Carmen Andrade tras visita a Líbano:

"Las mujeres libanesas se enfrentan con la cultura del patriarcado de manera directa"

Las mujeres libanesas se enfrentan al patriarcado de manera directa
La directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, Carmen Andrade, realizó una serie de conferencias y encuentros con mujeres en Líbano sobre derechos de la mujer y violencia de género
La directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, Carmen Andrade, realizó una serie de conferencias y encuentros con mujeres en Líbano sobre derechos de la mujer y violencia de género
"Lo que más resaltaría es que vi una sociedad que se cuestiona, una sociedad civil muy activa que no acepta las cosas así como son", dijo Andrade.
"Lo que más resaltaría es que vi una sociedad que se cuestiona, una sociedad civil muy activa que no acepta las cosas así como son", dijo Andrade.

“Los temas de la desigualdad entre hombres y mujeres responden a los mismos elementos estructurales en Chile, en Holanda y en el Líbano, sólo que en este último país se expresan de manera más cruda”. Con estas palabras Carmen Andrade, directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género de la U. de Chile explicó las razones de su visita a ese país árabe la semana pasada.

En el viaje, organizado en el marco de una invitación realizada por la embajada de Chile en Líbano, Andrade realizó tres conferencias en la Universidad Libanesa –pública-, en la Universidad de Notre Dame –privada- y en el Instituto Cervantes, compartiendo la experiencia chilena de desarrollo de políticas públicas en defensa de los derechos de la mujer, el desarrollo de una institucionalidad que se hiciera cargo de esa temática, así como la generación de espacios al respecto en instituciones de Educación Superior.

Uno de los aspectos que destacó sobre su visita fue la fuerte movilización de la sociedad civil en torno a temas de género a partir de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), grupos de mujeres, fundaciones y mujeres que ocupan algunas posiciones de poder. “Hay que tener en cuenta que en ese país no existe institucionalidad de género, un Sernam o un Ministerio de la Mujer, en el que se pueda influir. La distribución del poder está dada por el equilibrio entre las comunidades religiosas, no hay un código civil, entonces hay que tratar con diversos actores para buscar soluciones”, explicó.

Debido a esta situación, aquellas personas que deseen contraer un matrimonio civil deben viajar a Chipre, ya que en Líbano sólo existen instancias marcadas por la religión: cada comunidad religiosa se rige por un estatuto particular, por lo que todos los habitantes deben estar inscritos en alguna. A esto se suma que en este país el aborto sólo es permitido en caso de peligro inmediato a la vida de la madre, y cuentan con restricciones para poder acceder al divorcio.

El contexto de las mujeres libanesas, además, se ve afectado por la crisis desatada por la ola de refugiados que han llegado desde la vecina Siria, debido a la guerra civil que la afecta desde 2011. Así, a los casi cuatro millones de habitantes del Líbano, se han sumado al menos dos millones de personas más, aumentando la presión sobre la economía y las instituciones.

"En cada universidad di una exposición general sobre los temas de genero centrándome en los puntos donde hay confluencia, para luego realizar un debate entre los asistentes", explicó Andrade sobre los encuentros sostenidos, donde el que tuvo más participación fue el de la universidad pública, donde se reunieron principalmente alumnos y académicos de las áreas de ciencias sociales, así como todas las autoridades universitarias.

¿Qué visiones existen respecto a la temática de género en el Líbano?

A pesar de que muchos reconocían la existencia de la desigualdad entre hombres y mujeres, algunos también lo cuestionaban. Por ejemplo, un participante de nivel académico, hombre, me dijo “mire, estos temas que usted nos muestra aquí no se dan, acá incluso las mujeres manejan”. Yo no entendía que eso era un signo de mucha liberación en el contexto regional.

Los debates siempre estuvieron cruzados por el tema religioso, qué tanto se puede modificar la situación cuando no hay un código civil sino que las normas las establece cada una de las comunidades religiosas. El Estado es regido por las religiones, es muy diferente a lo que hay aquí. Esa forma de organizar el Estado es una barrera muy difícil de superar.

¿Cómo se da la dinámica de las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres en ese contexto?

Estuve con mujeres libanesas que han levantado algunas ONG, y me comentaron que su trabajo es muy difícil porque ellas se enfrentan con la cultura del patriarcado de manera directa. Sus demandas abarcan desde derechos reproductivos, participación política, con muy poco apoyo estatal.

Estuve también con mujeres que están en el poder, pero que han llegado ahí de manera distinta a lo que podemos imaginar desde acá. Son mujeres que están en cargos importantes, con influencia, con altos niveles de educación pero que también son hermanas, hijas, esposas de…, son de clanes poderosos y parientes directos de los jefes de esos clanes.

Me junté con la hermana de Rafik Hariri, el ex Primer Ministro asesinado en 2005. Es diputada, dirige una fundación, tiene un observatorio de género, pero su presentación pública es a partir de ser hermana de Hariri, y que el Primer Ministro actual es su sobrino. 

¿Qué temas de la realidad local planteó en estas reuniones?

El interés se concentró especialmente en el proceso de formación del ministerio de la mujer, y en la experiencia de la Oficina de igualdad de Género de la U. de Chile. Saben que no tener una institucionalidad a la que acudir es una gran debilidad, y también están intentando instalar en la Universidad Libanesa el tema de género en áreas de docencia, investigación, formación de los estudiantes y no tienen un domicilio que se haga cargo de esto.

¿Cómo se instala el tema de género en la realidad nacional de El Líbano?

Líbano es un país que ha estado destruido por muchas guerras. En las conversaciones surge con mucha naturalidad la muerte a partir de eso. Hoy el tema que los tiene cruzados es el de los refugiados, dicen que las estadísticas oficiales hablan de un millón y medio de refugiados pero especulan que podría ser el doble.

Lo peor es que estos conflictos tienen siempre rostro de mujer. El abuso sexual, las violaciones que ocurren en torno a los conflictos armados, problemas con poblaciones desplazadas que llegan al país, mujeres que van a trabajar en condiciones de trata de personas. Había un debate sobre las condiciones de trabajadoras domésticas, porque las regulaciones son ambiguas, no hay fiscalización, hay denuncias de mujeres que van a trabajar al país y les retienen el pasaporte, están en condiciones de casi esclavitud.

Lo que más resaltaría es que vi una sociedad que se cuestiona, una sociedad civil muy activa que no acepta las cosas así como son. El camino es difícil, pero creo que hay mucha convicción en poner esta temática en el lugar de importancia que le corresponde.