Alerta sobre cambios en el Plan Regulador Comunal del balneario Rocas de Santo Domingo

Columna de M. Isabel Pavez por Plan Regulador Rocas de Santo Domingo
Santo Domingo fue diseñado en los años 1930s por los destacados arquitectos Josué Smith Solar y José Smith Miller, inspirándose en Palos Verdes (California).
Santo Domingo fue diseñado en los años 1930s por los destacados arquitectos Josué Smith Solar y José Smith Miller, inspirándose en Palos Verdes (California).

El anuncio de una próxima renovación del Plan Regulador Comunal del balneario de Rocas de Santo Domingo para hacer frente a la creciente expansión demográfica, en la cual incidiría no solo la cercanía a la metrópoli de Santiago sino también el impacto de la construcción de un mega-puerto en San Antonio, ha generado por parte del Alcalde, Sr. Fernando Rodríguez Larraín, la necesidad de informar que abogará por que se mantenga el carácter de “comuna-parque” para Santo Domingo (“carácter fundacional”), velando por el mantenimiento de la calidad de vida en el mismo. La renovación del plan regulador cubriría no solo el balneario sino también los asentamientos rurales como El Convento, San Enrique, Las Salinas y Caleta Mostazal, entre otros regulares, y también los asentamientos irregulares.

Se recordará que Santo Domingo fue diseñado en los años 1930s por los destacados arquitectos Josué Smith Solar y José Smith Miller, inspirándose en Palos Verdes (California), y sus primeros predios se vendieron desde 1942. En el concurso correspondiente (años 1930s), participó como parte del jurado el arquitecto-urbanista austríaco Karl Brunner.

Si en los hechos Santo Domingo se convertirá en poco tiempo en un barrio del puerto de San Antonio ─ lo que en realidad viene apreciándose paulatinamente desde hace varias décadas─, parece necesario abordar el trabajo del nuevo plan regulador comunal teniendo claro desde la partida la nueva naturaleza de la urbanización y sus formas deseables en el marco de criterios de efectiva sustentabilidad territorial y urbana. De esta forma se moderaría, al menos en parte, la especulación urbana que bien podemos imaginar; no se puede olvidar, entre otros casos negativos, la desmesura de alturas y densidades en el caso del megaproyecto San Alfonso del Mar (Algarrobo Norte) ubicado junto al mar, y su negativo impacto en el paisaje y ecología del borde costero, sin contar con los eventuales riesgos para la población.

Los criterios generales de sustentabilidad urbana y territorial han sido suficientemente difundidos en los últimos veinte años, y, en la actualidad se cuenta, además, con muchos indicadores al respecto. Cabe desear entonces que, si el proyecto de los arquitectos Smith S. y Smith M. dio lugar a una planificación y diseño urbano emblemáticos en su momento histórico, sería deseable que 80 años después, las nuevas circunstancias dieran lugar a una intervención siglo XXI también emblemática y, por cierto, en el sentido positivo.