Hace 40 años era impensable decir que alguien de 25 era joven. Sin embargo hoy en día una persona de hasta 30 años lo es. Incluso, el equipo Anillo está debatiendo al interior de su trabajo investigativo si acaso no es pertinente hablar de jóvenes en personas de 35 años. Todo esto teniendo en cuenta dos factores externos a la edad que definen si alguien entra o no en esta categoría etaria: pertenecer o no al sistema educativo y reflejar la imagen que el mercado de consumo va dictando para ser o no ser joven.
"El sistema educativo sigue teniendo un peso fundamental en la constitución de ser joven en esta sociedad contemporánea: quien participa del sistema educativo es considerado joven en esta sociedad. Y en la medida en que la educación de postgrado se alarga, la juventud también. Entonces pasamos de una juventud de 15 a 24 años a una que está llegando a los 30 años. Pero hay una discusión en el marco del proyecto de si es pertinente hablar de jóvenes cuando están entre los 30 y 35 años", analizó el director del proyecto, Claudio Duarte.
El proyecto Juventudes. Transformaciones socioeconómicas, sociopolíticas y socioculturales de las y los jóvenes en el Chile contemporáneo (SOC 1108) arriba a esta conclusión tras analizar la auto percepción de los sujetos. "El mercado, y sobre todo el mercado del consumo, a través de la promoción de unas ciertas estéticas, está marcando el modo de ser joven y eso también produce juventud en la sociedad", agregó el académico.
A pesar de la potencia que tiene la aparición de los jóvenes en la sociedad y su consolidación como grupo social específico, Duarte sostiene que esto no ha tenido su correlato a la hora de dar lugar a la participación de los jóvenes, considerar sus opiniones y propuestas, que sean tomados en cuenta en los cargos públicos, que puedan votar antes de los 18 años.
"Hay prácticas que desarrollan los mundos juveniles que para esta sociedad siguen siendo conflictivas porque generan dudas, sospechas, validan políticas públicas que son represivas, que los coartan, que los inhiben. Se han ido actualizando los modos de los conflictos generacionales y se han ido puliendo cada vez más los mecanismos que utiliza la sociedad adulto-céntrica para inhibir, contener y hasta reprimir esos conflictos generacionales", afirmó Duarte como parte de las conclusiones a las que se ha arribado en este año de trabajo.
Esta investigación es desarrollada por 14 investigadores/as de 9 instituciones distintas, desde Valparaíso hasta Punta Arenas. "Se ha logrado una excelente coordinación, profundización, debates e incidencia entre las y los estudiantes, que solicitan hacer pasantías, tesis o prácticas en el proyecto", acotó Duarte.
Anillar esfuerzos
El equipo del proyecto Anillo sobre juventudes se muestra satisfecho por los logros obtenidos este primer año de trabajo. Su director, Claudio Duarte, asegura que se cumplieron los objetivos que se habían propuesto, sobre todo en lo referido a la elaboración de un estado del arte de la situación de la actividad investigativa sobre juventudes que arrojó "interesantes pistas para el diseño de la fase cualitativa, que vamos a trabajar durante el 2014".
Paralelamente se realizó un estudio de cómo han trabajado las encuestas, desde una mirada cuantitativa, las temáticas sobre jóvenes en Chile durante los últimos años. Por lo que en 2014 el equipo se dedicará a trabajar en terreno a través de estrategias conversacionales colectivas e individuales, estrategias etnográficas y de investigación-acción. "Vamos a producir información que nos permita dar cuenta de la mirada global que los jóvenes están teniendo en la sociedad de hoy, las opiniones e imaginarios que desarrollan en torno a las cinco áreas que le interesan al proyecto: las trayectorias socio-educativas y familiares, la participación política, el consumo, los medios de comunicación y los valores", comentó el académico.
En un segundo ámbito de estudio se relevará a través de metodologías etnográficas la producción político-cultural que están desarrollando los mundos juveniles. Por otro lado, a través de estrategias de investigación-acción participativa, se hará un trabajo de observación para comprender cómo se están planteando la acción política, tanto en el movimiento estudiantil como en el barrial y en el artístico.
"Nosotros partimos de la noción de que los jóvenes son actores político-relevantes que no logran tener cabida ni escucha en esta sociedad. Por eso la investigación social tiene que desarrollar un buen oído para poder escuchar esa práctica política que está subterránea o implícita en la sociedad. En los inicios del gobierno de la Concertación se decía que los jóvenes eran apáticos. Pero ese era un discurso de la clase política al cual se plegó la producción de las ciencias sociales. Sin embargo, en esta producción otros decíamos que había todo un mundo de participación política juvenil que iba por canales alternativos y que lo que había que hacer era producir nuevas herramientas para poder observarlo. Entonces cuando ocurrió lo del 2006 (revolución pingüina) a mucha gente le sorprendió. Esta participación política juvenil se refirmó durante el 2011 y 2012 y posiblemente vaya a continuar. Los movimientos sociales tienen aperturas y tienen cierres y en los tiempos de reflujo se hace política de otra manera, no sólo en las marchas o en las tomas", concluyó Duarte.
De allí que, en el marco del proyecto, si bien se utilizarán estrategias convencionales de investigación también se buscará innovar en estrategias metodológicas para poder hacer una observación más cercana.
Entre las actividades de divulgación del conocimiento, prontamente se publicará el número de diciembre de 2013 de la Revista Ultima Década (indexada a la biblioteca Scielo), sobre temas de juventud (hay sólo dos en América Latina). El Centro de Estudios Sociales CIPDA entregó al proyecto Anillo la gestión de esta revista durante los tres años que dure la investigación.