Con el objetivo de apoyar financieramente la ejecución de investigaciones científicas y tecnológicas, que generen resultados en plazos breves para impactar económica y socialmente al país, el “III Concurso IDeA en dos etapas” concedió un financiamiento de $2.847.450.000 para los 19 proyectos que adjudicó la U. de Chile, ubicándola en el puesto número uno respecto a la resolución de este año.
La iniciativa brinda recursos de hasta 150 millones por proyecto I+D durante 24 meses, en dos etapas: ciencia aplicada, donde se validan pruebas de concepto, modelos o prototipos evaluados en condiciones de laboratorio; e investigación tecnológica, que considera investigaciones más avanzadas y que cumplan con todos los criterios de admisibilidad.
De acuerdo al Vicerrector de Investigación y Desarrollo, Flavio Salazar, “más allá de los números, es importante considerar que ha ido avanzando una cultura de investigación aplicada hacia la innovación. Esto ha permitido que muchos científicos jóvenes y consagrados se atrevieran a postular, aumentando la oferta de la Universidad. Estamos muy contentos por los resultados, pues es un área altamente competitiva, no obstante, los fondos del sistema siguen siendo insuficientes y la tasa de adjudicación a nivel nacional es bastante baja, por lo que se deben hacer esfuerzos adicionales por parte del Gobierno”.
Sobre los resultados en la institución, la Facultad de Medicina lideró con 9 proyectos, seguida por la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas que destacó con 8, mientras que la Facultad de Ciencias Agronómicas y el Instituto de Tecnología en Alimentos (INTA) obtuvieron recursos para una investigación respectivamente.
Para la Jefa de Proyectos de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID), Paulina Caro, “estos resultados son muy importantes, pues continuamos siendo líderes y mantenemos un espacio que cada vez es más esquivo, ante las escasas fuentes de financiamiento para la iniciativas científicas nacionales. El Concurso es una excelente instancia, ya que logra unir la investigación básica con la aplicada; nos permite capturar nuevos investigadores haciéndolos avanzar desde la hipótesis a la innovación y aplicación, con el objetivo de generar un impacto económico y social considerable”.