Calidad de vida de mechones de la U. de Chile preocupa a investigadores

Calidad de vida de alumnos de la U. de Chile preocupa a investigadores

Con el fin de entender y conocer la relación que existe entre la calidad de vida de los estudiantes de primer año- de las 17 unidades académicas- y sus características personales, se llevó a cabo este test por parte de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios (VAEC). KIDSCREEN es un instrumento que fue dearrollado por la Universidad de Hamburgo y ha sido aplicado en 13 países europeos. Fue adaptado y validado en nuestro país gracias a un proyecto Domeyko llevado a cabo por la Facultad de Medicina de esta Casa de Estudios en el 2009.

En este estudio se utiliza la definición de Calidad de Vida de la Organización Mundial de la Salud, donde se entiende como la percepción del individuo de su posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en el cual él vive y en relación a sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones.

El test evaluó diez dimensiones: Bienestar Físico, Relación con los padres y vida familiar, Bienestar Psicológico, Recursos económicos, Estado de ánimo y emociones, Amigos y apoyo social, Autopercepción, Aceptación Social, Autonomía y Entorno escolar. Luego, estos resultados se compararon con los arrojados por una encuesta nacional realizada a escolares de la misma edad en el año 2012. “Nuestra hipótesis inicial es que estas cifras iban a estar mejor que la de los estudiantes chilenos de educación media y más cercanas a los resultados de España, pero eso no fue así”, cuenta el Doctor Ramiro Molina, profesional que lideró esta investigación.

Específicamente, las dimensiones de Bienestar Físico, Estado de Ánimo y Emociones y Autonomía o disponibilidad de Tiempo Libre arrojaron mediciones menores de 42 puntos Rasch, considerado preocupante para los especialistas. Los investigadores explican que este hallazgo podría tener relación con las estrategias metodológicas de docencia de pregrado, especialmente en aquellas unidades académicas que tienen una alta exigencia curricular, donde los estudiantes ocupan prácticamente todo su tiempo en actividades académicas y no tienen las instancias para realizar deporte o hacer actividades recreativas.

Además, cuando entran a la universidad los jóvenes “se enfrentan a un medio diferente, con grandes exigencias y no les queda tiempo para ellos. El tema es que el modelo nuestro de educación es así. La gran culpa no es la universidad, sino que de todo el modelo educativo chileno”, reflexiona Ramiro Molina.

Otro de los puntos que llama la atención es la diferencia significativa que existe entre la percepción de calidad de vida de los hombres y las mujeres, siendo siempre de menor puntaje la del género femenino.

Por otra parte, existen diferencias de percepción de calidad de vida entre los jóvenes que provienen de colegios particulares, particulares subvencionados y municipales, donde los estudiantes de establecimientos particulares obtuvieron mayores puntajes.

Para el Doctor Ramiro Molina, asesor de la Vicerrectoría, la U. de Chile, se debería estudiar el tema de calidad de vida en todo los estudiantes y analizar qué es lo que está pasando, para luego, específicamente, revisar y ver cómo se puede adaptar la carga académica de las carreras más exigentes. “Creo que los grandes cambios que vienen es ofrecerles la posibilidad de tener un campus saludable, que se reciba a los jóvenes con un buen trato y que se logren crear instancias de convivencia entre los académicos y los alumnos, fuera de la sala de clases”.

El equipo de investigación que llevó a cabo esta encuesta preparó un informe junto con la Unidad de Comunicaciones de la Vicerrectoría, el que se enviará a los decanos de facultades, directores de institutos y a todos los directores de asuntos estudiantiles y comunitarios de la U. de Chile. Además, se publicará en la Revista Chilena de Salud Pública, esperando que esta iniciativa pueda llegar a otras instituciones de educación superior y se animen a llevar a cabo ésta u otra encuesta de calidad de vida.

“Los resultados del test fueron un primer impacto, pero ¿cómo será la calidad de vida de los funcionarios y académicas de esta Casa de Estudios? Porque si empezamos a medir calidad de vida en adultos y encontramos que no está bien, quiere decir que de alguna manera es la sociedad la que tiene un problema”, reflexiona el Doctor Molina.