Decana de Facultad de Filosofía y Humanidades se integra como miembro de número a la Academia Chilena de la Lengua

Decana Góngora se integra a la Academia Chilena de la Lengua
María Eugenia Góngora, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades
María Eugenia Góngora, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades
Alfredo Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua
Alfredo Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua
Adriana Valdés estuvo a cargo del discurso de recepción
Adriana Valdés estuvo a cargo del discurso de recepción
Decana Góngora se integra como miembro de número a la Academia Chilena de la Lengua

En el discurso de recepción, Adriana Valdés, vicedirectora del Instituto de Chile, recorrió los méritos y erudición de la decana María Eugenia Góngora en los estudios medievales, rasgo que la academia valora especialmente, y reconociéndola como mujer de la Universidad de Chile, ex directora del Departamento de Literatura y de la Revista Chilena de Literatura, Doctora en Filología por la Universidad Complutense de Madrid y especializada en estudios medievales tanto en Francia como en Gran Bretaña.

“Leer sus publicaciones hace entrar en temas que inmediatamente señalan no sólo la dimensión histórica, sino que la proyección de ésta sobre la actualidad”, explica Valdés. Además del tema medieval, en sus textos se encuentran otros intereses como son la literatura popular, el tema mapuche en el teatro chileno y estudios sobre el poema épico la Araucana. Sin embargo, la figura de Hildegard de Bingen es la que aparece de manera más poderosa. La famosa abadesa, escritora y música del siglo XII ha concentrado la atención de María Eugenia Góngora. “En esos estudios es donde se encuentra la apertura a la consideración de espiritualidades, subjetividades y emociones medievales que no son ni pueden ser las nuestras, pero que ejercen una poderosa fascinación sobre el pensamiento y sensibilidad de nuestro tiempo”, destaca Adriana Valdés.

En este sentido, el trabajo de la profesora Góngora ha sacado a la luz la cercanía a las letras de las mujeres nobles y de las abadesas medievales. “Lo que demoró mil años en reconocerse, en el caso de Hildegard de Bingen, fue que el afán de saber, el pensamiento, el conocimiento y la enseñanza no están reñidos con el hecho de ser mujer”, advierte Adriana Valdés.

No obstante, para la decana Góngora la invitación a formar parte de la academia es en alguna medida sorpresiva. “Entre otras cosas porque en general la Academia Chilena de la Lengua ha focalizado su trabajo como academia en áreas que no son las mías, en el estudio no solamente de la lingüística, sino que de la lengua, de la lengua castellana, los estudios lexicográficos, los diccionarios y eso, por la misión que tiene desde su origen en España, tiene mucho sentido (…) Sin embargo, creo que es importante que, así como yo, existan personas que vienen del área de la literatura, de los estudios literarios”, explica.

El rol de la Universidad de Chile en la Academia

Este encuentro, que reunió a la academia y a la Universidad de Chile, contó con la participación de Carlos Robles Fraga, embajador de España, María Eugenia Horvitz, Vicedecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, representantes del Centro Cultural de España, la Universidad de Chile y un importante grupo de amigas y amigos. Ahí, los asistentes valoraron el vínculo entre la Casa de Bello y la Academia.

“Hoy no se entiende la Academia Chilena de la Lengua sin el aporte sustantivo de la Universidad de Chile, con su cultivo excelente de la filosofía, la ciencia, las artes, las tecnologías”, expresó Alfredo Matus, situando el origen de esta relación en Andrés Bello, fundador de la Universidad y primer hispanoamericano miembro de la Real Academia de la Lengua Española, y en uno de sus discípulos, José Victorino Lastarria, fundador de la corporación.

En la ceremonia se destacó el aporte de profesores de la Universidad de Chile como Rodolfo Oroz, Julio Vicuña Cifuentes, Federico Hansen, Rodolfo Lenz, Yolando Pino Saavedra, Ricardo Latcham, Roque Esteban Scarpa, Oreste Plath, Hugo Gunckel, Ambrosio Rabanales, Lidia Contreras y Humberto Giannini, entre muchos otros, quienes constituyeron entrañables vínculos entre ambas instituciones.

Para Alfredo Matus, la incorporación de María Eugenia Góngora, especialista en literatura española y reconocida medievalista, es la "consolidación de la presencia de la Universidad de Chile en la academia".

La Academia y las mujeres

La incorporación de las mujeres, primero a la universidad y luego a los cargos de autoridad dentro de éstas, han subvertido, en alguna medida, la historia de exclusión de las mujeres y, para Adriana Valdés, María Eugenia Góngora es ejemplo de ello, en cuanto a la incorporación de las mujeres, con pleno derecho y pleno ejercicio de sus facultades a los más altos cargos, tal como lo hicieron sus antecesoras Lucía Invernizzi y María Isabel Flisfisch en el decanato de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

En el caso de las academias, la chilena incorporó a su primera mujer, la poeta Rosa Cruchaga de Walker, en 1984. En Francia se incorporó como miembro de número a Marguerite Yourcenar en 1980 y en España Carmen Conde ingresó en 1979. “La chilena es una de las academias con más porcentaje de mujeres: 25% contra un 15% de la Real Academia Española y un 3% de la Academia Peruana”, detalla Adriana Valdés.

La presencia de mujeres en Chile, lejos de ser un simple dato estadístico, queda demostrada en la importante labor que realizan. Marianne Peronard ha dirigido la comisión de lexicografía, responsable en gran medida del diccionario del uso del español en Chile, Marcela Oyanedel preside hoy la comisión de gramática y Carla Cordua y Delia Domínguez son parte de las muchas destacadas mujeres que son miembros correspondientes y de número.

Si bien hasta ahora la profesora Góngora había sido ajena al mundo de las academias en general, no lo ha sido de quienes la reciben, grandes amigos con los cuales ha trabajado en la Universidad de Chile como Alfredo Matus, y también a Adriana Valdés, quien proviene de la literatura, de la crítica cultural y la crítica literaria. "Con ella espero trabajar en proyectos muy concretos que tienen que ver con no solamente el estudio, insisto, de la lengua castellana o de la lexicografía, sino que con algo que ella ya ha iniciado, que me parece valioso, que son proyectos relacionados con la difusión de la poesía y con las lecturas poéticas que se han estado programando no solamente en Santiago sino que también en provincia. Y eso gracias a que también la academia ha incorporado recientemente a escritores. Y una de las personas que ha estado como escritora y que es miembro de la Academia desde hace tiempo es Delia Domínguez quien es una conocida poeta de Osorno. Está también Graciela Huinao, también de la frontera, y Rosabetty Muñoz como miembro correspondiente en Chiloé. Habemos pocas mujeres, pero todas estamos, de alguna manera, ligadas al mundo de la literatura, los estudios literarios y la creación literaria”, finalizó.