Jorge Rizik, director de Revista Sur:

“La migración enfrenta a la sociedad con sus propios problemas”

Jorge Rizik: "La criminalización hacia los migrantes no es algo nuevo"
Jorge Rizik, director de Revista Sur.
Jorge Rizik, director de Revista Sur.

Productor y conductor del podcast con enfoque intercultural “Chile a Todo Color”, además de ser fundador y director del medio Revista Sur, Jorge Rizik cuenta con 12 años de experiencia en el ámbito de las comunicaciones y la migración razón por la cual será parte de la primera versión de la Semana Migrante titulada “Tejiendo redes para una sociedad antirracista e intercultural”, iniciativa organizada por la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas y la Plataforma Cultural  de la Universidad de Chile que se realizará entre el 28 de noviembre hasta el 01 de diciembre.

Por su experiencia y trayectoria, el periodista será parte del panel “Comunicación, redes migrantes e incidencia política”, el que se realizará el día miércoles 29 de noviembre a las 16 horas. Así, previo a las actividades de la Semana Migrante, en la siguiente entrevista, Rizik reflexiona respecto del rol de los medios de comunicación frente a la migración, la desinformación y la incidencia política.

¿De qué manera se fue construyendo el medio Revista Sur hasta lo que es hoy?

Las distintas comunidades tienen voz propia, un montón de saberes, de cargas, que pueden aportar y enriquecer el debate. Nosotros eso lo hemos ido aprendiendo en la medida que fuimos conversando con las comunidades. Nunca fue nuestro objetivo ser la voz final, pero sin embargo fuimos descubriendo que había muchas personas, muchas colectividades con interés en participar del debate público y que los medios tradicionales en general no los escuchaban. Eso fue súper importante para ese crecimiento y desarrollo, tanto para mí personalmente como para nosotros como medio de comunicación.

¿Qué opina sobre la desinformación que hoy existe en torno al sujeto migrante en la agenda pública?

Eso tiene distintas fuentes, no sólo los medios de comunicación. Creo que hay un rol mal jugado que se realiza desde lo público, -y con lo público me refiero a las autoridades públicas-, hay un problema respecto de cómo las comunidades van tomando esta agenda y también en cómo los medios de comunicación la van tratando.

Siempre pongo de ejemplo el tema de la salud. Cuando Ricardo Lagos fue proclamado presidente en el año 2000, la primera tarea que le propuso a la entonces Ministra de Salud, que casualmente era Michelle Bachelet, fue terminar con las colas en los consultorios. De eso han pasado 23 años y en todo este tiempo no hemos sido capaces de terminar con este problema. Con la llegada de nuevas personas a habitar este territorio, nos hemos encontrado con que muchas veces los llaman a ser los culpables de las colas en los consultorios, o los atochamientos en el transporte público o de la falta de empleo y no se va al fondo de los problemas que tienen que ver con el sistema de salud, el sistema de transporte, el problema de vivienda, la inequidad de las oportunidades y de tantas otras cosas.

Además, desde la campaña electoral del año 2017 la clase política empezó a utilizarlo malamente como un frente comunicacional y eso también ha ido construyendo este imaginario colectivo hacia los migrantes.

¿Por qué cree que surgen este tipo de discursos en las comunicaciones actuales?

El tema de la migración es difícil de llevar porque en general, la migración lo que hace es enfrentar a la sociedad con sus propios problemas, entonces es mucho más fácil culpar a un tercero, que es un agente exógeno, que culpar a la misma sociedad. 

Sin embargo, el tema de la criminalización de los migrantes no es un fenómeno nuevo, sino que ha existido siempre. Hace un tiempo, me pidieron escribir un artículo para la revista Anales de la Universidad de Chile sobre migración y medios de comunicación y preparando ese artículo me encontré con una editorial del diario El Mercurio del año 1911 que se llamaba “Callejeando”. En esa editorial se hablaba del comercio ambulante en la comuna de Santiago, de los focos de delincuencia y de insalubridad que había y los asociaba a las comunidades migrantes que en ese tiempo eran principalmente de origen árabe o palestina, a quienes trataban como los “perros de Constantinopla”.  El diario no sólo los criminalizaba, sino que también les atribuía la propagación de enfermedades aparentemente erradicadas de la población chilena, que es lo mismo que han tenido que vivir 110 años después las comunidades haitianas, colombianas, o peruanas.

Entonces, sobre los discursos de odio que existen hacia las personas migrantes, ¿cree que estos se puedan combatir desde las comunicaciones?

Es posible. Incluso es posible hacerlo desde los medios alternativos. Sin embargo, hay medios más tradicionales que se han autodenominado o se han atribuido la voz de lo público y el rol de la voz de lo público, y esa situación dificulta el debate. Personalmente creo que los medios de comunicación son vitales para combatir ese tipo de cosas, así como también son súper importantes para difundir los discursos de odio y hacerlos crecer.

Su participación en la Semana Migrante va a estar centrada en el panel “Comunicación, redes migrantes e incidencia política” ¿Qué espera de la actividad?

El panel es una buena instancia para debatir y conversar. Habrá organizaciones de la sociedad civil, organismos gremiales como el Colegio de Periodistas, y académicos entre otros y creo que es una buena instancia para reflexionar. Creo que uno puede criticar muchas cosas de los medios de comunicación masivos, del estado y de quiénes conforman las instituciones hoy, pero también nos cuesta reflexionar sobre cómo nosotros, como medios de comunicación alternativa o como organizaciones de la sociedad civil, también llevamos o hacemos cambios en lo que se difunde de comunicación inclusiva, de aceptar la información y de informar de manera correcta sin estigmatizar. Muchas veces reafirmamos lo que nosotros creemos y no nos cuestionamos a nosotros mismos, que finalmente es lo relevante de esta instancia y de que la Universidad abre espacios de conversación entre actores diversos.

¿Cree que se puede incidir políticamente desde las comunicaciones?

Siempre he creído que uno puede incidir políticamente desde cualquier parte. Las comunicaciones son una herramienta más, una importante y uno puede hacer incidencia desde todos lados, pero ojo que hacer incidencia no necesariamente significa hacer militancia o discursos panfletarios. Creo que uno puede ser lo suficientemente crítico de alguna situación sin la necesidad de perder la objetividad, pero siempre manteniendo una postura y una línea. Es un ejercicio difícil en el que uno se tiene que cuestionar constantemente.

Para finalizar, ¿cómo recibe la invitación a participar en la Semana Migrante que se va a realizar?

Feliz de colaborar con lo que uno hace. Nosotros trabajamos hace aproximadamente doce años en esto y siempre lo hemos hecho de manera desinteresada. Con el tiempo me he ido convenciendo de la relevancia del trabajo que hacemos, y no solo eso, sino que también de que los protagonistas de todo esto no somos nosotros. Nosotros, como medio de comunicación, somos solo el canal. Somos un espacio de difusión, pero no somos más importantes que cada persona que vive el tema de la migración o del refugio, y por eso siempre hemos tratado de realizar un trabajo en favor de las comunidades, con información y perspectiva de derechos humanos. Así que es muy bueno tener la posibilidad de ir a debatir, conversar libremente y aportar, aunque sea un granito de arena a la discusión.