Ubicado en calle Fanor Velasco 22, a pocas cuadras del TNCH, en pleno centro de la capital, la antigua sastrería se erige como una huella de un pasado donde los Teatros Universitarios realizaban sus propias producciones, encargándose no sólo de la línea editorial y los equipos de trabajo, sino también de la creación y confección de todo lo necesario para materializar la puesta en escena: vestuarios, escenografías y utilerías.
Tras asumir como director artístico del TNCH en mayo de 2017, Ramón Griffero se abocó a la tarea de poner en valor el abandonado edificio –conocido coloquialmente como “la sastrería”-, donde se guardan cientos de baúles, escafales, máquinas de coser y decorados que contienen la sabiduría de un sinnúmero de profesionales del diseño, de radical importancia en la historia de las artes escénicas nacionales.
Gracias a la obtención de fondos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, durante 2018 se proyectó la primera etapa de un plan de revitalización y salvaguardia destinado a resolver las preocupaciones más urgentes, con el apoyo de un equipo de profesionales de la Escuela de Diseño Teatral de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
La diseñadora teatral y una de las investigadoras a cargo, Nicole Salgado, destacó que este proyecto “abre un espacio para construir la historia del diseño teatral en Chile. Cuando nos integramos a esta disciplina -como estudiantes- no tenemos dónde ni cómo recurrir al legado de los profesionales que nos antecedieron. La colección de Fanor Velasco 22 permite completar una serie de vacíos históricos en torno a la creación teatral en el país".
"Gracias a esta iniciativa comprobamos que hay una nueva veta en nuestro desarrollo como profesionales del diseño. Además de la creación de una determinada visualidad para los montajes, podemos y debemos generar una reflexión en torno a nuestro quehacer y profundizar desde la investigación", señaló la diseñadora teatral, Valentina San Juan.
El proceso de restauración patrimonial
Este plan de restauración patrimonial se centró en la recuperación y mejoramiento del inmueble, junto con el rescate, catalogación y restauración de los vestuarios. Durante los primeros días del proceso, se priorizó el trabajo de limpieza y orden del edificio.
Posteriormente, el equipo a cargo inició un proceso de catalogación de los vestuarios, identificando diseñadores responsables, año de confección y obra en la que fueron utilizados. En ese contexto, se establecieron una serie de parámetros tendientes a trabajar profundamente en una pequeña muestra de seis vestuarios para que fueran restaurados y exhibidos a la comunidad.
Primó, entre otros criterios, la idea de contar con piezas realizadas por los principales diseñadores que trabajaron en el TNCH: Guillermo Nuñez, Jorge “Chino” González, Ana Soza, Pablo Nuñez, María Kluczynska y Sergio Zapata. En segundo lugar, se seleccionaron vestuarios de los cuales se conservara la colección de la obra completa. Por último, se optó por considerar piezas atractivas en lo visual, ya sea por su técnica, materialidad o proceso de confección.
Acerca de esta experiencia, la diseñadora e investigadora del proyecto, Andrea Ortiz, concluyó que esta experiencia “permitió percibir, de primera mano y materialmente, el sello de autor de cada uno de los diseñadores estudiados. Todos tienen un discurso que se elabora en el transcurso del tiempo y ha sido gratificante identificar esas marcas. Estos vestuarios conforman un verdadero patrimonio, pues narran y develan su propio relato de una época determinada".
Este martes 14 de mayo, a las 19:00 horas, el TNCH presentará la publicación “Fanor Velasco 22: Etapa 1” y exhibirá seis vestuarios destacados. Además, el teatro anunciará su programación 2019.