“Años atrás los jóvenes aún nos veían como ‘cortapalos’, hoy está claro -por todo el trabajo que hemos realizado- que el quehacer de los ingenieros forestales está vinculado fuertemente a la conservación de la naturaleza, a la reparación de los ecosistemas dañados, a los estudios de impacto ambiental, entre muchas otras actividades, eso ha redundado en un mayor interés hacia la carrera”, señala el Profesor Alejandro Bozo, Director de Escuela de Pregrado de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza.
Con un cupo de 50 vacantes, fueron seleccionados 81 estudiantes, de los cuales 77 ya se encuentran matriculados. Las cifras aún pueden variar pero indudablemente son cifras alentadoras en una carrera que en los últimos años veía decrecer su matrícula.
Según diversos académicos aún pesaba la visión de ingenieros dedicados exclusivamente a la industria forestal, sin embargo el quehacer de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza abarca fundamentalmente el tema de la conservación de los ecosistemas.
Especialistas en suelo, bosque nativo, recursos hídricos, gestión medioambiental, cambio climático son parte de los temas que se abordan en la malla curricular y las investigaciones de los académicos de una Facultad que ha sabido actualizarse y hacer frente a las temáticas contemporáneas.
Alejandro Bozo, plantea que el alza también puede explicarse por los cambios en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) particularmente por la eliminación del descuento por pregunta errónea. En años anteriores, muchos de los jóvenes quedaron fuera de la carrera por haber obtenido cerca de los 590 puntos, no alcanzando los 600 puntos que exige la Universidad de Chile. Hoy con la nueva modalidad de la PSU esa brecha podría haber disminuido e haber impactado en la matrícula 2015.
Sin embargo, se debe reconocer señala el Director de Escuela de Pregrado que la labor realizada por los equipos de la Dirección de Extensión en la difusión de la carrera en estos últimos años, ha sido un factor clave.
Durante el año 2014 se visitaron más de 70 colegios en los que se realizaron charlas explicativas del quehacer del ingeniero forestal. Los propios alumnos de la carrera son los principales promotores de una formación enfocada a la naturaleza.
Un aspecto relevante para los jóvenes de hoy, es que la carrera tiene un fuerte componente práctico, de terreno. “Es una carrera donde se viaja mucho, porque requiere un contacto directo con la naturaleza”, señala Alejandro Bozo. A modo de ejemplo, la primera semana de clases consiste en una salida a una Estación Experimental ubicada en la Región del Maule, donde los estudiantes tendrán un contacto directo con la naturaleza y el quehacer del ingeniero forestal.
Por último, el Profesor Alejandro Bozo, destacó que la mayoría de los estudiantes que optaron por la carrera de ingenería forestal lo hicieron como primera opción. Situación que refleja un interés específico hacia esta formación y el elegir estudiar en una Facultad de prestigio con capacidad de inoovación.