El libro "Biodiversidad Terrestre de la Región de Arica y Parinacota", fue presentado el 11 de diciembre de 2014 en la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza. La importancia que reviste esta publicación fue destacada por autoridades en los dos eventos de presentación del libro. El primero, realizado en la región nortina que contó con el Ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, y el segundo efectuado en Santiago con la participación del Rector de la Universidad de Chile, Dr. Ennio Vivaldi.
La publicación es parte del proyecto “Diagnóstico Levantamiento de la Biodiversidad de la Región de Arica y Parinacota”, una iniciativa de la Secretaría Regional Ministerial del Medio Ambiente, financiado por el Gobierno Regional e implemntada por la U. de Chile. Los productos fueron una base de datos especializada de flora y fauna dirigida a uso científico y técnico; la información georeferenciada, un CD intercativo y un libro de difusión.
El Profesor Cristián Estades estuvo a cargo del equipo que realizó la labor diagnóstica en el área de la fauna. Junto a un equipo d eprofesionales, académicos y estduiantes, recorrienron la zona, sistematizaron la información y participaron en la edición del libro. En este marco, junto a los académicos Jaime Hernández, Luis Faúndez y Taryn Fuentes elaboraron el último capítulo del libro que plantea Desafíos y Oportunidades de la Región. Sobre este tema conversamos con el especialista.
¿Cuáles son los principales desafíos de la Región de Arica Parinacota en términos de conservación?
Por la una gran superficie de terreno desértico que tiene esta región, la vida está muy concentrada en pocos lugares, lo que hace que existe una alta coincidencia entre donde existen las especies y donde están los intereses humanos, lo que genera muchos conflictos potenciales. Por ejemplo por el uso del agua; normalmente una laguna que es muy valiosa para muchos animales también lo es para la minera porque es el único lugar donde puede sacar agua en muchos kilómetros a la redonda. Por lo tanto, esta región es un sitio fértil de producción de conflictos ambientales.
¿Qué puede hacer la Región en este contexto?
Esto genera un escenario complejo y es una región que debería estar preparada para ello. Lamentablemente esta región no está preparada, como probablemente no lo están el resto de las regiones del país. En Chile tenemos una política hacia la conservación que tiene una estructura muy legalista, que si cometes un daño hay que pagar, compensar, pagar una multa. Pero cuando ese daño se ha generado no basta con pagar o compensar económicamente sino que a veces tienes situaciones que no son reversibles y el Estado de Chile no tiene las condiciones ni la infraestructura organizacional como para enfrentar estas situaciones.
¿En términos específicos, que conflictos son los más inminentes?
En particular el uso del agua, es uno de los conflictos fundamentales. Por otra parte, los valles del norte de Chile, por ser una zona de influencia tropical, tienen una gran cantidad de plagas agrícolas por lo que hay una gran cantidad de uso de pesticidas. Muchos agricultores aplican de forma indiscriminada los pesticidas y hay una carga tóxica que no se ha evaluado suficientemente.
Existe el problema de que el avance de la agricultura, aparte de los pesticidas, va destruyendo el hábitat de muchas especies amenazadas. También la introducción de especies invasoras, sobre todo en humedales, como lo es la presencia de truchas, peces que la gente introduce para pescar y eliminan muchas especies nativas.
¿Las políticas de conservación actuales pueden mitigar este problema?
Es un problema no sólo es de la región sino de Chile, porque dice relación con la capacidad del Estado, de la sociedad respecto de controlar lo que hace la gente en sus terrenos privados y esa capacidad es muy escasa. Por lo tanto la conservación se restringe a áreas protegidas y lo que queda fuera queda desprotegido. La mayor parte de la diversidad está fuera de estas áreas particularmente en la región de Arica Parinacota. Por ejemplo, en la zona de los valles hacia abajo no hay áreas protegidas y es muy difícil decirle a un agricultor que no aplique un pesticida porque al estar permitido por la ley tiene derecho a aplicarlo. Sin embargo ese pesticida termina matando a los insectos, aves, etc.
Hay una incapacidad de gestionar lo que ocurre fuera de las áreas protegidas. No sé si el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que se va crear va a poder resolver eso, porque está dado en algunos aspectos fundamentales por el derecho a propiedad que tiene mucha garantía en Chile.