Según The Observatory of Economic Complexity (OEC), Chile es la 41º mayor economía de exportación en el mundo y sus principales exportaciones son el Cobre Refinado, Mineral de cobre, Sulfato pasta química de madera, Cobre sin procesar y Filetes de Pescado. Le siguen los vinos, las uvas y otras frutas y verduras.
Indudablemente, la industria de los alimentos ha ido creciendo y ante este éxito Chile busca doblar las exportaciones de alimentos en los próximos 10 años. En este rubro, el país es un fuerte exportador de pescados, mariscos, verduras, frutas y hortalizas orientados a los mercados de China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Brasil -en ese orden- y otros países con exportaciones de menor envergadura.
Sin embargo, la exportación de alimentos implica el cumplimiento de exigentes normativas internacionales que en los últimos años se ha convertido en la llave maestra para acceder a los mercados del mundo.
Para la continuidad sustentable de las exportaciones de alimentos y el constituir a Chile como una potencia alimentaria, hoy el Estado y el sector privado requieren obligatoriamente contar con laboratorios de análisis de alimentos acreditados y que sean parte de los programas de control oficial de Calidad e Inocuidad de los Alimentos, instancias con altos grados de especialización que permitan detectar y cuantificar compuestos químicos y/o microbiológicos que puedan causar daño a la salud, asegurando así su inocuidad.
Es así como el Laboratorio de Inocuidad de Alimentos (LIA) de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile fue acreditado por la Norma NCh-ISO17025, lo que para su directora, la profesora Javiera Cornejo es sin duda una muy buena noticia dado que constituye "una ampliación de las capacidades diagnósticas nacionales armonizadas internacionalmente, lo que permite mejorar la calidad, la oportunidad y la trasparencia de nuestra respuesta a nivel local y global frente a las crecientes exigencias que la sociedad nos hace en materia de garantías de inocuidad alimentaria".
Es además, manifestó el secretario Ejecutivo de la Agencia Chilena para la Inocuidad, Michel Leporati, "una respuesta concreta de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile ante la demanda creciente de parte de la industria así como de la autoridad de contar con más y mejores capacidades de los servicios de laboratorio nacionales frente a la expansión creciente de la oferta de alimentos tanto a nivel nacional como internacional, a los cada vez más rigurosos controles preventivos que los mercados imponen, y a las necesidades de vigilancia, control y verificación que derivan del nivel de protección definido por la autoridad".
De ahí la importancia que el LIA haya sido acreditado hasta el año 2021 por el Instituto Nacional de Normalización de acuerdo a la Norma ISO 17025, siendo uno de los pocos laboratorios universitarios a nivel país que cuenta con dicha acreditación.
El LIA se ha orientado al área de la microbiología de la cadena alimentaria, y cuenta con más de veinte metodologías acreditadas para la detección y determinación de Salmonella, Listeria monocytogenes, Staphylococcusaureus, Vibriocholerae, E. Coli, entre otros patógenos. Su labor estará orientada fundamentalmente al análisis de muestras de diferentes tipos de alimentos. Dentro del alcance de su acreditación cuenta con dos áreas principales: microbiología para alimentos de consumo humano y microbiología para productos hidrobiológicos tales como moluscos y peces.
En este contexto, el LIA ha sido además autorizado como Laboratorio de Verificación de SERNAPESCA, al ser un laboratorio universitario acreditado bajo la Norma ISO 17025. Esta autorización conlleva una gran responsabilidad para nuestra Universidad ya que todos los productos hidrobiológicos que se exportan tienen que ser previamente analizados bajo el programa Aseguramiento de Calidad para su inocuidad microbiológica y química.
Desde el año 2014, este laboratorio ha trabajado con un sistema de gestión conforme a los requisitos de la norma ISO 17025, motivo por el cual pudo implementar y demostrar su competencia técnica. En este sentido, sólo aplica métodos reconocidos internacionalmente para detectar y cuantificar microorganismos y cuenta con personal altamente capacitado.
El equipo directivo del laboratorio está compuesta por la Dra. Javiera Cornejo, directora; Dra. Pilar Oviedo, subdirectora; Dra. Lisette Lapierre, directora de Investigación y Desarrollo; y la Ingeniera en Alimentos María Elisa Marín, responsable del Sistema de Gestión.
"Este Laboratorio es un gran aporte para la Facultad, para la Universidad de Chile y para el país. Cuenta con altos estándares que dan seguridad respecto de su capacidad de análisis y da absoluta garantía en sus resultados. La industria de alimentos de Chile ha crecido y requerimos contar como país con instancias de nivel internacional", concluyó el decano de la facultad, Santiago Urcelay.