En la Sala Museo

Archivo Andrés Bello realizó homenaje a Gabriela Mistral junto a la poeta Elvira Hernández

Archivo Andrés Bello realizó homenaje a Gabriela Mistral
La directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, junto a la poeta Elvira Hernández.
La directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, junto a la poeta Elvira Hernández.
La poeta Elvira Hernández dando su conferencia "Gabriela Mistral y la mancha de las águilas cenicientas".
La poeta Elvira Hernández dando su conferencia "Gabriela Mistral y la mancha de las águilas cenicientas".
La conferencia se llevó a cabo en la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en la Casa Central de la Universidad de Chile.
La conferencia se llevó a cabo en la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en la Casa Central de la Universidad de Chile.
El evento se realizó el pasado jueves 20 de diciembre a sala llena.
El evento se realizó el pasado jueves 20 de diciembre a sala llena.

En la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en la Casa Central de nuestro plantel, la poeta chilena Elvira Hernández, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2018, llevó a cabo la conferencia “Gabriela Mistral y la mancha de las águilas cenicientas", una actividad organizada en conjunto por el Archivo Central Andrés Bello (AB) y la Cátedra de Derechos Humanos de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones (Vexcom) con motivo de la conmemoración de ambas fechas y del cierre de la exposición “Momento Constituyente. Del pueblo a la ciudadanía”.

Dicha muestra, que se encontrará alojada en la Sala Museo Gabriela Mistral hasta el próximo viernes 11 de enero, abrió el debate constitucional desde el patrimonio republicano del país, ofreciendo un espacio donde se han cuestionado las líneas básicas de la vida en común.

La directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, dio inicio a la conferencia agradeciendo a la poeta Elvira Hernández por su vínculo con la Sala Museo desde su inauguración en 2015, que tuvo como uno de sus principales objetivos reconocer a la poeta como parte de la historia de la Universidad de Chile.

“Gabriela Mistral fue velada en el Salón de Honor de esta Casa Central y esta sala pretende de alguna manera reconstruir ese vínculo, pero también instalar a la Mistral en todos sus mensajes, entre ellos la importancia de la voz de los pueblos”, explicó Alejandra Araya.

A través de su conferencia, Elvira Hernández se propuso ahondar en ciertas preocupaciones y concepciones sobre la sociedad chilena, América Latina y Europa que la poeta plasmó en sus prosas, siendo parte del movimiento sociopolítico de aquellos años y habiéndose impregnado, en las propias palabras de Mistral, de la “espiritualidad” de los pueblos que recorrió en su carrera como diplomática, pedagoga y escritora.

Lucila Godoy logró salir de su condición de paria, emerger de nuestra sociedad clasista y racista que la ahogaba, sobrevivir, autoexiliarse. Llevar muy en alto su ser mujer y completarse situándose junto a una élite internacional gracias a esa duplicidad mistral que le permitía alcanzar el derecho a la palabra”, fueron las palabras de Elvira Hernández describiendo a Gabriela Mistral.

Asimismo, Hernández valoró la importancia que la poeta le dio a la raza, un concepto que siempre acunó para autodefinirse y que tuvo especial relevancia en su trabajo a lo largo de los años. Muestra de aquello fue cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945, momento en el que, por medio de un discurso, enfatizó su pertenencia a un pueblo mestizo.

"’Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguajes española y portuguesa’. En otras palabras, el codiciado premio lo obtenía una poeta que declaraba en ese momento solemne la lealtad con sus ancestros continentales precolombinos y a esa lengua híbrida”, explicó Hernández.

Fue esa identidad mestiza, según Hernández, lo que siempre causó conflictos en la alta sociedad de la época. “Lo imperdonable para la élite nacional fue que hablara como una mujer mestiza, aindiada, reconociéndose en una chilenidad que era, visible y notorio, mestiza, y que se desplazara con un habla criolla que gozaba porque le permitía decir todo lo que le parecía, y que la élite quiso mantener blanqueada”.

Mistral a 70 años de la Declaración Universal de los DDHH

Elvira Hernández reflexionó sobre el pasado 10 de diciembre, fecha en la que se conmemoraron los 70 años de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, asegurando que “estos derechos los fuimos perdiendo de vista muy poco después de su votación en el año 1948, ya que para adquirir algún significativo relieve debe ser en la medida en que son discutidos y observados en una Constitución, discutidos en alguna Asamblea Constituyente o en leyes que los reflejen y los hagan suyos. En la medida también, y ya en estos días, en que sean parte de nuestra educación cívica, en aula, para que esta pueda ser considerada formativa y educación de calidad”.

Asimismo, aludió al período de post dictadura señalando que “no contribuyó a hacer de los derechos humanos un alimento diario en nuestras vidas, a enseñarnos a convivir con otros en respeto. El individualismo neoliberal, en un ejercicio de competencia desatada, borraba los límites y la existencia de un igual a su lado en pos de su fin último: la utilidad, la ganancia”.

“Así, este 10 de diciembre nos ha encontrado con que los derechos humanos, esta declaración, no son para una aparente mayoría palabras reconocibles: las autoridades se entorpecen con ella, se les confunde la realidad, no atinan a reconocerlos en la mujer, en el pueblo mapuche y los derechos de los migrantes”, enfatizó Hernández.

En ese sentido, puntualizó en la importancia de volver hacia Gabriela Mistral y otros hombres y mujeres del país “que han dejado legados que es obligación moral recibir, que fueron conscientes de los tiempos en pasado, presente y venideros, recurrir a sus miradas y reflexiones aunque sea a los jirones en que podamos haberlos convertido, expertos, como somos, en demoliciones de nuestra historia”.

Mistral y el feminismo blanco

El contexto sociopolítico en el que Gabriela Mistral vivió y desarrolló su trabajo estuvo marcado por los primeros atisbos de la idea de emancipación de las mujeres en Chile y de movimientos de mujeres en Estados Unidos y Europa que lucharon por el derecho a voto. Aquello la llevó a explayarse en variados discursos y textos sobre el trabajo femenino, y oficios y profesiones en los que las mujeres han estado siempre presente, como en áreas relacionadas con el niño y la infancia, en las labores hortícolas y campesinas, entre otras.

En ese sentido, Elvira Hernández explicó que Mistral “estaba por entero imbuida de las luchas mujeriles, pero discordando de las propuestas y objetivos del feminismo norteamericano, que empezaba a encabezar una opinión mundial. Le parecía que había mucha voluntad en las mujeres chilenas para formar sociedad diversas, de la que les sospechaba la vanidad de presidirlas, y el estar ligadas a la élite nacional. Su exigencia era que esas organizaciones se confederaran con la participación de las obreras, maestras y trabajadoras de las que se sentía partícipe”.

“Gabriela Mistral no estaba de acuerdo con que la mujer reemplazara al hombre en todas las esferas del ámbito laboral”, explicó Hernández, debido a que “ese reemplazado mecánico en lugares de operación masculina era un peligro para la mujer en esos momentos no instruida, por lo tanto no conocedora del mundo, no liberada de superstición respecto de ella misma. Le parecía que quedaba inerme a voraces intereses para controlar su propia situación social, lo que la hacía manipulable”.

Finalmente, Elvira Hernández aseguró que Gabriela “maliciaba que más que adquirir sus derechos individuales en la instancia del sufragio, se le aguachaba para una falsa participación otorgada a las amas de casa, nunca ciudadanas con instrucción cívica, punto de controversia con las feministas del sufragio, a quienes veía actuando con entusiasmo espotaneísta, pero carentes de ideas articuladoras de un gran movimiento social de mujeres”.

La poeta Elvira Hernández se ha consolidado como una de las voces más potentes del contexto latinoamericano contemporáneo con sus obras referentes a la contracultura chilena en dictadura y el desarraigo, entre muchas otras.