económicas, llegando a ser un espejo de la sociedad”.

Tras la proyección de una de las escenas de la película argentina El secreto de sus ojos, en la que su director graficó con gran maestría de qué se trata el sentimiento de un hincha por su equipo, los periodistas y escritores Juan Pablo Meneses y Esteban Abarzúa también trataron de analizarlo empírica y teóricamente.

Ser hincha

El periodista Esteban Abarzúa, columnista del diario Las Ultimas Noticias, donde ha escrito por más de 10 años la columna Pelota Muerta. Es autor de varios libros, el último: Soy del Colo. En él explica cómo surgió su pasión como hincha por este equipo de fútbol: Cuando chico, y después de entender lo que significaba, mi amor fue Colo-Colo. Después vino una primera novia, se fue y Colo-Colo estaba ahí. Hubo etapas posteriores, claro, me casé y tuve hijos y afectos que no se doblan, pero Colo-Colo sigue ahí, donde lo dejé la noche antes de irme a dormir, entre las tres cosas que un creyente jamás debería negar: Dios, su familia y su equipo de Fútbol. Lo demás es paisaje o eso que decía Francisco Huaiquipán de lo que está en segundo plano: arroz graneado.

Para ampliar, en el conversatorio citó una frase de Galeano: Hay intelectuales que niegan los sentimientos que no son capaces de experimentar ni, en consecuencia, de compartir. Sólo podrían referirse al fútbol con una mueca de mal gusto, asco o indignación. Al respecto, consideró que ya es hora de dejar de lado aquella sensación de menosprecio que el fútbol revirtió por sí mismo y no a través de los intelectuales. “Y ocurrió, a pesar de todas las abstracciones, durante los partidos de fútbol, en la cancha y en el tablón. Para mí los partidos de fútbol se han jugado siempre en la cabeza de todos aquellos que son capaces de recordar”.

Y continuó: “Hinchar por un equipo es emocionarse, entregarse alegremente a esa sujeción infantil del alma que llamamos fútbol. Emocionarse por el fútbol no es pensar, pero tiene relato y correlato. A partir de allí podemos elaborar una especie de pensamiento futbolístico que algunos quisieran llamar filosofía del fútbol, ética del fútbol o quizás estética del fútbol, pero yo me conformo con su componente narrativo que lo rescata como literatura. La emoción se desarrolla multilateralmente en cada jugada. Si lo miramos como un hecho psicológico, en un equipo de 11 jugadores, los partidos tienen una duración real de 990 minutos, pero cuando el fútbol se traslada al tablón, esa dimensión temporal se puede trasladar hasta el infinito”.

“El hincha –para rescatar una más de las frases que vale la pena ampliar en el audio adjunto- en todo momento se entrega al fútbol desde su biografía. Sus emociones pueden ser representadas por un estilo de juego, la historia reciente de su equipo e incluso una simple jugada que no todos son capaces de recordar. El apego al fútbol y su consecuente popularidad tiene su explicación en esta relación que sólo el hincha de fútbol es capaz de establecer. En el fondo, hablamos de relaciones compartidas que nos remiten a un sentido de pertenencia que, a su vez, construye identidad”.

El lado oscuro del fútbol

El discurso siguiente fue el de un hincha de Universidad de Chile, Juan Pablo Meneses. Este periodista y escritor se internó en el mundo del negocio del fútbol para investigar sobre los niños que son comercializados desde muy temprana edad para entrar al mundo de fútbol profesional.

Desde este lugar, hizo un recorrido por sus experiencias profesionales: “Cuando volví a Chile sentí que el fútbol estaba mutando y fue cuando decidí empezar a escribir Niños futbolistas. Si bien recorro Latinoamérica para comprar un niño futbolista que se pueda llevar a Europa, también lo hago para comprender cómo ha cambiado el fútbol de hoy. En este sentido, siento que estamos viviendo una suerte de post-fútbol, que es mucho menos romántico y tiene mucho más de industria del consumo. Es una especie de capitalismo del milagro”.

Este mundo -sostiene- ha modificado la percepción del hincha de este deporte: “Cuando yo decía que estaba buscando a un niño para comprar y llevarlo a Europa nadie me decía ‘Cómo se te ocurre comprar un niño y alejarlo de la familia’. Al contrario, me pedían que los dejara participar del negocio. Eso también cambia la relación de los hinchas, sobre todo latinoamericanos, con el fútbol. En México, en Perú, en Chile, les preguntaba a los niños que eventualmente eran comprables a dónde les gustaría jugar y todos me decían que en el Barcelona o en el Real Madrid. En Argentina, algunos me decían en Boca, pero las divisiones inferiores de Boca son del Barcelona. También les pregunté qué esperaban del fútbol. Recuerdo que cuando se lo preguntaron a Maradona contestó: ‘Espero ser campeón del mundo’. En cambio me contestaban: ‘Espero comprarle una peluquería a mi mamá’, ‘Espero comprarle una carnicería a mi abuelo’, ‘Espero comprarle un taxi a mi papá’”.

Meneses marcó las diferencias entre el fútbol que vivieron sus padres y el que viven las nuevas generaciones, señalando que antes el fútbol se veía y se vivía como un deporte y no como una salida económica. “Esto termina cambiando la actividad de la cual somos hincha. Así como está cambiando el fútbol también está cambiando el hincha. Hay una actitud más consumista del hincha, consumidor de este post-fútbol donde lo que importan son los números”.

Para Menseses ser hincha es: “Seguir a la U es seguir al equipo aunque pierda, aunque lleve 25 años sin título o esté en segunda división, es apoyar después de perder por 4 goles o estar seguro de que se puede cambiar un resultado totalmente en contra. Es confiar en las hazañas, porfiar, ser fiel aunque las evidencias digan lo contrario (…). Es seguir al equipo aunque gane”. En los años que vivió en Barcelona y luego en Argentina, buscó seguir a un equipo que le hiciera sentir lo mismo, pero no lo encontró.

A muchos les hará sentido y se verán identificados. Tal vez por eso el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales se colmó de hinchas hombres y mujeres, que no sólo compartieron el sentir sino también la curiosidad, el análisis y las risas cómplices que despertaron los comentarios de los panelistas.

Desde el Núcleo de Estudios Sociales del Deporte, se invita a quienes quieran participar de las reuniones mensuales que realizan en FACSO. 

Contacto: estudiosdeldeporte@facso.cl.