Por 70 aniversario de Premio Nobel:

Chilenos presentaron performance sobre Gabriela Mistral en Nueva York

Chilenos presentaron performance sobre Gabriela Mistral en Nueva York
Francisco Huichaqueo, Soledad Falabella, María Huenuñir y Mabel Farias, los chilenos que realizaron performance sobre Gabriela Mistral en Nueva York.
Francisco Huichaqueo, Soledad Falabella, María Huenuñir y Mabel Farias, los chilenos que realizaron performance sobre Gabriela Mistral en Nueva York.
La celebración se llevó a cabo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, casa de estudios que publica por primera vez el libro Desolación en 1921, convirtiéndose en un lugar simbólico para Mistral
La celebración se llevó a cabo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, casa de estudios que publica por primera vez el libro Desolación en 1921, convirtiéndose en un lugar simbólico para Mistral
La celebración incluyó una cátedra dictada por Soledad Falabella, sobre las contribuciones intelectuales de Mistral en los ámbitos de género, sexualidad, DD.HH, educación y pueblos indígenas.
La celebración incluyó una cátedra dictada por Soledad Falabella, sobre las contribuciones intelectuales de Mistral en los ámbitos de género, sexualidad, DD.HH, educación y pueblos indígenas.
La lectura de obras en mapudungun y español que estuvo a cargo de la poetisa mapuche María Huenuñir y la actriz Mabel Farías, apoyadas por el trabajo del artista visual Francisco Huichaqueo.
La lectura de obras en mapudungun y español que estuvo a cargo de la poetisa mapuche María Huenuñir y la actriz Mabel Farías, apoyadas por el trabajo del artista visual Francisco Huichaqueo.
Gran sorpresa causó la visita de Cecilia Vicuña, quien dijo: "Esta es la mejor presentación de Chile y sobre Chile que he visto en Nueva York los últimos 25 años".
Gran sorpresa causó la visita de Cecilia Vicuña, quien dijo: "Esta es la mejor presentación de Chile y sobre Chile que he visto en Nueva York los últimos 25 años".

El artista, documentalista y académico del Departamento de Artes Visuales (DAV), Francisco Huichaqueo, junto a Soledad Falabella, Doctora en Literatura de la Universidad de California (Berkeley), experta en Gabriela Mistral, académica del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Chile y Directora de la ONG ESEO, además de la, poetisa mapuche y profesora, María Huenuñir y Mabel Frías, actriz, arribaron a Estados Unidos para a conmemorar los 70 años de la obtención del Premio Nobel de Gabriela Mistral.

Dicha celebración se llevó a cabo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, casa de estudios que publica por primera vez el libro Desolación en 1921, convirtiéndose en un lugar simbólico para Gabriela Mistral. “Resulta que todos los libros de Gabriela Mistral, menos uno, fueron publicados en el extranjero. Ella tenía mucha dificultad por su condición social: ser mujer, ser de clase baja, venir de provincia. Ella no tenía ni recursos, ni redes para ser aceptada en el medio. Por eso se dice que ella triunfa en la Universidad de Columbia antes de triunfar en Chile, que recién en el año 1923 publica Desolación”, aclaró la experta en Gabriela Mistral, Soledad Falabella.

De allí surge el interés por la universidad norteamericana de hacerse parte de esta conmemoración a través  de un encuentro académico multidisciplinario que incluyó una cátedra dictada por Soledad Falabella, sobre las contribuciones intelectuales de Mistral en los ámbitos de género, sexualidad, derechos humanos, educación, reforma agraria y pueblos indígenas; además de lectura de obras en mapudungun y español que estuvo a cargo de la poetisa mapuche María Huenuñir y la actriz Mabel Farías, apoyadas por el trabajo del artista visual  y profesor del DAV, Francisco Huichaqueo.

En la siguiente entrevista, Soledad Falabella y Francisco Huichaqueo se refieren a lo que fue la celebración en Estados Unidos del aniversario número 70 del Premio Nobel de Literatura otorgado a Gabriela Mistral:

¿En qué consistió la actividad que desarrollaron? ¿Cómo la abordaron?

Soledad Falabella (SF): Fue una espectacular oportunidad de hacer una reflexión de este ‘ser afuera’ y ser ajena, ser extranjera en tu propio país, como lo fue esta poetisa. En el fondo hablamos de cómo se sentía ella al no tener las redes, no calzar con las elites. Mi trabajo en torno a Gabriela Mistral tiene que ver con ella como una exiliada, tanto en el extranjero como en Chile. En Chile exiliada del poder, de las redes que manejan las instituciones de la literatura, de las artes, de la educación. Ella era autodidacta y en el extranjero era exiliada en Chile y desde ahí he estado trabajando los últimos quince años, es decir, a Gabriela Mistral en paralelo con la poesía, el arte y el activismo mapuche como el surgimiento de voces también resistentes. Porque Gabriela Mistral era muy resistente, pero a su vez tenía esta posición abyecta de ser una out sider dentro de su propia comunidad, ser vista como algo no deseado, disruptivo. Y desde ese punto de vista los cuerpos y la sonoridad y la visualidad del activismo cultural mapuche me parecen un complemento muy necesario para entender de qué nos está hablando Mistral.

Entonces de ahí la invitación a Francisco Huichaqueo, a María Huenuñir y a otras personas que se están acoplando al proyecto, como Roxana Miranda Rupailaf, Melisa Manquepillaf y Francisco Vargas. Primero, para dar cuenta de dónde está ese lugar de resistencia en la sonoridad mistraliana y en el corpus mistraliano y segundo para saber cómo suena eso en mapudungun y cómo ese sonar tienen que ver con  una visualidad súper concreta y que ha sido maravilloso encontrarnos con el aporte visual que hace Francisco Huichaqueo en ese ámbito.

Francisco Huichaqueo (FH): Yo creo que el poder del arte es una herramienta que combina mucho newen, mucha fuerza y camina bien cuando uno está concentrado en esa fuerza, y de ahí la colaboración de Soledad fue muy linda porque trabajamos con cinco poemas de Gabriela Mistral. Uno de ellos es Araucanos y al revisar mis películas calzaban ciertos tópicos para acompañar con imágenes las declamaciones que hicimos en la Universidad de Columbia.

SF: La idea no era solo dejarlo en lo sonoro, sino que habitarlo con un paisaje visual, que diera la sensación de otra realidad posible. Y lo que tiene Mistral -yo trabajo sobre todo con el Poema de Chile y estos poemas de extranjería que son La Otra, La Extranjera, Las Locas Mujeres-que son bien al borde. Además tiene esa cosa fantasmagórica y del sueño, sobre todo en el Poema de Chile, que es cuando ella se sueña volviendo a Chile como un fantasma y recorre todo el país. En ese poema por ejemplo está el tema de la reforma agraria, que lo resaltamos harto porque cuestiona cómo está distribuida la propiedad en Chile.

FH: Ahí a mí se me torna muy interesante porque el mundo mapuche, de alguna forma su condena es el éxodo. Somos exiliados en nuestra propia tierra y es eso lo que también vivió Gabriela Mistral, por eso es que hay un entendimiento muy entretenido ahí, hay una conversación amorosa. Eso fantasmagórico también está en nosotros, el mundo mapuche hoy en día no sabe cómo vivir y están como fantasmas habitando las ciudades y aprendiendo y afirmándose con los dejos de nuestros antepasados. A mí me parece un sueño este trabajo, en este caso yo como creador, me cuelgo de esa práctica cultural o herencia genética y buscamos por medio del viaje de imágenes, de estos paisajes sociales, o políticos, o campesinos y los pongo en una línea de tiempo que son las películas, la imagen que se mueve y ahí hay una conexión muy bonita con Mistral.

¿En qué momento Gabriela Mistral empieza a relacionarse con el mundo mapuche?

SF: Mistral viaja al sur de Chile, a Magallanes, a Triaguén, en la época donde todavía está ocurriendo la “pacificación”, donde todavía se paga por orejas o por cabezas y Desolación se escribe en ese contexto y hay mucho en Desolación que es poesía de protesta.

Así mismo en el poema Araucanos ella lo primero que dice, es que está hablando de un pueblo que no tiene nombre, utilizando una estructura retorica se llama quiasma, que es cuando por un lado afirmas algo y luego generas un abismo de sentido con lo que estás afirmando. En el fondo es una sensación de vértigo en el poema, que es como un remolino que te agarra, y de hecho en el poema aparece la mujer indígena huyendo como del remolino. Entonces está también el cuerpo de la mujer indígena como siendo el performance; siendo como la encarnación de este remolino que te hace caer en un espacio infinito de sin sentido y que tú tienes que estar buscando y eso genera el pensamiento crítico. Es decir, tú tienes que encontrar una respuesta porque se cuestiona si se llama o no La Araucana. Porque no tienen nombre, no tiene cara, que es la forma en como  lo españoles se refieren al pueblo mapuche, se etiqueta, se atrapa.

FH: Nunca nos nombraron como corresponde: mapunche, ese era el nombre y Chile era: chifmapu. Esos eran los nombres antiguos, esos dicen los loncos en las cartas transcritas.

SF: Ella tenía mucha rabia y dolor y lo interesante de Mistral es que ella logra salir adelante con eso. Ella se hace famosa escribiendo esos poemas que están al borde de lo inteligible, de lo aceptable y tú ves la crítica local de esa época sobre Mistral y dicen que no sabe escribir, que no sabe manejar la lengua,  que no tiene educación. Se dedican a descalificarla.

¿Qué poemas presentaron ustedes allá?

SF: Son seis los poemas que presentamos: La Extranjera, La Bailarina, A dónde es que  tú me llevas, Reparto de Tierra, Campesinos y Araucanos ahora vamos a incluir Electra en la Niebla, porque resulta que Roxana Miranda Rupailaf, ganadora del premio Juegos Florales Gabriela Mistral del año 2013, es una gran poeta y su libro, Las Tentaciones de Eva y Las Serpientes de Sal están basados en Electra en la Niebla y son muy mistralianos, de hecho mucho de la poesía mapuche tiene mucho de Mistral.

Cabe destacar que Elicura Chihuailaf comenzó la traducción de los poemas de Mistral al mapudungun, cosa que es muy difícil de lograr, pero él se enfocó en las rondas, que son poemas para niños y es lo que habitualmente se traduce de ella al mapudungun, porque la utilizan en los colegios por esa cosa dulce que tiene. Pero nosotros traducimos otros poemas que no tienen nada que ver con eso, que son obras más fuertes y políticas, e hicimos estas traducciones por primera vez al mapudungun de esos poemas.

También por primera vez tradujimos los poemas de Los poemas de Chile al inglés, que no estaba traducido y ese fue un trabajo de Sebastián Brett.

¿Por qué deciden agregarle imágenes a la lectura de poesía?

SF: Yo comienzo en el 2000 a trabajar con poetas y sacamos dos antologías con poesías de mujeres mapuches titulada, Hilando la Memoria. Pero ese trabajó comenzó cuando Cecilia Vicuña, poeta y artista visual, publica por primera vez un libro de hombres y mujeres poetas mapuches, lo que antes no existía porque solo habían publicaciones masculinas de mapuche. Ese libro, titulado ÜI: Four Mapuche Poets, recopila obras de Jaime Luis Huenún, Graciela Huinao, Elicura Chihuailaf y Leonel Lienlaf y no se encuentra en Chile, solo se compra en Estados Unidos y a partir de esa publicación nosotras comenzamos a trabajar en torno a Gabriela Mistral y buscando nuevas voces también. Es decir, esto es parte de un proyecto que va evolucionando y con ellas armamos un poco la idea de empezar a trabajar con imágenes, con los tejidos, con los cuerpos, porque la palabra queda corta, y tuvimos que ponerle cuerpo y por eso hablamos también de la performance.

FH: Hay que tomar en cuenta además que nuestra cultura es oral, la escritura llegó después.

¿Y cómo fue la llegada del público estadounidense con esta performance?

SF: Habían como cien personas, lo que fue mucho para estar en Estados Unidos, tomando en cuenta que además era con inscripción previa.

Gran sorpresa nos causó cuando nos enteramos que entre el público estaba Cecilia Vicuña, a quien yo admiro mucho, y se acercó a saludarnos, a darnos las gracias y nos dijo: “Esta es la mejor presentación de Chile y sobre Chile que he visto en Nueva York los últimos 25 años”. Cuestión que nos sorprendió mucho porque lo que hacemos nosotros es muy sencillo, o sea, son cuerpos recitando intercaladamente en español y en mapudungun, con unas imágenes atrás y con traducción en la pantalla. Es decir, hay un tema de trabajar con la sensibilidad y con la sorpresa. Entonces se empieza en mapudungun y no hay traducción, pero el texto en la pantalla está en trilingüe (español, mapudungun, inglés). Sin embargo, lo que se escucha no está traducido y el espectador tiene que entregarse al no entender, que también es súper importante, porque esto es una creación, es una performance. Nosotros seleccionamos qué estrofas iban en español y cuáles en mapudungun, cuáles se repetían y cuáles no se repetían y hay solo una estrofa que se repite que es la última de Araucanos para que quede súper claro el mensaje.

Otra de las sorpresas fue que en la presentación estaba la Doris Atkinson, que es la heredera de la Doris Dana, la última pareja amiga de la Mistral y ella estaba feliz. Viajó cuatro horas ida y vuelta desde Boston para estar ahí. Entonces esta actividad tuvo mucho corazón, mucho cariño y mucha inquietud por el arte chileno, por saber que está pasando en el país. Hay ganas de compartir. Fue muy bonito, porque además habían personas de distintas razas. También abordamos el tema de la sexualidad de Mistral, ya que todos estaban intrigados, y dijimos bueno ella tenía amores con hombres y mujeres y punto. Entonces distintos grupos, que quedan fuera de la norma, se han apoderado de ella, como las identidades queer, las identidades trans, que la toman y ella se presta para eso y eso es lo bonito de ella, que es capaz de separar y de abrir un espacio en el lenguaje que es muy vibrante, que te permite hacer mucho con ella y ese espacio no hay que cerrarlo.

Se le dio un espacio a esta celebración de los 70 años en Estados Unidos ¿Creen ustedes que en Chile se ha reivindicado un poco más la figura de Gabriela Mistral?

SF: Yo creo que no, que está por hacerse todavía. Existe una mercantilización de la Mistral, pero no la estamos leyendo. La tenemos como marca, que es como lo mismo que hizo Pinochet que la tomó como figura y la utilizó. Si tú te fijas la semejanza entre ella y la Lucia Hiriart en el icono es muy grande. Querían tapar a Neruda, y lo hicieron de adrede, como nadie lee a Mistral, es fácil tomarla como figura.

¿Por qué todavía no se lee tanto a Gabriela Mistral?

Porque es literatura difícil, antes se leía, ahora no. Neruda es muy directo y fácil de traducir, pero ¿cómo vas a traducir que jadea y gime? O indio patarajada, o sea, está llena de palabras como: abájate.

¿Y por qué ella usaba ese vocabulario?

Porque ella es del siglo antepasado y de un pueblo del valle transversal que habló muy arcaico. Entonces es un español cervantino que tiene vida propia. Y además en ese valle hay pueblos atacameños, diaguitas, mapuche y quechua: Cochiguaz es quechua, Alcohuaz es quechua. Entonces hay una riqueza en esos valles que se escapa del español normal de Chile y ella lo nombra y lo trabaja. Y hay que hacer el trabajo, que es muy protestante. Hay que trabajar para entenderla y eso es lo bonito que tiene, es lo gozoso. Neruda es un placer más inmediato. Por otra parte tiene esas ambigüedades eróticas que son muy difíciles, como la Caperucita de Mistral y después todo Desolación, que si tú lo lees hay frases como: “las pupilas que se clavan”, entonces hay un erotismo que es muy peligroso y que no calza con la cosa más limpiecita.

Entonces falta reivindicar la figura. Sin embargo la Universidad de Chile está abriendo una sala que se llamará Gabriela Mistral y que se inaugurará el 10 de noviembre de este año. Va a ser la sala de exposición más importante de la Casa de Bello en donde se alojará el patrimonio de colección archivístico de la Universidad. Esta sala se está armando en estos momentos, gracias a la gestión de Faride Zerán, Vicerrectora de Extensión, y Alejandra Araya, Directora del Archivo Nacional. Lo interesante de esa sala, es que los primeros seis meses van a ser de Gabriela Mistral en la Universidad de Chile, que es el único lugar que la cobija finalmente, tanto para darle el titulo honorario de profesora para que pudiera enseñar y trabajar, como cuando muere, ya que le hacen los honores y es la única persona que ha sido velada en la Casa Central.

La celebración de los 70 años del Premio Nobel del Gabriela Mistral, fue patrocinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores,  a través de su agregada cultural en Estados Unidos, Javiera Parada; por la Universidad de Columbia, específicamente el Columbia Global Centers a través de su sede en Chile, gracias a la gestión de Karen Poniachik y Giselle Feldman; además de la ONG ESEO dirigida por Soledad Falabella.