“Acá no hay solamente responsabilidades legales, sino que hay otras que pueden ser más importantes. Responsabilidades históricas, institucionales y morales individuales sobre lo que sucedió en la Universidad”. Con estas palabras el profesor Claudio Nash, coordinador académico de la Cátedra de Derechos Humanos de la vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, hizo énfasis en las deudas que se mantienen respecto a quienes sufrieron persecución al interior de la institución durante la dictadura.
El académico además recordó en su exposición, realizada en el marco de las jornadas de “Diálogos en torno al Archivo” organizadas por el Archivo Central Andrés Bello, que en procesos como el de la intervención sufrida por la Universidad de Chile “hay una cicatriz que se mantiene en los afectados. Algunos nunca volvieron a estudiar la carrera que cursaban, otros nunca volvieron a la Universidad hasta ahora, de eso la Universidad se tiene que hacer cargo, y los que participaron también”.
La académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades Azun Candina, quien lideró la mesa de debates y participa actualmente del proceso de análisis y digitalización de los documentos sumarios, explicó que en cada carpeta se pueden encontrar el oficio de apertura del sumario emitido por una autoridad universitaria, las declaraciones de los acusados y testigos, los comprobantes de las citaciones, las pruebas recabadas –cuentas, boletas, fotografías, facturas, folletos- así como cartas de defensa y apelación incluyendo los informes finales de los fiscales correspondientes.
“En estas carpetas podemos encontrar muchos documentos originales que dan cuenta de la vida universitaria de ese momento, más allá de las mismas declaraciones. Tenemos desde copias de cheques hasta fotografías”, destacó Candina.
Junto con ello, Candina destacó que los sumarios dan cuenta de cómo se entendía durante la intervención las normas de convivencia universitarias, que si bien “no están pormenorizadas en ninguna parte, presentan criterios relacionados con la necesidad de realizar una 'limpieza' de elementos marxistas y de quienes no se han arrepentido de haber apoyado a la Unidad Popular, en una misión que busca la recuperación de la Universidad para 'lo que tiene que ser' la labor universitaria".
Por su parte la historiadora Macarena Orellana recordó en su exposición que durante la década de los 90 estos expedientes sirvieron como base para los procesos de reparación que se realizaron en la Universidad, permitiendo construir la lista de exonerados de la institución, y como fuente para la posterior edición especial de la revista Anales titulada "Las huellas de un acecho", que trató la intervención militar en el aniversario 40 del golpe de Estado.
"Estos documentos permiten analizar cómo el autoritarismo trastocó las relaciones al interior de la Universidad. Los sumarios son riquísimos para comprender el día a día de la intervención, las relaciones laborales y culturales, dan cuenta de la multiplicidad de relaciones que se dan" entre académicos, funcionarios, estudiantes y autoridades designadas, destacó Orellana.
Los 1400 sumarios administrativos realizados durante la dictadura se encuentran actualmente en proceso de clasificación y análisis en el Fondo Universidad de Chile del Archivo Central Andrés Bello, estando disponibles en formato digital a través de la ley de transparencia documentos que corresponden al período de 1974 a 1983.