Actividad fue realizada por académicos y egresados de psicología el pasado 15 de junio:

Comunidad universitaria entregó apoyo a víctimas de Valparaíso

Comunidad universitaria entregó apoyo a víctimas de Valparaíso
La actividad se desarrolló el pasado 15 de junio en el Centro Cultural Trafón de Valparaiso.
La actividad se desarrolló el pasado 15 de junio en el Centro Cultural Trafón de Valparaiso.
El encuentro incluyó un taller de contención emocional a través de terapias del arte para voluntarios y líderes comunitarios.
El encuentro incluyó un taller de contención emocional a través de terapias del arte para voluntarios y líderes comunitarios.
Los voluntarios de la U. de Chile continuarán haciendo intervenciones diagnósticas, talleres y fortalecimientos en la comunidad de Valparaiso.
Los voluntarios de la U. de Chile continuarán haciendo intervenciones diagnósticas, talleres y fortalecimientos en la comunidad de Valparaiso.
En paralelo a los talleres de apoyo emocional, miembros de la BRICE trabajaron en terreno, donde realizaron un diagnóstico de la situación material de la comunidad.
En paralelo a los talleres de apoyo emocional, miembros de la BRICE trabajaron en terreno, donde realizaron un diagnóstico de la situación material de la comunidad.

La actividad contó con la participación Adriana Espinoza, investigadora asociada al Núcleo Milenio Centro de Investigación en Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales (CIVDES) y académica del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, junto a miembros de Brigada de Contención Emocional (BRICE), la Fundación Proyecta Memoria, además de psicólogos egresados la Universidad de Chile.

El encuentro incluyó un taller de contención emocional a través de terapias del arte para voluntarios y líderes comunitarios que continúan trabajando en los cerros de Valparaíso, además de un taller de primeros auxilios para los propios voluntarios de la Universidad de Chile que asistieron. Paralelamente los integrantes de la BRICE desarrollaron un trabajo diagnóstico en el Cerro Las Cañas sobre las condiciones materiales  de los habitantes luego de la situación de emergencia.

El apoyo psicológico

Adriana Espinoza explicó que el taller de contención emocional impartido a los líderes y voluntarios comunitarios, les permitió “contar sus historias personales y recibir apoyo psicológico al respecto, puesto que la carga emocional a las que están sometidos es fuertísima”. Así, los más de veinte asistentes al taller se agruparon en equipos, donde trabajaron con imaginería y collages para dar cuenta de los puntos en común y las diferencias en cuanto a las experiencias generadas posterior al incendio del 12 de abril.

Respecto de la evaluación de la jornada, la académica de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO), indicó que fue altamente positiva, pues los asistentes valoraron la iniciativa.  “Había mucha rabia, mucha pena. Pasan de la rabia, a la pena, a la frustración y a la impotencia y más que nada una rabia contra el Estado, por las condiciones en que está la gente. Uno de los temas más recurrentes en ellos era lo indigno de las mediaguas que han repartido, de cómo la gente vive en situaciones tan precarias”, señaló.

Diagnóstico de la situación material

En paralelo a los talleres de apoyo emocional, miembros de la BRICE trabajaron en terreno, donde realizaron un diagnóstico de la situación material de la comunidad, además de identificar aspectos en el ámbito psicosocial y de emergencia, orientados a describir cómo han cambiado las relaciones sociales y los impactos emocionales en la salud mental de niños, mujeres, hombres y adultos mayores. Lo anterior, con el fin de que la información pueda generar una retroalimentación para los talleres de contención emocional.

Entre los principales hallazgos obtenidos se encuentra que  los vecinos del cerro Las Cañas han recibido mediaguas de diversas instituciones, sin embargo, son deficitarias, pues presentan filtraciones de agua y humedad, además de ser muy pequeñas, generando hacinamiento. Junto a ello, algunas no poseen baños y las que lo poseen no cuentan con alcantarillado. Esto lleva a que deban usar los baños químicos que son compartidos por un gran número de familias.

Respecto a los servicios, se tiene que se han instalado consultorios de emergencia liderados por grupos voluntarios de apoyo. La ayuda municipal es casi nula, pues  sólo se tiene registro de una visita, y su mayor aporte está en los retenes de Carabineros donde se entrega ropa y alimentos. En general, se observa también que las familias viven en constantes riesgos, por ejemplo riegos de nuevos incendios por las instalaciones eléctricas precarias;  riesgos sanitarios, ante enfermedades respiratorias por humedad en sus hogares u enfermedades infecciosas transmitidas por la basura y la falta de baños y alcantarillados. Finalmente, se presentan los riesgos en salud mental, esto porque  muchas familias viven angustia, tanto por la separación de las familias, como por las desventajadas condiciones espaciales donde tienen que subsistir.

La académica e investigadora asociada al CIVDES enfatizó que con la realización de este diagnóstico “se develó un mundo distinto: los aspectos psicosociales, las relaciones familiares, los niveles de hacinamiento, la precariedad de la vida de las personas. Lograron tener información acerca del estado psicológico de los niños que sufren constantes pesadillas nocturnas relacionadas con el incendio; las mujeres con una tremenda carga porque están viviendo en condiciones bien precarias; los  hombres mucho más estoicos y  los adultos mayores con mucha desesperanza, con una sensación de perder todos los recuerdos, cuestionándose todo. Un tremendo impacto emocional” lamenta.

Finalmente, en el Centro Comunitario Las Cañas, miembros de la BRICE llevaron  a cabo un taller de primeros auxilios para los voluntarios de la Universidad de Chile, con el fin de fortalecer  a los voluntarios y de profundizar redes para continuar el trabajo en conjunto. Entre los temas tratados estuvieron la prevención de enfermedades, de riesgos en el trabajo en terreno, y primeros auxilios básicos en el tratamiento de heridas, hemorragias, quemaduras e hipotermia.

Desafío a futuro

Concluido este primer encuentro, Adriana Espinoza aseveró que continuarán con las intervenciones psicosociales, y explicó que “se abre un tremendo desafío porque son personas que están mucho más afectadas de lo que nosotros nos imaginábamos. Anticipo que muchos de ellos estén con un trastorno de estrés postraumático. Vamos a seguir haciendo intervenciones diagnósticas, talleres y fortalecimientos. Además trabajaremos metodológicamente las nuevas intervenciones, por ejemplo, para el trabajo con niños”.

Respecto de la evaluación de todo el trabajo desarrollado el 15 de junio, la académica Adriana Espinoza, que se desempeña como Directora Técnica de la BRICE, recalca que fue muy positiva. En sus palabras: “se ha logrado convocar mucho interés de parte de alumnos, de la universidad, tenemos un equipo de 30 personas, lo que  es súper positivo porque vamos a necesitar mucha gente para el trabajo que tenemos que hacer”. Y agrega que “el desafío va a ser desarrollar estrategias completamente distintas a las que habíamos desarrollado por ejemplo para Chaitén, porque esta es una realidad muchísimo más compleja. El gran tema es que este es un proceso de reconstrucción en emergencia, porque aquí no ha  pasado la emergencia aún”.