Revista Nº14 "Arte en la Chile":

Festival Internacional de Música Contemporánea: Una invitación a escuchar sin prejuicios

Festival de Música Contemporánea: Invitación a escuchar sin prejuicios
XIV Festival Internacional de Música Contemporánea 2014.
XIV Festival Internacional de Música Contemporánea 2014.
XIV Festival Internacional de Música Contemporánea 2014.
XIV Festival Internacional de Música Contemporánea 2014.

Heredero de una larga tradición musical de la Universidad de Chile, el Festival Internacional de Música Contemporánea (FIMC), que organiza el Departamento de Música y Sonología (DMUS), llega a su décimo quinta versión con la presencia de 36 autores de once países, que mostrarán la diversidad de la creación actual y algunos de los nombres esenciales del siglo XX.

Este año el Festival se desarrollará entre el 12 y el 15 de enero en la Sala Isidora Zegers y el 16 en el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC), donde tendrá lugar un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de Chile, bajo la dirección de Francisco Rettig.

En los primeros días se escucharán 28 obras elegidas por el Comité Seleccionador y cuatro de compositores invitados por el DMUS, mientras que en el concierto sinfónico la Orquesta seleccionó dos obras de autores fundamentales del siglo pasado e interpretarán además dos creaciones de jóvenes autores.

Eduardo Cáceres, director ejecutivo del Festival, tiene la certeza de que nuevamente se cumplirán los lineamientos que han permitido el desarrollo exitoso de estos quince años. “Siempre nos ha interesado que haya una cantidad importante de creadores nacionales, esta vez serán 14 de las 32 obras de cámara. También que dentro de los autores extranjeros haya muchos latinoamericanos y nombres esenciales de la música mundial, dentro de una diversidad generacional y estilística”, comenta.

Dentro de los creadores que forman parte de la edición 2015 del encuentro resaltan grandes íconos como John Cage, Leo Brower y Giacinto Scelsi, además de otros a los que Cáceres pide poner atención. “Rodrigo Zigal es un mexicano dedicado a la música electrónica, tiene uno de los centros especializados más importantes del mundo. Jacob T.V. es un holandés que está causando sensación en Europa. Gerardo Gandini fue un gran compositor argentino y el propio Scelsi es un caso interesante, en su momento era tan vanguardista que parecía ser alguien retro, pero fue redescubierto muchos años después”.

De los autores nacionales destacan Fernando García, Juan Orrego Salas y Hernán Ramírez Ávila, entre los de mayor trayectoria. También resalta la presencia de León Schidlovsky, el más reciente Premio Nacional de Artes Musicales, de quien se ejecutará por primera vez una obra en este Festival, a diferencia de las once piezas suyas que se estrenaron en los Festivales de Música Chilena. “Ha hecho su carrera mayoritariamente en Israel, lo que ha provocado que esté un poco distante, pero esta vez Sofía Asunción Claro postuló una pieza suya”, agrega Cáceres.

Como en los últimos tres años, el Festival nuevamente tendrá su cierre en el CEAC de la Universidad de Chile. “Lo logramos después de mucho batallar. Mostraremos nuevamente dos obras chilenas seleccionadas por concurso (El sonido de una noche, de Sebastián Molina y Leyendas de los bosques, de Ignacio Salvo) y otras obras de referencia que son elegidas por la Orquesta Sinfónica”, dice. Para Cáceres lo más importante de estas jornadas es que “la Orquesta ha tomado el desafío con mucho entusiasmo, pero además, y esto lo ha dicho el propio Ernesto Ottone (director del CEAC), que el día del año en que el teatro está más repleto es para la clausura del Festival. La primera vez hubo gente que llegó dos horas antes del inicio, parecía que fueran a tocar Los Beatles. Se quedaron 150 personas afuera”, agrega.

En cinco días los interesados podrán conocer obras nuevas y clásicas de las más recientes corrientes creativas de la música en todo el mundo. Eduardo Cáceres extiende la invitación “a que no vengan a tratar de entender nada, sino a disfrutar. Cuando alguien oye la Quinta Sinfonía de Beethoven no intenta desglosarla, se disfruta o no, tal como pasa con los Beatles, Bjork o Violeta Parra; no hay que entender ni ser iniciado. Ese es el daño que le ha hecho el arte conceptual a la música, la idea de que hay que conocer un concepto para disfrutar sensaciones, algo que entra por el oído. Vengan a escuchar sin prejuicios”.

Rettig toma la batuta

Para el concierto de clausura del 16 de enero, la Orquesta Sinfónica de Chile será dirigida por el maestro Francisco Rettig, permanente colaborador con las actividades del DMUS.

El director del Departamento de Música y Sonología, profesor Fernando Carrasco, comenta que “el maestro Rettig es un amigo de la Universidad de Chile y especialmente de nuestro Departamento, con el que siempre ha tenido la mejor voluntad y el mayor compromiso. Para nosotros es un honor que vuelva a colaborar en este concierto sinfónico, más si se trata de presentar las obras de dos de nuestros estudiantes, quienes tienen un alto concepto de sus capacidades profesionales, que ha llevado el nombre de Chile por Latinoamérica y el resto del mundo”.

El destacado director de orquesta, actualmente titular de la Orquesta Sinfónica de Medellín, ya cumplió este mismo rol en 2013 (dirigiendo obras de Fernando García y Cirilo Vila, entre otros), y además en 2014 tuvo la importante tarea de ser el director invitado para el segundo ciclo de presentaciones de la Orquesta Sinfónica Estudiantil, que terminó con un exitoso concierto el 28 de agosto en el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, en el que se interpretaron creaciones de Juan Orrego Salas, Enrique Soro y Johannes Brahms. “Fue un gran aporte en lo docente y dirigió obras de gran complejidad con un excelente resultado”, agrega Carrasco.

Un largo camino recorrido

El Festival Internacional de Música Contemporánea se considera un descendiente directo de los Festivales de Música Chilena, que realizó la Universidad de Chile desde 1948 hasta 1969. Luego de dos vanos intentos por revivirlo, en 1979 y 1998, en 2001 se decidió crear este nuevo Festival no competitivo (a diferencia de los Festivales de Música Chilena), que tuvo una primera versión a mediados de ese año y que le daba tanta importancia a las presentaciones musicales como a conferencias y clínicas de destacados compositores. Todo eso cambió con el tiempo, porque “vimos que era complicado armar algo así en el invierno, porque todo el mundo tenía la cabeza en otra cosa. Igualmente hicimos clínicas y conferencias y no dieron resultado porque, posteriormente, en enero, con 33 grados de calor, nadie quiere venir a encerrarse más que a escuchar música y los alumnos no quieren sentirse más en clases. Siempre alguien quiere retomar eso y le digo ‘claro, buena idea, pero organízalo tú’, porque definitivamente no funciona", dice Cáceres.