Académicas abordan la crisis de los cuidados a más de un año del inicio de la pandemia

Académicas abordan la crisis de los cuidados a más de un año del inici

“El tema de los cuidados ha sido discutido durante décadas por las feministas y movimientos feministas”, sostiene Catalina Arteaga, quien agrega que hoy es una realidad que se ha ampliado y evidenciado con la pandemia.

En ese sentido, es que no pocas voces, en el debate público, se encuentran planteando la necesidad de incluir el derecho al cuidado en los principios fundamentales de la nueva constitución; que reorganice la economía y la sociedad en torno a la reproducción social de la vida y a partir del cual, emanen nuevas legislaciones y normas.

Catalina Arteaga, docente de la Facultad de Ciencias Sociales, y Coordinadora de la Red de investigación en interseccionalidad, género y prácticas de resistencia Red Iger, explica que “los datos de cuidados con que se cuentan señalan que las mujeres dedican más del doble de tiempo en general a tareas domésticas, con relación a los hombres y esto ha aumentado en pandemia y encierro. La situación es diversa de acuerdo con el contexto socioeconómico y cultural, siendo más dramática en algunos casos, como quienes cuidan a niños/as pequeños, enfermos, personas con discapacidad, pero todo el trabajo de cuidados se ha visto aumentado en horas, espacios, agobio e impacto en la salud mental”.

Por su parte, Rocío Lorca, profesora de la Facultad de Derecho, analiza la situación a la luz de un nuevo año en pandemia, y señala que a diferencia del año 2020 “se ha visibilizado más el tema de los cuidados lo que tiene relación con que las mujeres de algún modo nos hemos logrado adaptar, con mucha dificultad, y hemos podido empezar a hablar de esta situación. Hasta hace poco estábamos tan ahogadas, tratando de sobrevivir que ni siquiera había tiempo para analizar lo que estaba pasando”.

Junto a esto, argumenta que el gran desafío de la igualdad es identificar las distintas necesidades. “El principio de igualdad es que todos importamos lo mismo, pero somos todos distintos, por lo que hay que mirar las distintas realidades concretas. Eso obviamente, es más difícil de hacer, pero no imposible. (…) Una aproximación política que se puede promover a nivel universitario, es que las distintas unidades hagan partícipes a las personas con cargas de cuidado en el diseño de las medidas necesarias. Es importante generar el espacio para que las mujeres puedan participar en la generación de las propuestas, proponer ideas que se adecuen a la propia realidad”.


Por otro lado, las medidas económicas del Estado se han enfocado en la población general, no existiendo aun medidas concretas para quienes realizan el trabajo de cuidados.

Al respecto, para Lorca más allá de que se ha legitimado el problema, los discursos están mirando cómo reorganizamos la sociedad hacia el futuro. No obstante, “también hay que preguntarse cómo hoy se pueden reorganizar las tareas y cómo se va a mitigar el impacto de la pandemia sobre todo en las mujeres”.

“Hay un tema que poner sobre la mesa, antes de hablar de medidas urgentes, y es reconocer que existe una resistencia a tomar ciertas medidas de acción afirmativa desde el feminismo a la cultura hegemónica. Esta dificultad es compleja y requiere ser visibilizada; para algunos hay resistencias ideológicas, y se señala que medidas afirmativas reproducen la idea de que son las mujeres las que deben asumir las tareas de cuidado”.

Sin embargo, la académica recuerda que la “historia nos ha mostrado que la única manera de avanzar en igualdad es con medidas de acción afirmativa; que son desiguales, porque apuntan a ciertos grupos, pero se parten con las más urgentes o donde hay problemas más agudos”.

Suspender la docencia para algunas académicas durante un semestre, alivianar la carga laboral de las funcionarias, detener plazos y fondos para que todos quienes están en el sistema de producción de conocimiento puedan recuperarse, son algunas de las propuestas e ideas para paliar el impacto de la pandemia en las mujeres que realizan el trabajo de cuidados.

“Mi propuesta es que internamente, la universidad pueda mirar a quienes han visto muy afectada su capacidad de producción y darles un respiro – por ejemplo, que, en los próximos 3 años las mujeres tengan la posibilidad de elegir un semestre sin docencia, y con eso poder recuperar algo de tiempo. Que sea en un periodo, de modo de no afectar la oferta de la universidad hacia los estudiantes”.

Otros académicos han dicho, “mejor parar el Fondecyt, hasta que todos puedan recuperarse. Pueden ser distintas medidas; lo concreto es que una medida de acción afirmativa que selecciona un grupo tiene la virtud de que incentiva a una mayor representación de un grupo subrepresentado, eso para las mujeres es importante; aunque tiene el problema de generar resistencias, explica.

Políticas de Estado

“Los movimientos sociales de los últimos años en Chile y sus demandas planteadas, apuntan a la construcción de una sociedad y un Estado que se haga cargo de la seguridad, precariedad, y vulnerabilidad de las personas a lo largo de su vida, de manera colectiva”, recuerda Catalina Arteaga.

En cuanto a la norma, Chile ha suscrito tratados y compromisos que establecen el cuidado como trabajo y como derecho humano, lo que implica obligación de desarrollar políticas y programas para toda la población de manera transversal.

Al igual que la profesora Lorca, Catalina Arteaga señala que “hay experiencias de sistemas de cuidados en otros países y para establecer una política en Chile, debemos dar una discusión acerca de si seguiremos dejando el cuidado en manos de las mujeres o debemos hacernos cargo como sociedad de esto”.

“En ese marco, hay que preguntarse por el tipo de Estado que queremos y necesitamos para ello. Las organizaciones que han debatido el tema, que son diversas en términos de composición etárea, socioeconómica, plantean la necesidad de un Estado social cuidador, que deje el enfoque subsidiario, así como establecer el derecho al cuidado y desde allí, elaborar políticas pertinentes a ese marco. Ya no es suficiente pensar en algunas iniciativas acotadas, pues los cuidados nos incluyen a todos/as en nuestras necesidades como seres humanos”, puntualiza la coordinadora de la Red de investigación en interseccionalidad, género y prácticas de resistencia Red Iger.

En la misma línea, la profesora Lorca explica que a nivel país, “si se está discutiendo el ingreso universal, se tiene que discutir sobre el trabajo reproductivo. No es algo descabellado, en muchos países del mundo se les paga a los padres por el cuidado de hijos o de personas mayores. Eso hay que hacerlo, y que sea universal, que cubra la clase media. Nuestros impuestos están dirigidos al cuidado de todos, ese cuidado lo realiza a veces la madre, a veces el establecimiento educacional y aportamos todos. Creo que estamos en un buen momento para plantearlo”.