Entrevista al prof. Tulio Núñez, vicepresidente de la CSAI:

La Universidad en constante revisión: una oportunidad para ratificar su institucionalidad en aseguramiento de calidad

Entrevista al vicepresidente de la CSAI
Tulio Núñez, académico de la Facultad de Ciencias, vicepresidente de la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional.
Tulio Núñez, académico de la Facultad de Ciencias, vicepresidente de la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional.
Integrantes de la CSAI en compañía de autoridades del Consejo de Evaluación.
Integrantes de la CSAI en compañía de autoridades del Consejo de Evaluación.

¿Qué experiencia nos deja el trabajo desarrollado como Universidad en el proceso de acreditación?

Estamos contentos por la labor del COAI (Comité Operativo para la Acreditación Institucional). Primero, nos deja todo el conocimiento que se logró reuniéndose con las bases, yendo a las facultades, interactuando con las direcciones; esa riqueza la debiéramos tomar como procedimiento habitual de acción en los procesos de autoevaluación. No ubicarnos en una torre de marfil, sino que estar continuamente interactuando como comunidad. También nos dejó un repositorio de datos e información institucional, que corresponde a "una foto" que se tomó respecto al período de la acreditación institucional. El reto de todos será hacer de esto algo viviente, que sea alimentado continuamente, porque la Universidad va cambiando y es necesario que esos datos no que queden ahí sólo como un documento de la acreditación.

La CSAI se pudo constituir tras decretar en el año 2016 el Reglamento de Autoevaluación Institucional, luego de estar por cerca de 9 años en tramitación, ¿por qué costó tanto?

Pienso que no debió demorarse tanto. No creo haya habido oposición a la formación de este tipo de Comisión Superior por parte de las autoridades, porque es esencialmente un sistema de evaluación interna del control de la calidad y de la búsqueda de la excelencia. Tal vez durante este período la Universidad tuvo otras prioridades. Pudo haber sido la acreditación institucional de 2011, y después la acreditación intermedia, que desvió completamente el quehacer del Comité de Autoevaluación Institucional de ese tiempo desde la autoevaluación hacia la acreditación. Creo que ahora ha llegado el tiempo de la CSAI como impulsor de los proceso de autoevaluación interna.

El Comité de Autoevaluación funcionó como órgano transitorio mientras se preparaba el reglamento de Autoevaluación. Dado que usted fue integrante, ¿qué lecciones nos dejó ese Comité, en tanto orgánica pionera en estas materias, para entender hoy la lógica de la autoevaluación?

El proceso de autoevaluación es una mirada hacia adentro, es una apreciación introspectiva sobre lo qué nos falta en la búsqueda de la excelencia. Mientras funcionó el Comité de Autoevaluación, alcanzamos a impulsar procesos en la Facultad de Ciencias, la Facultad de Filosofía y Humanidades, la Facultad de Ciencias Veterinarias y el INTA. El proceso de análisis de su situación permitió a estas unidades tener la convicción de que era necesario mejorar y así lo hicieron. Entonces sí, esos procesos generan avances en las unidades que lo hacen.

Un aspecto importante en estos sistemas es poder contar con buenas fuentes y plataformas de información. ¿Cómo ve este aspecto que en ocasiones se ha mostrado como poco centralizado en la Universidad?

Nuestro reto como Universidad es tener un sistema de información institucional actualizado, con datos de todas las áreas para que este repositorio sea usado en los procesos de autoevaluación y acreditación. El proyecto U-Datos va es esa dirección. En el COAI hicieron un enorme trabajo de recolección de datos, el repositorio, que va a contribuir a los procesos de autoevaluación. Lo ideal sería tener un registro actualizado continuamente de los indicadores de calidad en cada una de estas áreas del saber desarrolladas en nuestra Universidad, para que facilite el análisis de las fortalezas y debilidades, de las amenazas y oportunidades. Este registro integrado debe estar disponible para disminuir el esfuerzo que requiere la recolección de datos, muchas veces una etapa limitante, y así poder entrar rápidamente a la etapa de análisis que es lo más relevante.

"Un proceso continuo de autoevaluación hace que la acreditación sea menos laboriosa"

¿Cómo se construyen procesos para que la Universidad pueda verse a sí misma? 

Pienso que debieran ser procesos con planes de acción de tres años, en el que los avances se analicen una vez al año. A fines del tercer año se podría actualizar el plan de acción según los avances y los nuevos retos y amenazas, siempre con un sentido de continuidad. Este proceso va a tener productos que pueden ser absolutamente utilizables en los procesos de acreditación; tener un proceso continuo de autoevaluación hace que la acreditación sea menos laboriosa. Para iniciar este proceso, nosotros (CSAI) debemos generar los instrumentos que medirán la calidad de las diversas actividades de la Universidad. Durante el año 2018, la CSAI se dedicó a conocer la Universidad y su funcionamiento; quiénes somos, para dónde vamos. En mi opinión no hemos avanzado con la velocidad que debíamos, por lo que necesitamos un consenso de grupo que esta etapa de adquisición de conocimiento terminó. A este paso lento se suma el hecho que estamos trabajando un poco en el aire, sin secretaría ejecutiva, sin analistas, sin espacios de trabajo ni presupuesto. En este aspecto debo destacar al importante apoyo que nos ha dado el Consejo de Evaluación al facilitarnos, como Secretario Ejecutivo, al Sr. Pablo Duarte. Si la Universidad es seria con respecto a esta Comisión, va a tener que poner todos los elementos de estructura y personal para que funcione de forma correcta, como lo esperamos nosotros y el conjunto de la comunidad universitaria.

¿Es una tarea difícil hacer andar la Autoevaluación Institucional?

Hay varios desafíos por delante, y creo que muchos de ellos pueden llegar a sobrepasar la capacidad operativa de esta Comisión. En esto tenemos que dar la pelea para que se logre instalar una orgánica de funcionamiento óptima. Al establecer nuestros instrumentos de medición de estándares de calidad debemos ir más allá de lo que solicita la CNA en los procesos de acreditación. En la búsqueda de la excelencia, la Universidad de Chile debe considerar, además, su característica de Universidad de carácter nacional, pública e inclusiva. Sin duda estaremos preocupados de la excelencia, pero también de cómo podemos trascender en nuestra condición de universidad pública, de cómo señalamos un camino para enfrentar los problemas y asumir las soluciones para el país. De este proceso pueden surgir alianzas muy potentes con otras universidades del Estado, que nos permitan compartir este aprendizaje y sus proyecciones.

¿Qué mensaje le ofrecería a las autoridades que deben instalar las Comisiones Locales de Autoevaluación Institucional?

Pienso que los Decanos y Directores de Institutos debieran ver el proceso de autoevaluación como una instancia enriquecedora que va a mejorar no solo la calidad, sino que también el sentido público que debe tener cada unidad. Les diría que ojalá lo implementen prontamente pues es un proceso tremendamente positivo. Sin duda que el proceso de autoevaluación va a tener características propias en cada Unidad, pero la meta siempre será el ser la mejor facultad o instituto de la educación superior chilena. Este objetivo requiere de apoyo institucional. Hay muchas medidas que las facultades podrán tomar para mejorar su calidad o su excelencia, que no requieren dinero, pero habrá otras que sí van a requerirlo. Ahí tiene que estar el apoyo de las autoridades centrales, en presupuesto y en recursos humanos. Si la Universidad quiere tener un proceso de mejoramiento permanente de su calidad, nuestro directivos tendrán que dotarlo de una estructura que lo sostenga y de los aportes monetarios que se necesiten.