Toda rutina universitaria tiene elementos comunes como levantarse temprano para ir a clases, rogar porque haya espacio para estudiar en la biblioteca, estar con los amigos, estresarse por los ramos y cuantas otras cosas más.
Cuando llega el fin de semestre esa rutina cambia y los estudiantes se tienen que adaptar a todos los trabajos, pruebas y exámenes finales que hay que rendir. Además, para muchos es la oportunidad para “salvar el semestre”.
Con cuatro o más pruebas y trabajos por semana, el alumno suele verse sobrepasado y esa situación puede generar altos niveles de estrés y ansiedad.
Para Doris Riquelme, psicóloga del Programa de Desarrollo Comunitarios Estudiantil de la U. de Chile, en esta situación se van desplegando diferentes habilidades cognitivas y emocionales para conseguir adaptarse de la manera más efectiva al nuevo escenario.
Uno de los mayores problemas que detecta la psicóloga radica en la organización del tiempo, el cual es escaso para cumplir con todas las responsabilidades del estudiante. Por otro lado, ver la manera de que la ansiedad no los paralice y utilizarla como un elemento movilizador.
Al organizar el tiempo se obtiene mayor control y libertad, ya que al estructurar una parte del día se puede ser flexible con el resto. Es factible alcanzar los objetivos poniendo en primer lugar lo más importante y así identificar las tareas por cumplir, asegurándose de realizar las más importantes. Además, estos ejercicios permiten desarrollar una visión del futuro más o menos clara, explica Riquelme.
Para lograr priorizar las actividades, se debe ser capaz de reconocer el nivel de importancia y urgencia de cada una. La matriz de Eisenhower, en Covey, S. (1997) “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, es útil para organizar las tareas de acuerdo a este nivel. Allí, es relevante discriminar entre actividades de alta y baja importancia, así como las de alta y baja urgencia. Se recomienda resolver primero las del cuadrante superior:
Para organizar el tiempo y las actividades a realizar se pueden utilizar horarios semanales, check list diarios, semanales y/o mensuales. Algunos de los elementos que podrían dificultar la distribución del tiempo son la ausencia de planificación, la baja capacidad de auto-observación y autocontrol, establecer objetivos poco realistas, la necesidad de obtener logros inmediatos y cuando la postergación se realiza de manera indiscriminada, explica Doris Riquelme.
Otro de los ámbitos relevantes y a tener en cuenta es mantener una estabilidad emocional que permita tomar las mejores decisiones en el cierre de semestre. Para ello, Riquelme considera que vale la pena ejecutar la habilidad de autoobservación para mantener un nivel adecuado de bienestar y salud. Para facilitar este ejercicio te invitamos a utilizar el siguiente esquema, para que te ubiques en cada una de las áreas más relevantes del desarrollo y observes aquellas que necesitas nivelar y tomar más en cuenta para rendir de manera óptima, manteniendo una adecuada calidad de vida.
