Entrevista al Prof. Gonzalo Díaz, Presidente del Consejo de Evaluación, sobre el Proyecto de Evaluación de la Creación Artística:

Estableciendo un lenguaje para el reconocimiento del quehacer artístico en la Universidad de Chile

Cómo reconocer el quehacer artístico en la Universidad de Chile
Prof. Gonzalo Díaz, Presidente del Consejo de Evaluación, Premio Nacional de Artes y académico de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Prof. Gonzalo Díaz, Presidente del Consejo de Evaluación, Premio Nacional de Artes y académico de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
"Todas las disciplinas artísticas están incluidas más o menos problemáticamente en el espacio académico universitario", opina el Presidente del Consejo de Evaluación.
"Todas las disciplinas artísticas están incluidas más o menos problemáticamente en el espacio académico universitario", opina el Presidente del Consejo de Evaluación.
El académico se pregunta "qué hace que la energía productiva y pensante de una persona esté puesta en una obra que está arrevesada con la sociedad, que nadie solicita, que nadie espera".
El académico se pregunta "qué hace que la energía productiva y pensante de una persona esté puesta en una obra que está arrevesada con la sociedad, que nadie solicita, que nadie espera".

A partir de la ejecución del Proyecto de Estudio sobre la Investigación en Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (IHACS), desarrollado por el Consejo de Evaluación de la Universidad de Chile entre 2008 y 2010, surgió la necesidad de establecer criterios específicos de evaluación para la creación artística. IHACS se propuso el análisis de los criterios de evaluación de la investigación en humanidades y ciencias sociales dando espacio también a lo que se denominó "ciencias del arte" -como historia del arte, estética o musicología, entre otras. En cuanto a estas últimas disciplinas y por razones metodológicas se decidió dejar la creación artística para una revisión separada en 2011. Este propósito coincidió con el interés de la Vicerrectoría de Investigación, que se constituyó en el organismo impulsor del proyecto, por cuanto promueve y organiza, entre sus múltiples programas de investigación, un concurso de creación, y de la Vicerrectoría de Extensión, por su natural vínculo con las expresiones artísticas.

Para el Profesor Gonzalo Díaz, el objetivo es ambicioso y complejo por la naturaleza un tanto insondable y enigmática de la actividad artística, que no hace fácil su incorporación en el debate cotidiano de la academia, acostumbrada a los marcos establecidos por el predominante quehacer científico.

"Todas las disciplinas artísticas están incluidas más o menos problemáticamente en el espacio académico universitario, están siempre 'chirriando' y uno de esos chirridos es la dificultad para evaluarlas desde el punto de vista académico. Este aspecto, que para los ingenieros o para los científicos tiene menos dificultad, para las artes lo tiene en demasía, pues esos sistemas evaluativos no están aún plenamente establecidos porque la actividad está cruzada por condiciones propias que no siempre se rigen por el orden cartesiano, además de aquellas dimensiones sociales, simbólicas, filosóficas y políticas presentes en la producción contemporánea de las artes. A esto se suma que los distintos quehaceres artísticos tienen un lenguaje muy inestable y una posición problemática en la sociedad, incluso antes del siglo XVIII.

Por ejemplo, siendo yo Presidente de la Comisión de Evaluación de la Facultad de Artes, me tocó explicar ante la Comisión Superior de Evaluación Académica que en una actividad como la danza se hacen muchas cosas pero ninguna de ellas se formula en publicaciones ISI, y digo esto porque la danza es una de las disciplinas artísticas que menos lenguaje analítico, crítico y técnico tiene. Escuchas hablar a un bailarín de su actividad, danzística o coreográfica y es una locura total, pero después ves un ensayo o la puesta en esscena de una obra de danza contemporánea y ves una efectividad simbólica concreta, vinculada con los desplazamientos del cuerpo, la ingravidez y la generación de espacio y de tiempo que producen. Hablan en términos que parecen impresionistas y subjetivos, pero las obras funcionan.

Por estas razones es necesario preguntarse qué hace que la energía productiva y pensante de una persona esté puesta en una obra que está arrevesada con la sociedad, que nadie solicita, que nadie espera. Por eso se asocia la figura de un artista un poco con la de un demente, con alguien que se desvía del orden natural de las energías sociales, que contradice el sentido común y que se desvía del orden de la economía social. La obra siempre es un fracaso porque no va en la línea recta de la producción social. El problema, entonces, es el reconocimiento que tiene la comunidad universitaria de las cosas que hacen estas personas que se llaman artistas, músicos, teatristas, pintores, bailarines.

¿Usted diría, entonces, que una de las motivaciones de este proyecto es lograr un espacio de reconocimiento para el lenguaje del arte y para el lenguaje de su evaluación?

"Exactamente. Establecer un lenguaje más o menos razonable y con la estabilidad analítica necesaria, de modo que todo el mundo lo pueda manejar, vale decir, que cualquier evaluador de un sistema de evaluación académica tenga certeza de los criterios que distinguen una obra de calidad y relevancia. Nos interesa mucho que, para los casos de 'académicos artistas', el otorgamiento de las jerarquías académicas sea ratificado y validado por los académicos científicos, basadas ambas comunidades en criterios establecidos y formulados previamente. Que estos académicos artistas que hacen una variedad de "cosas raras" obtengan un rango de acuerdo a criterios que todo el mundo propiamente entiende y acepta.

Se trata de lograr que el juicio académico de la Universidad de Chile sea lo más parecido al juicio que emite la comunidad artística con respecto a un artista. Se trata, entonces, de evaluar la relevancia de la producción de tal artista, que además es académico de esa misma Universidad de Chile. La relevancia y todas las demás condiciones formales y teóricas que hacen que una obra sea propiamente una obra. Se están evaluando obras, su periodicidad, la coherencia de una producción de largo aliento, la holgura de su trabajo, el índice de incidencia en el campo social, etcétera.

El trabajo que estamos llevando a cabo es una sistematización de un lenguaje común, que va a permitir una objetivación de los criterios evaluativos y una mayor transparencia de los procesos. Se trata entonces de sacar la evaluación de la producción artística de un nivel impresionista personal y subjetivo, de la simpatía o indiferencia con que una comisión de evaluación presenta el caso de un académico artista.

Es un proyecto que tiene que incluir su propia manera de perfeccionarse en el diseño, porque esta primera tentativa va a ser evidentemente insuficiente. Se aplicará, se verá si efectivamente resulta, pero al menos los evaluadores van contar, en un inicio, con un instrumento que sirve".

¿Qué unidades académicas de la U. de Chile están involucradas en el Proyecto de Evaluación de la Creación Artística?

"Participan los cuatro departamentos artísticos de la Facultad de Artes -Artes Visuales, Música, Danza y Teatro-, la carrera de Cine y TV del Instituto de la Comunicación e Imagen y los departamentos de Arquitectura y Diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. El departamento de Literatura decidió no participar ya que sus autoridades consideraron que no cuentan con ninguna línea disciplinaria que pueda acogerse al concepto de creación artística. Esas son las disciplinas que hasta este momento están.Y este enmarcamiento es uno de los puntos en que el proyecto debe contemplar su actualización, porque eventualmente podrían integrarse otras disciplinas que incluyan la creación artística como constitutivo de su quehacer.

La condición del desarrollo del proyecto es que participen tanto las personas como las estructuras involucradas, por eso partimos hablando de quiénes participan. Y por otro lado, haciendo cuestión primordial de la definición de campo, es decir, qué es lo que vamos a entender en la Universidad de Chile como creación artística".

Particularidades de un proceso complejo como su objeto de estudio

El Profesor Gonzalo Díaz explicó que la metodología utilizada para desarrollar el proyecto se estableció a partir del Modelo de Diseño y Evaluación de Procesos Estratégicos, que el mismo Consejo de Evaluación desarrolló en 2010. Ello ha implicado la conformación de equipos de análisis de cada disciplina involucrada, a fin de garantizar un trabajo pertinente y participativo, que debe además conectarse con las comisiones evaluadoras locales. El Consejo de Evaluación entrega pautas de conducción del trabajo, pero en cada lugar las autoridades, los expertos y la propia comunidad académica toma la responsabilidad de los avances.

Estas estructuras están integradas por los directores de departamento -o grupos de académicos, cuando no existe un departamento específico, como en el caso de Cine y TV- afines a las disciplinas, "por lo cual hay una participación académica e institucional que nos interesa que ocurra", explicó. "Con la presencia del director se produce esta doble relación, o con el director de investigación de cada instituto o facultad. Además, pueden incluir a expertos connotados para que los estándares sean los deseados por la Universidad de Chile, que son muy elevados, y también a personas externas al departamento o a la Universidad".

"Por último, además de la presencia de las Vicerrectorías de Investigación y Extensión, en el desarrollo del Proyecto se solicitará la participación y validación de las máximas autoridades de las unidades académicas involucradas, y de la Comisión Superior de Evaluación Académica, actores fundamentales si queremos institucionalizar los resultados que se alcancen."

En lo avanzado, ¿cuáles son los temas más complejos en la discusión que han podido advertir?

"Hasta ahora se ha hablado sobre asuntos muy generales y otros relacionados con la metodología y la organización del trabajo. Pero en los temas de fondo relativos al relato de la actividad y a los principales tópicos que deberán constituir la materia de la evaluación académica en el quehacer artístico estamos aún en el inicio del trabajo. Porque acá se tienen que evaluar procesos complejos desde un punto de vista académico y tienen que crearse mecanismos de validación de los procesos de creación.

Esto se relaciona con la discusión sobre el concepto de investigación en el proceso de creación artística. Que haya investigación en un proceso de creación, por ejemplo para la producción de una obra de teatro, no importa salvo si eso se traduce en una publicación específica, si no, esa actividad investigativa queda incluida en la misma obra, porque el trabajo del artista podrá ser más o menos sistemático, pero es tan invaluable como inseparable de la obra misma esa actividad personal de investigación. Para saldar este asunto, es que se está dando esa discusión con respecto al producto final que debe evaluarse. Discusiones de este tipo 'llevan siglos' en la Universidad.

Por ejemplo Cine y TV es primera vez que participa. Y esa práctica que ostenta el título de "Séptimo Arte" tiene componentes literarios, técnicos e industriales y significa una enorme capacidad de gestión. Es una disciplina extraña para los parámetros académicos, que va a haber que definir, y en eso el relato de la disciplina es fundamental. Quien se entera de todo lo que implica la realización de una película o de un documental fílmico, de todos los saberes que están allí reunidos queda asombradísimo. Son tantos procesos a la vez que deben ser puestos en juego con absoluta rigurosidad. Es una actividad específica que hay que reivindicar en el espacio académico.

Otra dificultad que se puede presentar en la discusión es la vinculación de la producción a jerarquías académicas. Y pretendemos poder llegar a formular una cierta jerarquización de la producción, un ordenamiento, basados principalmente en el grado de autonomía de la obra y de su incidencia crítica en el medio".

Como subproducto del proceso, el profesor Díaz explicó que se realizará un catastro de la producción y la creación artística en las diferentes disciplinas, para lo cual se está trabajando con la Prorrectoría, aprovechando la información que cada académico aporta en el proceso de calificación académica.

Análisis institucionales específicos en este ámbito se han realizado previamente en la Universidad de Chile en otras ocasiones, como en la formulación del proyecto Bicentenario de revitalización de las humanidades, las artes y las ciencias sociales. El Consejo de Evaluación quiere aprovechar esta ocasión para establecerlo como sistema permanente, de modo de nutrir los procesos de construcción de indicadores de autoevaluación y de mejoramiento de la calidad con información sobre creación artística.

¿Existen referentes nacionales e internacionales de procesos similares, en donde se persiga la construcción de criterios de evaluación para la creación artística?

"Ya en el trabajo de IHACS, nos dimos cuenta que hay países desarrollados en los que uno pensaría que están más adelantados en el establecimiento de criterios de evaluación para estas áreas, pero atraviesan en la actualidad procesos de revisión similares al nuestro.

Proviene del hecho de que mundialmente el criterio científico y tecnológico es el que ha imperado en el ámbito productivo y en la generación de políticas públicas. Las ciencias sociales y las humanidades han quedado totalmente rezagadas y afuera se discute si es esto lo que produce el descalabro mundial en el que estamos. Acá se da el ejemplo de un proyecto máximamente ingenieril y tecnologizado como el Transantiago. ¿Cuál fue el desastre? Faltaba al parecer el punto de vista que pueden entregar las investigaciones en humanidades y ciencias sociales que permiten acceder de manera más comprehensiva a la realidad, que es compleja".

"Este tipo de discusiones se está dando en todo el mundo. En este Proyecto queremos observar cómo se han desarrollado estos procesos y qué criterios se utilizan para evaluar la creación artística dentro y fuera del ámbito universitario a nivel nacional e internacional. Nos damos cuenta que en todos lados pasa lo mismo. Nos ha pasado con otras universidades nacionales, donde se está pensando en la posibilidad de trabajar coordinadamente en la actualización y establecimiento de criterios de evaluación artística fuera del ámbito universitario, a nivel país, incluyendo por ejemplo el Fondart donde se aplican criterios que también podrían revisarse y actualizarse".