Revista "Arte en la Chile" Nº 17

Las otras opciones de exhibición artística

Las otras opciones de exhibición artística
"Dicen que a la gente no le gusta el arte contemporáneo porque no lo entiende, pero nuestra experiencia señala lo contrario". Sala de Carga. Concepción, 2015. Fotografía : Sebastián Venegas.
"Dicen que a la gente no le gusta el arte contemporáneo porque no lo entiende, pero nuestra experiencia señala lo contrario". Sala de Carga. Concepción, 2015. Fotografía : Sebastián Venegas.
El objetivo es "apoyar la investigación en la creación de proyectos experimentales de teatro y danza", explica Mellado. Sala Santa Elena. Fotografía: Gentileza Paulina Mellado.
El objetivo es "apoyar la investigación en la creación de proyectos experimentales de teatro y danza", explica Mellado. Sala Santa Elena. Fotografía: Gentileza Paulina Mellado.
"Con la compañía partimos buscando un lugar dónde montar nuestra obra¿, cuenta Bárbara Vera. Obra "El lado sur". Foto Compañía Geografía Teatral.
"Con la compañía partimos buscando un lugar dónde montar nuestra obra¿, cuenta Bárbara Vera. Obra "El lado sur". Foto Compañía Geografía Teatral.
"Cuando salimos de la Universidad nos enfrentamos a la falta de espacios", afirma Vera. Obra "La causa del siniestro". Fotografía: Compañía Geografía Teatral.
"Cuando salimos de la Universidad nos enfrentamos a la falta de espacios", afirma Vera. Obra "La causa del siniestro". Fotografía: Compañía Geografía Teatral.
Pese a lo complejo que puede resultar mantener estos espacios, quienes han estado involucrados afirman que es una experiencia enriquecedora. Obra "After". Foto Compañía Geografía Teatral.
Pese a lo complejo que puede resultar mantener estos espacios, quienes han estado involucrados afirman que es una experiencia enriquecedora. Obra "After". Foto Compañía Geografía Teatral.

“Salir de lo institucional” es lo que han permitido los espacios alternativos, sentencia la actriz de la compañía Geografía Teatral, Bárbara Vera. La también productora del área de extensión del Departamento de Teatro de la Facultad de Artes asegura, además, que el trabajo desarrollado en esos lugares “ha conseguido pensar las obras desde otros puntos de vista”.

Sin embargo, y pese a la proliferación de iniciativas que buscan acoger propuestas artísticas que no siempre tienen cabida en el circuito oficial, la falta de espacios donde exponer o presentar un montaje de danza, teatro o música aún es insuficiente y es el reclamo continuo de quienes se desarrollan en el ámbito.

El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) señala en el estudio Espacios Culturales que en Chile hay 146 teatros o salas de teatro, 150 museos, 51 galerías de arte, 55 salas de exposiciones y 12 salas de grabaciones. De éstas un grupo menor, pero en constante ascenso, son sitios gestionados por artistas que han reflexionado sobre la centralización y carencia de infraestructura.

“En Chile no cabe duda que con los pocos espacios que contamos para el arte contemporáneo los jóvenes artistas visuales están promoviendo sus obras y pensamientos a través de la construcción de plataformas que se establecen bajo la intrínseca necesidad de un circuito de arte contemporáneo”, señala Rodolfo Andaur en El circuito del arte y sus emergencias: Itinerario para un arte emergente en Chile, texto publicado en el informe Showroom del CNCA que además destaca “la falta de información que poseemos de esos circuitos y el desplazamiento de éstos por nuestro territorio ”.

Si bien no hay un catastro de los centros emergentes para la cultura, acá presentamos algunas de las razones que entusiasmaron a sus gestores a levantar, trabajar y comprometerse con sus proyectos.

Descentralizar el arte

“Crecí en Melipilla, una comuna que, estando cerca de Santiago, no tenía ningún espacio para el arte. Pensando en que esa es la realidad de varios lugares de Chile, surgió la idea de contar con un sitio que se pudiese instalar en distintos sectores para que personas que nunca han visto arte contemporáneo accedieran a él”, cuenta Joselyne Contreras, egresada de la Facultad de Artes y directora de Sala de Carga (SdC), proyecto que en 2012 transformó un container en una galería itinerante.

Melipilla, Talagante, Isla de Maipo, Pedro Aguirre Cerda, Huechuraba, La Granja, Talca, Rancagua, Quilpué y Valparaíso son algunas de las comunas que han podido recorrer gracias a fondos estatales. “Nos interesa que quien entre a SdC salga con el deseo de ver más exposiciones y que esa necesidad transforme al arte en un anhelo para su ciudad”, dice su directora.

De acuerdo a la Guía de las Artes Visuales que el CNCA elaboró en 2012, de los alrededor de 200 espacios destinado a esta disciplina contabilizados en la publicación, 67 se concentran en la ciudad de Santiago y específicamente en comunas como Santiago, Providencia y Vitacura, duplicando tanto a la Región de Valparaíso como a la del Biobío, que cuentan con el segundo y tercer lugar, respectivamente, en cantidad de recintos destinados al área.

De allí que para Contreras sea frecuente que en las distintas comunas en las que ha estado SdC les pregunten si habrán nuevas muestras o, incluso, si la galería se quedará para siempre. “Hay quienes dicen que a la gente no le gusta el arte contemporáneo porque no lo entiende, pero nuestra experiencia señala lo contrario. Por muy compleja que sea una obra, las personas igual hacen una lectura de ellas y por lo mismo reclaman la falta de espacios en sus lugares de origen”, afirma.

Un espacio para la investigación y creación

La Sala Santa Elena apareció el año 2000 por la necesidad de contar con un lugar de ensayo propio y permanente. A 15 años de su inauguración el objetivo sigue siendo “apoyar la investigación en la creación de proyectos experimentales de teatro y danza”, explica Paulina Mellado, directora del Centro de Investigación y Estudios Coreográficos (CIEC) que funciona en aquella sala ideada para generar un trabajo sistemático en relación a la creación e investigación en danza y en procesos creativos. 

Últimamente ese espacio se ha usado para ensayar, exponer y estrenar proyectos de CIEC y de los miembros tanto de ese centro como de la Compañía Pe Mellado, y de esta manera retribuir “a los intérpretes que han trabajado en nuestras propuestas y a los que no se les paga por ensayo ni por función, ya que los fondos concursables no dan abasto. Desde 2009 que postulamos año tras año y no ganamos, a pesar de saber que realizaremos proyectos eficientes en términos de lenguaje y contenido”, dice la académica del Departamento de Danza.

De hecho, la sala se financia con los sueldos que de manera independiente obtienen quienes participan del Centro. “Desde nuestra experiencia, los espacios alternativos no se sustentan, no se gana un sueldo y no se vive de eso si el objetivo es generar experimentación en el ámbito artístico”, sentencia la profesora Mellado. De allí que para la académica sea fundamental que se generen nuevas formas de apoyo a la labor creativa, las que deberían ir más allá de los concursos, sobre todo cuando se trata de quienes tienen experiencia y están constantemente reflexionando en torno a su propia práctica. 

Una solicitud necesaria cuando el informe Política de fomento de la Danza 2010-2015 del CNCA señala que el número de compañías dedicadas a esta disciplina “que cuentan con algún grado de sustentabilidad en el tiempo es escaso”, afirmando que el principal problema “dice relación con un entorno que se presenta como frágil e inestable en términos de sustentabilidad, en el que los creadores tienen grandes dificultades para desarrollar y proyectar su trabajo artístico, y junto con esto, permanecer en el tiempo”. 

El espacio como herramienta creativa

“Con la compañía partimos buscando un lugar dónde montar nuestra obra”, cuenta Bárbara Vera sobre los inicios de Geografía Teatral (After, Jaula obesa, Terreno en venta), agrupación que reúne a egresados de la Licenciatura en Artes mención Actuación Teatral de la Facultad de Artes y que ha destacado por presentar sus creaciones en distintos lugares y no sólo sobre un escenario.

“Cuando salimos de la Universidad nos enfrentamos a la falta de espacios y eso hace que uno, en la búsqueda de querer hacer la obra como sea, encuentre lugares alternativos. Creo que ese fue el gran factor por el que comenzamos a presentarnos en diversos lados”, añade la actriz que junto a los integrantes de esta compañía ha montado obras en la ex casona del Partido Radical, en White Sessions Lounge Café del Barrio Bellas Artes (ahora inexistente), en la azotea del teatro Lastarria 90, en el pasillo de la Universidad Finis Terrae, entre otros.

Esas experiencias los llevaron a investigar nuevos sitios y a corroborar que con sus propuestas eran capaces “de llevar a la gente a esos ‘otros’ lugares. De hecho, ahora pensamos en la puesta en escena y en el lugar dónde sería ideal montarla”, cuenta Vera sobre el trabajo que han desarrollado, asegurando que éste permite sacar el arte de los circuitos establecidos y aumentar la creatividad a la hora de pensar y concretar un montaje.

Sacar provecho

Pese a lo complejo que puede resultar mantener estos espacios, quienes han estado involucrados en su gestión afirman que es una experiencia enriquecedora, que alberga nuevas prácticas, admite otros modos de producción y permite la descentralización y el acceso, conclusiones que los entusiasman a continuar con su labor.

De allí que para Bárbara Vera la escasez de espacios implique al mismo tiempo una oportunidad para la creación, afirmando que a “la gente le gusta la experiencia de asistir a obras no tradicionales fuera de una sala de teatro”.

Por su parte, Paulina Mellado explica que “lo alternativo funciona como el lugar en que puedes salir de ti mismo para el encuentro con otras posibilidades y otros modos de producción, los cuales son difíciles de crear en un espacio más institucional”. Sitios que desde la perspectiva de Joselyne Contreras, son mucho más interesantes por lo que ocurre en su interior, por “cómo se piensa y dispone una muestra”.

“En todo este trabajo hay un anhelo personal de contar con un lugar y exhibir el tipo de arte que a uno le interesa”, añade la directora de SdC. Y concluye: “Me atrevería a decir que hay un cierto descontento en relación con lo que ha ido pasando a nivel institucional y de políticas culturales lo que finalmente impulsa el nacimiento de la mayoría de las iniciativas independientes”.