Tras presentación en Archivo Bello:

Arturo Cariceo: "El copy-art es un gran ignorado del arte en Chile"

Arturo Cariceo: "El copy-art es un gran ignorado del arte en Chile"
"De la inteligibilidad artística de las electrografías: el paradigma de Alcalacanales" se tituló la ponencia que dictó el académico del DAV, Arturo Cariceo, en el Archivo Central Andrés Bello.
"De la inteligibilidad artística de las electrografías: el paradigma de Alcalacanales" se tituló la ponencia que dictó el académico del DAV, Arturo Cariceo, en el Archivo Central Andrés Bello.
Con una gran cantidad de asistentes, la charla fue catalogada por el artista como "todo un éxito" y en su desarrollo no solo se refirió a la obra de Alcalacanales, sino que también a su quehacer.
Con una gran cantidad de asistentes, la charla fue catalogada por el artista como "todo un éxito" y en su desarrollo no solo se refirió a la obra de Alcalacanales, sino que también a su quehacer.
"Mi interés por la obra del dúo valenciano Alcalacanales se remonta a los inicios de mi quehacer artístico y desde entonces investigo su obra (realizada sólo entre 1983 y 1993)", declaró el artista.
"Mi interés por la obra del dúo valenciano Alcalacanales se remonta a los inicios de mi quehacer artístico y desde entonces investigo su obra (realizada sólo entre 1983 y 1993)", declaró el artista.
Cariceo explicó en qué consiste el "copy-art", que según sus propias palabras, "sigue siendo un desconocido o un gran ignorado en las artes de nuestro país".
Cariceo explicó en qué consiste el "copy-art", que según sus propias palabras, "sigue siendo un desconocido o un gran ignorado en las artes de nuestro país".
"La obra de Alcalacanales, nos enseña no sólo a ver posibilidades creativo-artística en lo que nos rodea sino a poner en crisis ideológicamente el conservadurismo artístico", dijo Cariceo.
"La obra de Alcalacanales, nos enseña no sólo a ver posibilidades creativo-artística en lo que nos rodea sino a poner en crisis ideológicamente el conservadurismo artístico", dijo Cariceo.

El pasado 29 de abril en el Archivo Central Andrés Bello, se llevó a cabo la primera charla de Diálogos en torno al Archivo. Una actividad organizada por ese organismo con el objetivo de dar cuenta de las investigaciones y proyectos en curso de sus investigadores adscritos, las que se desarrollarán en seis sesiones, con una periodicidad mensual.

Esta primera conversación estuvo encabezada por el artista visual y académico del DAV, Arturo Cariceo, quien presentó la ponencia De la inteligibilidad artística de las electrografías: el paradigma de Alcalacanales, en la se refirió a su investigación en torno a la obra del dúo valenciano Alcalacanales, integrado por José Ramón Alcalá (actual director del MIDECIANT y coordinador de las Colecciones y Archivos de Arte Contemporáneo -CAAC- de la Universidad de Castilla-La Mancha) y Fernando Canales (fallecido en 1996).

Con una gran cantidad de asistentes, la charla fue catalogada por el artista como “todo un éxito” y en su desarrollo no solo se refirió a la obra de Alcalacanales, sino que también a cómo su quehacer artístico de los años ochenta estuvo influenciado por ese trabajo.

En la siguiente entrevista Arturo Cariceo detalla lo que fue su participación en Diálogos en torno al Archivo, contextualiza su investigación y líneas de desarrollo, y explica en qué consiste el copy-art, que según sus propias palabras, “sigue siendo un desconocido o un gran ignorado en las artes de nuestro país”.

¿Cómo y por qué surgió tu interés por la obra de Alcalacanales y de qué forma se relaciona esa temática con “Diálogos en torno al Archivo”?

Mi interés por la obra del dúo valenciano Alcalacanales se remonta a los inicios de mi quehacer artístico y desde entonces investigo su obra (realizada sólo entre los años 1983 y 1993), la cual se caracterizó además de la creación de obras para su exhibición en museos y galerías, por la importante recopilación de documentos sobre electrografía (lo que terminó siendo el Museo Internacional de Electrografía y Nuevas Tecnologías, MIDECIANT); la organización de eventos artísticos como bienales internacionales de gráfica e impartir destacados talleres y cursos sobre copy art.

La historia de este colectivo español es un interesante paradigma europeo e hispanoamericano sobre la arquitectura del archivo como lógica artística, que creo merece la pena ser más conocida teniendo a la vista nuestra contemporaneidad digital tan dependiente de la red de Internet.

¿En qué consiste el hacer uso de la fotocopia como soporte de obra?

Fue un soporte utilizado por los artistas entre fines de los años sesenta hasta inicios de los años noventa, que ha encontrado continuidad en las actuales máquinas multifuncionales que tenemos en nuestros hogares conectadas a los computadores.

El nombre “electrografía” fue acuñado en 1984 para la exposición Electra en el Museo de Arte Moderno de Paris aunque este tipo de obras también han sido conocidas como: electroworks y xerografías. Es una extensión en el quehacer artístico de lo conocido desde los años sesenta como “arte de la copia” (copy art).

La fotocopia es un soporte tecnológico cuyo atractivo radica en su calidad de imprenta doméstica, su carácter desechable y la vulnerabilidad de las copias resultantes. Pero también en las posibilidades de exploración creativa, infringiendo las normas de los fabricantes, manipulando los controles de ajuste, alterando los mecanismos programados para el uso del escáner, el color, las escalas y multiplicidad de las impresiones.

Históricamente usar la fotocopia como medio artístico es subvertir un soporte tecnológico -la copiadora- que fue inventado para un uso no artístico. Este acto de subversión, sigue los parámetros creativos legados por las vanguardias, donde no sólo se hizo habitual alterar la funcionalidad de las tecnologías sino también, y esto es muy importante respecto al uso de la fotocopia en sí, puso al uso disciplinar del grabado en crisis.

¿Por qué parte de tu trabajo se ha centrado en las electrografías?¿Qué te motivó a insertarte en esa técnica?

En primer lugar, porque me gusta reflexionar sobre las relaciones entre arte, cultura y tecnología. La fotocopia fue un medio que me pareció adecuado para hablar de los problemas del país, en los años ochenta, y por otro lado me permitió desarrollar mi quehacer artístico de manera independiente al mundo del arte.

Si bien hoy en día las máquinas fotocopiadoras se nos aparecen como aparatos tecnológicos del pasado, dejo de creerlo cada vez que voy a un local de impresiones y observo las sofisticadas máquinas copiadoras que poseen, al igual cuando conoces las características de las impresoras multifuncionales que tenemos no sólo en las oficinas, sino en el hogar. El actual envío de imágenes y documentos desde teléfonos celulares, la conectividad resultante de las innovaciones de la tecnología de comunicación inalámbrica, los interfaces intuitivos, las funciones del escáner para la captura de imágenes en alta velocidad, tan rápidas como la impresión de ficheros o la tecnología de impresión 3D, me sigue demostrando que el copy-art sigue siendo un desconocido o un gran ignorado en las artes de nuestro país.

Esto es lamentable porque nuestra sociedad vive en una constante apología al consumo tecnológico y en el mundo de las artes chilenas parece que resulta mucho más cómodo practicar las disciplinas tradicionales de impresión que ponerlas en crisis, por ejemplo, mediante las fotocopias. Y fue por esto último que me inserté en la problemática de las electrografías, inquietud corroborada al conocer la obra de Alcalacanales exhibida en la Bienal de Sao Paulo.

¿Cómo desarrollaste tu quehacer artístico durante los 80 con electrografías y faxes?

Bueno, lo hice al margen de museos y galerías. Esa siempre fue mi idea. Eran los años ochenta, la dictadura parecía no terminar. Yo estaba iniciando mis estudios artísticos con marcados intereses conceptuales y me gustaba mucho el arte político de entonces. Por aquella época no era fácil tener una máquina fotocopiadora para explorar sus posibilidades artísticas ni mucho menos hacer uso del fax, cuando la telefonía y cualquier medio de comunicación estaba intervenido por la policía secreta de Pinochet.

En esta terrible situación de quiebre comunicacional me interesó desarrollar temáticamente mis exploraciones artísticas, a partir del concepto “copia” presente en nuestro himno nacional, y lo realicé desde el corazón mismo del fotocopiado estudiantil: haciendo scratching con las máquinas copiadoras de las tiendas ubicadas en avenida Salvador, aledañas a la USACh, en la comuna de Estación Central.

Centrándonos en la conferencia que diste ¿Cuál sería la intangibilidad artística de las electrografías?

La vulnerabilidad intrínseca que poseen las fotocopias por ser lo que son ante criterios patrimoniales, museológicos e incluso de mercado. Intangibilidad que dialoga por la preocupación de las Naciones Unidas sobre el concepto asociado también a la oralidad y prácticas culturales populares. Por su parte, la historia del arte la relaciona con las prácticas procesuales y la lógica de archivo.

La intangibilidad electrográfica obliga a superar los sesgos todavía muy arraigados en el mundo del arte chileno entre baja y alta cultura. La insignificancia material de la fotocopia, en diálogo conceptual con la intangibilidad del arte de la copia, permite provocar y alegorizar el prejuicio chileno ante los mestizajes no deseados. La obra de Alcalacanales, con la inquietante seducción de sus imágenes precarias, nos enseña no sólo a ver posibilidades creativo-artística en lo que nos rodea sino a poner en crisis ideológicamente el conservadurismo artístico archivado en nuestras cabezas.