Fondo Valentín Letelier

Proyecto U. de Chile reúne a vecinos y vecinas de barrio Yungay para el rescate de sus desaparecidos cines

Vecinos de barrio Yungay rescatan sus desaparecidos cines
El Teatro Novedades es la única sala que queda en pie y que tiene un uso cultural. Ahora está siendo rescatada por los vecinos y vecinas del barrio.
El equipo de "Nuestros cines ya no están" realizó foros de entrevistas y conversación con vecinos y vecinas para levantar la memoria histórica de los cines.
Otra de las actividades fue el mapeo de los desaparecidos cines y teatros del barrio Yungay.
Alicia Scherson
La cineasta y académica Alicia Scherson es una de las encargadas del proyecto "Nuestros cines ya no están".

El Selecta, el Minerva, el Teatro Colón, el Biógrafo Apolo, el Rotativo O’Higgins, el Marconi, el Pabellón París, el Pabellón Yungay, el Teatro Zig Zag y el Teatro Electra, el Cine Alcazár y el Cine Brasil, el Teatro Novedades, la Sala Portales, el Principal y el Madrid, el Biógrafo Alameda, el Alessandri, el Teatro Carrera y el Politeama. Estos eran los nombres de los veinte cines y más que llegaron a existir en el barrio Yungay, reflejo de una época dorada, en la que disfrutar de una película era una de las actividades más apreciadas por las familias chilenas y al alcance de cualquier bolsillo.

Este fenómeno -que se repitió en otros barrios de Santiago y también en regiones- se desarrolló durante décadas hasta que el golpe de Estado de 1973 destrozó la vida cultural. “Hay varias causas de por qué van desapareciendo los cines. Una es la llegada de la televisión en los año 60, pero creo que lo que más afectó esta actividad fue la dictadura. Los teatros fueron cerrando, se acabó la vida nocturna y callejera, fueron solo quedando los cines del centro, pero los de barrio fueron desapareciendo, hasta que en los años 80 murieron casi todos”, cuenta la cineasta y académica de Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la U. de Chile, Alicia Scherson, quien es parte del equipo a cargo del proyecto “Nuestros cines ya no están”, financiado por el Fondo Concursable Valentín Letelier de 2021, una iniciativa que rescata la memoria de los cines y teatros del barrio Yungay.

Durante todo un año, el equipo reconstruyó esta historia a través de los testimonios de vecinos y vecinas, quienes participaron de entrevistas, talleres presenciales y encuentros online donde compartieron sus recuerdos de infancia y adolescencia. Este sábado 9 de abril a las 11 horas, en el Museo de la Educación, se realizará un nuevo foro abierto a la comunidad y a las organizaciones sociales, instancia en la que se presentarán los resultados de estos meses de trabajo y donde se plantearán ideas de recuperación de la experiencia de cine barrial. 

“Queremos preguntarles a los vecinos y vecinas si ven posible recuperar este espacio perdido, a través, por ejemplo, de recuperar un teatro o levantar uno nuevo”, cuenta Scherson sobre el encuentro al que se puede participar previa inscripción vía formulario.

De hecho, en paralelo al proyecto “Nuestros cines ya no están”, nació una iniciativa empujada por vecinos, vecinas y organizaciones sociales, de rescatar el Teatro Novedades, única sala que sobrevive de la época de oro y que está en manos de la Municipalidad de Santiago. Así, a mediados de marzo, se realizó un primer encuentro voluntario, con ayuda del municipio, para limpiar, reparar y acondicionar el teatro como un espacio comunitario, donde se puedan realizar actividades culturales, entre ellas, proyecciones de cine.

“Estamos apoyando esta iniciativa que coincidió con nuestra investigación. También queremos impulsar el desarrollo de un cineclub local que ya existe. Compramos un telón con el que vamos a realizar unas proyecciones como parte de nuestro cierre de proyecto en el Teatro Novedades y probablemente en la Plaza Yungay, y luego se lo queremos donar a esta agrupación para que ellos sigan. También queremos seguir asesorándolos con académicos del ICEI y de la Cineteca de la U. de Chile”, comenta Alicia Scherson.

Además del Teatro Novedades, también siguen en pie el Cine Alcazár, que hasta hace poco era ocupado por el restaurante “Los chinos ricos”, frente a la Plaza Brasil, pero que hoy está abandonado; el Teatro O’Higgins que hoy es un templo evangélico y el Teatro Carrera, que por mucho tiempo funcionó como discoteque y hoy está deshabitado. “Tenemos la ilusión de que quizás las autoridades, el Estado, pudiese interesarse en comprar estos espacios, recuperarlos y volver a darles la rica vida cultural que tuvieron”, dice la cineasta.

Todos los resultados del proyecto “Nuestros cines ya no están” quedarán alojados en un sitio web como un modelo de investigación “piloto”, que podría ser replicado en otros barrios de Santiago y también en regiones. “Estos no eran simplemente cines, eran lugares de encuentro al estilo de un centro cultural, donde la gente se sentía muy parte de ellos. Descubrimos que mucho más allá de las películas que se proyectaban, la gente recuerda la experiencia de ir al cine. De hacer la cimarra para poder pasar todo el día viendo películas, de ir con la familia los fines de semana y ver desde una película de terror, pasando por un western o un musical, porque no había restricción de edad y menos de precio, porque los tickets eran muy baratos. Ir al cine era un lujo al alcance de todos”, concluye.