Desempleo revelador

Santiago, 01 de Diciembre de 2004

El desempleo se ha tendido a convertir en un número puro, que parece no tener explicación ni implicancia más allá de él. Solamente penden de la tasa registrada interpretaciones políticas, y algunas elucubraciones respecto de lo que ella implica en cuanto al lado real de la economía y las perspectivas de lo que traerá a futuro. Poca o ninguna alusión al lado humano que esconde esta cifra que periódicamente conocemos los chilenos; poco sabemos de los sufrimientos que se esconden tras la misma, de las frustraciones de cuantos jóvenes con sus estudios completos pero que chocan violentamente con la realidad que no se les reveló previo a los mismos. Aún cuántos otros no están "oficialmente" desempleados, pero si subempleados de acuerdo a sus calificaciones y potencial laboral. Cuánto del comercio informal y de los servicios que se ofrecen en las calles, no son sino desempleados disfrazados; sumados ellos a la realidad del desempleo abierto constituyen un número respetable de miles y miles de familias cuyo sustento está diariamente en riesgo. Frente a un fenómeno que ya no parece ser simplemente coyuntural, falta preguntarse respecto de las correcciones de fondo, como también sensibilizarse respecto de lo que implica.

El desempleo constituye, antes que nada, destrucción del capital humano, puesto que promueve la obsolescencia del conocimiento por la vía de la inactividad. En segundo lugar, las estadísticas muestran que la desocupación se une a severos problemas familiares, a falta de recursos para cuidar de los hijos, y por ello se refleja en consecuencias de mucho mayor alcance que las propiamente económicas. En tercer lugar, el desempleo se constituye en un mal antecedente laboral, y por ello es una situación que pronostica una caída permanente en el ingreso esperado y la estabilidad laboral. En cuarto lugar, especialmente para los más calificados, se constituye en una incontrarrestable carga emocional. Especialmente después de haber invertido años y recursos monetarios en estudios que no le han producido sino una gran frustración. Quizás sea éste el ángulo más preocupante, cuando todos, incluyendo las autoridades, son admonitorios en cuanto a que el mercado debe corregir las deficiencias de información que llevan a tantos jóvenes a carreras saturadas y con pocos horizontes labores. Hay que mirar al desempleo como un fenómeno humano, y no solamente estadístico.

Compartir:
https://uchile.cl/u5406
Copiar