Columna de Opinión:

Envejecimiento positivo: el desafío actual de la integración

Envejecimiento positivo: el desafío actual de la integración
"Nuestra apuesta es la de adoptar un enfoque integral del envejecimiento, comprendiendo el buen o mal estado de salud siempre circunscrito a un contexto", plantean los académicos.
"Nuestra apuesta es la de adoptar un enfoque integral del envejecimiento, comprendiendo el buen o mal estado de salud siempre circunscrito a un contexto", plantean los académicos.
Mario O. Moya, Bárbara Angel, Lydia Lera y Cecilia Albala son parte de la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento de la Universidad de Chile.
Mario O. Moya, Bárbara Angel, Lydia Lera y Cecilia Albala son parte de la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento de la Universidad de Chile.

Chile es un país envejecido. La crónica anunciada hace algo más de tres décadas es en la actualidad una realidad palpable, particularmente, si consideramos que el número absoluto de personas mayores ha aumentado 6,8 veces entre el año 1950, en donde la población de 60 y más años era de 416.741 personas y el año 2017, en que alcanzaron los 2.850.171. Nuestra expectativa de vida al nacer en la actualidad es de 80,5 años, lo que nos ubica como el segundo país, después de Canadá, más longevo de América. Asimismo, la expectativa de vida a los 60 años ha aumentado aceleradamente alcanzando en la actualidad 20,88 años en hombres y 24,35 en mujeres.

Este panorama sociodemográfico, instala la necesidad de pensar el envejecimiento y vejez desde distintas ópticas, puesto que las oportunidades que tendremos como sociedad a medida que envejezcamos, dependen en gran medida de elementos como la salud y las condiciones socioeconómicas que permitan la participación e integración social y promuevan, fundamentalmente, la autonomía y autodeterminación de las Personas Mayores ya que el aumento de la expectativa de vida es una tarea que se ha logrado con relativo éxito.

Siguiendo los lineamientos de la OMS/OPS, Chile ha transitado por tres enfoques para abordar el Envejecimiento y Vejez desde las políticas públicas en salud (Envejecimiento Saludable, Activo y Positivo), sin embargo, indistintamente del nombre por el cual se opte, se busca mantener la autonomía, las capacidades intrínsecas y mejorar las condiciones y calidad de vida, entendiendo los estados de salud y calidad de vida, como elementos no aislados de los aspectos de entorno, ambientales y psicosociales no enfocados de una manera particular a las personas de 60 y más años, si no que desde un enfoque que considera todo el ciclo vital, puesto que las capacidades intrínsecas pueden comenzar a disminuir mucho antes de corte etario que define a la vejez. Nuestra apuesta, en este sentido, es la de adoptar un enfoque integral del envejecimiento, comprendiendo el buen o mal estado de salud siempre circunscrito a un contexto, y necesariamente, abordado o intervenido desde un trabajo multisectorial.

Así, el desafío del envejecimiento positivo plantea una serie de aspectos que necesariamente deben ser integrados en los análisis y en la producción de políticas sociales y de salud para la población, con el objeto de abordar el envejecimiento desde su complejidad y siempre desde una mirada que busque prevenir la disminución de las capacidades intrínsecas y de las enfermedades crónicas desde las edades tempranas, creando, por ejemplo, ambientes amigables para las personas; mejorando la medición, monitoreo y comprensión de la salud de las personas mayores; desarrollando sistemas de cuidado de largo plazo; y, alinear los Sistemas de salud hacia una sociedad que continúa envejeciendo vertiginosamente. Este es el desafío para el Estado, la academia y sociedad civil, el de ser agentes activos para una vejez integral y saludable.