Iniciativa desarrollada por estudiantes de cuarto año de la FAU

"Casa Cebolla" fue elegida para participar en concurso Construye Solar 2017

"Casa Cebolla" participará en concurso Construye Solar 2017
La Casa Cebolla recibe su nombre de las múltiples capas incluidas en su diseño.
La Casa Cebolla recibe su nombre de las múltiples capas incluidas en su diseño.
El equipo creador de la Casa Cebolla junto a la ministra de Vivienda, Paulina Saball.
El equipo creador de la Casa Cebolla junto a la ministra de Vivienda, Paulina Saball.
Integrantes del equipo explicando el proyecto en su presentación en el Centro Cultural Estación Mapocho, donde está disponible para su exhibición.
Integrantes del equipo explicando el proyecto en su presentación en el Centro Cultural Estación Mapocho, donde está disponible para su exhibición.
Vista exterior del proyecto de la Casa Cebolla.
Vista exterior del proyecto de la Casa Cebolla.

Un tipo de vivienda que se replica frente a la necesidad de construcción masiva, pero que a la vez integra el carácter social en su composición, rescatando tanto la identidad de los lugares en que se emplaza, como de las personas que la habitan. Esta es la propuesta, bautizada como "Casa Cebolla" que representa a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo en la segunda versión del concurso Construye Solar 2016 - 2017.

La casa es uno de los diez prototipos de viviendas sustentables que se construirán a escala real en abril de 2017 en la llamada "Villa Solar", organizada por el concurso, y surge a partir de los proyectos sugeridos en el Taller de cuarto año de la carrera de Arquitectura de la FAU, guiado por los profesores Luis Goldsack y Francis Pfenniger. Este curso planteó como desafío a sus estudiantes desarrollar una propuesta de casa sustentable basada en un material predominante: acero, madera y hormigón. En este sentido, la propuesta ganadora del taller y que fue presentada al concurso, es el proyecto desarrollado sobre la base de hormigón.

"La casa ofrece una capacidad de adaptabilidad y flexibilidad, al proponer una estructura resistente que responde a la necesidad de permanencia en el tiempo y en el lugar, independiente de un cerramento variable que asume la responsabilidad de acondicionamiento físico-ambiental y de identidad cultural en concordancia con el lugar en que se emplaza", explicó el profesor Goldsack, agregando que la propuesta espacial de la vivienda se fundamenta en la necesidad de generar un espacio único que acoge la diversidad programática. "La propuesta reconoce los atributos propios de la vivienda rural chilena, proyectada desde la experiencia de habitar el territorio cuales son la horizontalidad, los espacios intermedios, el control de la luz y el uso eficiente de los recursos disponibles", dijo.

En tanto, el profesor Pfenniger indicó que "al disponer de una evolvente cuyo espesor funcional almacena objetos y energía, la Casa Cebolla libera y aporta un espacio central noble y dúctil, un soporte que permite distintas formas de habitar imaginables. La luz tamizada en las distintas fachadas y los espacios intermedios modificables y apropiables aluden a una condición propia de la arquitectura rural chilena". Esta envolvente, que asegura el acondicionamiento físico ambiental y la eficiencia energética, detalló el académico, "se transforma así en una envolvente que cambia y se adapta a las distintas condiciones y materiales locales que ofrece nuestro territorio", volviéndose por ello "una envolvente cultural: la casa cebolla no impone, sugiere, permite y convierte al habitante en protagonista de su cometido y expresión".

El detalle de la propuesta

La Casa Cebolla recibe su nombre de las múltiples capas incluidas en su diseño, generadas para que la vivienda se adapte a distintas condiciones ambientales, climas y contextos sociales en donde se emplace su construcción, siendo su foco particular atender con esta solución a familias de zonas rurales. Así, esta vivienda genera sus capas desde el centro de la construcción —que por contar con la habitación principal necesita estar más protegido—, hacia el exterior, para interactuar con su entorno como "vestimenta cultural". Como condición del concurso, la propuesta se ajusta al presupuesto de un subsidio habitacional y contribuye a la disminución de la contaminación y generar ahorro energético, como exige la organización.

El proyecto fue desarrollado por los estudiantes Alastair Aguilera, Sarah Aillón, Jorge Arribas (estudiante español de intercambio), Daniela Gallardo, Francisca Gómez, Cristina Mondaca, Karina Ovalle, Pablo Schmidt y Sofía Zúñiga, quienes expusieron la propuesta el 3 de agosto de  2016 en el Centro Cultural Palacio de La Moneda.

La maqueta de la Casa Cebolla, y de las otras nueve propuestas participantes del concurso, fue expuesta entre el 17 de agosto y el 19 de septiembre en la sala Lily Garafulic del Centro Cultural Estación Mapocho.

Para mayor información sobre el proyecto, contactar a:

Facebook Casa Cebolla UCH
Instagram Casa Cebolla UCH
Twitter @CebollaCasa