Relación data desde 1976

Reconocen 39 años de protección patrimonial de la U. de Chile en Chiloé

Reconocen 39 años de labor patrimonial de la U. de Chile en Chiloé
La Decana Marcela Pizzi encabezó la delegación de la FAU que recibió de la delegación de Chiloé del Colegio de Arquitectos.
La Decana Marcela Pizzi encabezó la delegación de la FAU que recibió de la delegación de Chiloé del Colegio de Arquitectos.
Desde 1976 la Facultad de Arquitectura y Urbanismo mantiene un trabajo continuo con las comunidades de Chiloé en diferentes materias.
Desde 1976 la Facultad de Arquitectura y Urbanismo mantiene un trabajo continuo con las comunidades de Chiloé en diferentes materias.
El reconocimiento "Ensamble" fue recibido por la delegación de la FAU en la localidad de Aldachildo, Chiloé.
El reconocimiento "Ensamble" fue recibido por la delegación de la FAU en la localidad de Aldachildo, Chiloé.

El sábado 18 de abril una delegación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, integrada por la Decana Marcela Pizzi, los académicos Patricio Basáez, Constatino Mawromatis y Luis Goldsack, además de ayudantes y estudiantes recibieron en la localidad de Aldachildo, Chiloé, el reconocimiento “Ensamble”.

En la ocasión, la Decana Pizzi dio un discurso en el cual rescató la significación histórica de Chiloé, los orígenes del Programa Chiloé y la importancia de los lazos con las comunidades locales para el cuidado del patrimonio y el desarrollo arquitectónico.

Recordando los orígenes del trabajo de la Facultad en Chiloé, aseguró que se buscó “poner en valor y proteger el particular y valioso patrimonio cultural del archipiélago, particularmente en lo referido a la tradición constructiva de la madera”.

Además, resaltó diferentes aportes que se han realizado a través de proyectos de mejoramiento del espacio público, levantamientos arquitectónicos urbanos e históricos, estudios técnico-constructivos y sociales, entre otras.

Posteriormente, la académica expresó que “es un honor que luego de casi 40 años de trabajo en el rescate de la identidad y el patrimonio, se logre este reconocimiento para la Universidad. Es un galardón muy importante porque viene de la misma comunidad, no exclusivamente de un público docto o académico”.

Jorge Espinoza, presidente de la Delegación Chiloé del Colegio de Arquitectos de Chile destacó que el premio Ensamble es un reconocimiento a personas o instituciones destacadas en aportes a la arquitectura y urbanismo del archipiélago de Chiloé. 

De esa manera, Espinoza aseguró que en esta oportunidad buscaron destacar "el trabajo sistemático y sostenido en el tiempo que ha realizado la FAU con el "Taller Chiloé", aportando al desarrollo de la arquitectura, el urbanismo, y la preservación del patrimonio arquitectónico en la zona".

Otro aspecto relevado por Jorge Espinoza fue que "los estudiantes siempre han tenido una relación muy estrecha con las comunidades locales, que hizo que la ceremonia de premiación se llenara de gente de las localidades con las que los estudiantes han generado lazos afectivos en estos años". 

El Programa Chiloé

La historia de la iniciativa que permitió esta premiación se remonta a fines de la década de 1960, cuando el fallecido académico, ex Decano de la FAU y ex Presidente del Colegio de Arquitectos, Hernán Montecinos, se interesó por la arquitectura de Chiloé, con especial énfasis en las iglesias.

Luego de años de observación y trabajo en torno a la arquitectura religiosa de la Isla, Montecinos tomó contacto con el obispado de Ancud, desde donde también se mostraban interesados en trabajar con las iglesias locales para rescatar su valor tanto hacia el resto del mundo, como para los mismos habitantes de los pueblos chilotes.

Esta colaboración terminaría en la firma de un convenio entre la Facultad y el obispado en 1976, que marcaría el inicio del trabajo de la Universidad con las comunidades de la Isla. Según el académico del Programa Chiloé, profesor Patricio Basáez, el acuerdo significó aunar esfuerzos ante el convencimiento de que la arquitectura local tenía una importancia que debía ser reconocida a nivel nacional.

“En ese entonces no había mucho conocimiento de la arquitectura religiosa de Chiloé. Salvo unos pocos historiadores o arquitectos que se entusiasmaron antes con el tema, no existía una preocupación notoria”, explica Basáez.

En ese contexto, el convenio logró iniciar un programa de estudio sistemático de las iglesias apoyado por cursos completos de la carrera de Arquitectura que viajaban a Chiloé y trabajaban junto con la comunidad elaborando propuestas y anteproyectos, generando investigación e incluso formando a los profesores primarios locales en materias de patrimonio e historia de la arquitectura chilota.

Los resultados de este trabajo, que ha sido sostenido en el tiempo, saltan a la vista: entre los años 2000 y 2001 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a dieciséis iglesias chilotas, proceso del cual el Programa Chiloé fue parte importante.

En la misma línea, durante marzo de este año se dio a conocer la declaración de Zona Típica para las iglesias de Ichuac y Detif por parte del Consejo de Monumentos Nacionales. Los expedientes para ese proceso fueron elaborados por estudiantes y académicos del curso “Programa Chiloé II” de Arquitectura.