Palabras del Rector en ceremonia Medalla Rector Juvenal Hernández 2011

Palabras del Rector en ceremonia Medalla Rector Juvenal Hernández 2011

Como cada año, nos reunimos nuevamente para celebrar la labor, el compromiso, contribución, trayectoria y espíritu de aquellos que han dedicado su esfuerzo al desarrollo de esta histórica Institución; aquellos que siendo egresados de nuestra Casa de Estudios, decidieron retribuir todo ese conocimiento recibido en pos de hacer más grande su Universidad de Chile y también el país.

La Medalla que lleva el nombre de Juvenal Hernández Jaque, y que nos recuerda a uno de los grandes académicos y rectores de este plantel, nos habla de miembros con visiones claras de lo que debe ser la Universidad: la Institución que marca pautas y es líder en el desarrollo de la investigación, docencia y extensión, y la que está llamada a ejercer su influencia en la sociedad chilena. Esta visión que aceptamos como un mandato, nos obliga a preservar un alto estándar académico y seguir reforzándonos para continuar siendo la Institución señera de la Educación chilena.

Hace unos días Norbel Galanti nos decía en una entrevista: "El trabajo que elaboramos nosotros no es algo que se advierta fácilmente. Hacemos nuestras clases de pregrado y posgrado, realizamos nuestras investigaciones científicas aquí, escondidos en nuestros laboratorios". Este premio, Dr. Galanti, es una forma de expresar que, por el contrario, la Universidad de Chile ha notado y reconoce la contribución excepcional que usted realiza a la formación de personas, la creación de conocimiento, el desarrollo de instituciones y la construcción de un país mejor.

Toda la obra de Norbel Galanti ha estado fundada en una concepción humanista de la vida, en la valoración de las personas, en la fe en sus capacidades y en la convicción de que una Universidad de Chile fuerte es esencial para ser más libres y más iguales. Por ello las huellas que deja en todo lo que hace son visibles y perdurables.

Como Presidente de la Sociedad de Biología de Chile no sólo promovió el desarrollo de la ciencia sino que -en plena dictadura- defendió elocuentemente el derecho a hacer ciencia y trabajo académico con pluralismo. Lo mismo hizo cada vez que los derechos de los estudiantes y los académicos fueron amenazados en la Universidad y su figura representó para muchos un lugar seguro en el que pudieron encontrar apoyo en tiempos de dificultad.

En sus múltiples tareas directivas en la Facultad de Medicina, supo mirar hacia adelante con visión estratégica y convertir sueños en realidad. Así, tanto el Postgrado Académico como el ICBM, fueron en gran parte imaginados y luego impulsados por Norbel Galanti. Su liderazgo siempre atento al sentir colectivo, respetuoso, pero a la vez firme -y sobre todo valiente - le permitió entender que se obtendrían logros más sustantivos si se permeabilizaban las barreras que imponían las disciplinas para reunir saberes en un espacio multidisciplinario que ampliara la mirada. En el marco de esta aspiración se inscriben la formación del potente grupo de investigación para enfrentar problemas nacionales en el ámbito de la parasitología, que reunió a investigadores de diversas subdisciplinas de la biología; la creación del Doctorado en Ciencias Biomédicas, primer doctorado en Chile que reconoce múltiples caminos de formación bajo un mismo grado y la reorganización del área básica y preclínica de la facultad para dar origen al ICBM.

Todo el quehacer académico de Norbel Galanti se ha caracterizado por su fidelidad a la misión y los valores de la Universidad de Chile, la visión de futuro, la sensibilidad para escuchar y entender las potencialidades de las personas y las organizaciones y la voluntad y valentía para concretar esas aspiraciones. Por ello hoy reconocemos y celebramos su trabajo, que nos hace mejores.

Francisco Brugnoli es uno de los iniciadores del arte experimental en Chile. Su vinculación con el arte povera ha sido subrayada muchas veces. Pero su planteamiento central apunta a valerse de los objetos desechados e inutilizados de la vida cotidiana como testigos mudos de las condiciones alienantes de la existencia social.

Su contribución al arte en Chile no se restringe únicamente a su obra. Desde el punto de vista institucional y organizativo, se tiene que mencionar, por una parte, la creación del Taller de Artes Visuales un año después del golpe, que se convirtió no solo en un centro de cultivo de las artes gráficas determinante en el periodo, sino también en un espacio de debate al que concurrieron muchos de los intelectuales más relevantes de la escena crítica nacional. Por otra parte, se debe destacar muy especialmente su desempeño excepcional como Director del MAC.

Su compromiso con la Universidad de Chile, enmarcado en una visión política de ciudadanía democrática, se expresó desde un comienzo. Fue un actor relevante del proceso de la Reforma a fines de los 60 y comienzos de los 70. Aunque la intervención dictatorial en la universidad lo excluyó de ella, siguió permanente vinculado a los intereses académicos y relacionado con quienes, dentro de la universidad, seguían ejerciendo funciones críticas, particularmente con la Asociación Andrés Bello.

Creo que todos sentimos que la Universidad de Chile no ha honrado o reconocido adecuadamente, aunque lo ha hecho en algunas oportunidades, a quienes estando en la Universidad de Chile, fueron excluidos de su presencia, privando a esta Casa de Estudios de la riqueza de su presencia, de su palabra y su debate. Sin olvidar a aquellos que desaparecieron durante la intervención de la dictadura.

Aunque sea una medalla, aunque sea un diploma, Francisco: siente esto como un reconocimiento de la Universidad de Chile a quien fue injusta y brutalmente expulsado de sus aulas. Y que hoy día se siente orgulloso que con tu presencia y tu generosidad hayas vuelto a la Universidad y estés con nosotros contribuyendo tanto con tu palabra, con tu pensamiento y con tus capacidades.

Después de su retorno a la Universidad de Chile, en el periodo de transición, mantuvo continuamente un discurso en que sobresalen sus conceptos de universidad, de academia y de comunidad, destacándose por su claridad, por la convicción con que los formula y por sus características innovadoras. Ha tenido papeles protagónicos en el proceso que llevó al nuevo Estatuto y a la nueva Institucionalidad Universitaria, siendo miembro de las comisiones que lo forjaron, y luego miembro como senador transversal del "Pre-Senado", etapa en que se concretó el nuevo Estatuto y se elaboró el Proyecto de Desarrollo Institucional.

Posteriormente me acompañó en mi primer periodo rectoral como Vicerrrector de Extensión, institucionalidad recién creada a la fecha que plasmaba nuestra necesidad de tener una relación activa y permanente con la sociedad en este encuentro dinámico que es el dar y recibir como Universidad ligada al quehacer institucional.

Tanto Francisco como Norbel se han referido en sus palabras, no solamente a su trayectoria y al orgullo de pertenecer a la Universidad de Chile, sino que también se han referido en términos muy iluminadores respecto a la situación que hoy día atraviesa el sistema de Educación Superior en el país. La pregunta es ¿qué hace que en una ceremonia de este tipo, cuatro de nuestros maestros de Universidad representen con tanta claridad, con tanta iluminación y con tanta lógica el reclamo de que el Estado tiene un deber con sus Universidades Estatales?

La Universidad de Chile vio al profesor Brugnoli y al profesor Galanti en su juventud. Y a través de su vida se ha mostrado el sentimiento básico de la Universidad de Chile y que es el que refleja este premio: el sentimiento de la libertad intelectual. Valores republicanos, pluralismo, educación laica, cohesión social, inclusión, pero principalmente, libertad intelectual, libertad de pensamiento. Y eso es lo que hoy está en juego en el debate educacional del país.

Hay gente que piensa que el tema es cuántos recursos se le puede entregar a una universidad o cómo se manejan los recursos en el sistema educacional. Otros hablan de cómo se regula el sistema educacional o cómo se institucionaliza, las reglamentaciones que deben existir... Y se nos olvida lo básico, que la educación está para formar hombres y mujeres libres.

La razón de ser de la Universidad de Chile es que en su seno y en su interior exista esa libertad intelectual, que nos permita escuchar las voces de un Pablo, de un Francisco, de un Norbel y de un Tito; con tranquilidad, con orgullo, con presencia, con vehemencia, con valentía.

Hoy día, cuando se está hablando de que las Universidades son todas iguales o que da lo mismo donde uno se eduque, estamos olvidando la razón fundamental de la existencia de la Universidad de Chile. Se está olvidando la razón de por qué nuestros estudiantes y nuestras comunidades universitarias y la ciudadanía está volcándose a las calles. No se está reclamando por más recursos. No se está reclamando por más regulaciones. No se está reclamando por más infraestructura y equipamiento. Se está reclamando por plantear un país distinto que se base en la solidaridad, en la libertad y en la igualdad; el sustento y sustrato de lo que debe ser un país y su sistema educacional.

Hace varios años atrás, cuando asumí como Rector, señalé algo así como que la educación de hoy tiene que ver con el tipo de país futuro que tengamos. Y añadía que no me gusta la educación que estamos teniendo, porque no me gusta el tipo de país que podamos tener. Y, cuando los estudiantes y las comunidades universitarias salen a la calle, están diciendo que no les gusta el tipo de país que hoy tienen. Porque no se sustenta en valores republicanos de libertad.

Comparto con ustedes una inquietud: No vaya a ser que de toda la discusión y debate que se está planteando hoy en torno al sistema educacional, y en particular, al sistema de Educación Superior, finalmente no tengamos la claridad para expresar que las Universidades Estatales son las Universidades Públicas. Y son Públicas porque en su interior se viven los valores republicanos y la libertad intelectual y de pensamiento. Y eso no lo pueden mostrar las Universidades que no son Estatales.

Lo que está en juego es no perder el norte que nos han enseñado los profesores de Universidad que están hoy con nosotros. No olvidemos el norte que en toda una vida dedicada a la Universidad nos han entregado Don Francisco Brugnoli y Norbel Galanti.

El mejor reconocimiento y homenaje que podemos hacer como Universidad al Profesor Galanti y al Profesor Brugnoli, más allá de la medalla, más allá del diploma; es nuestro compromiso con ellos de que la Universidad de Chile va a seguir insistiendo -independiente de cuáles sean las dificultades- en su sueño de que un país futuro pasa por la calidad y equidad en la Educación Pública. Ese es el compromiso de la Universidad de Chile.


Muchas gracias