El reto nórdico

Santiago, 16 de Junio de 2004

La presidenta de la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería ha afirmado que entre 25% y 50% del crecimiento económico se asocia al rol de las nuevas tecnologías. Su país ha invertido 4% anual del Producto en investigación científica y tecnológica, y ha logrado una contribución de las medianas y pequeñas empresas cercana a 8% del total. Asimismo, Suecia está logrando que la formación universitaria incluya el emprendimiento como actitud y valor formativo básicos para los nuevos cientistas y profesionales. La reforma universitaria consiste en vincular activamente a la investigación con los problemas reales y en un cambio curricular que refleja las nuevas prioridades de la acción universitaria. Como otros países europeos, la investigación científica y tecnológica ha tomado el liderazgo del crecimiento y se ha convertido en el motor que transforma el hacer universitario.

Hay lecciones que aprender de esta experiencia, especialmente cuando nuestro país pretende alcanzar su desarrollo sobre la base de esfuerzos aún incompletos en materia de inversión en conocimiento.

En primer lugar, la tarea será difícil, sino imposible, con nuestros actuales niveles de inversión en investigación, a menos que se crea Ðen forma controvertida- que el desarrollo se logrará sobre la base de exportar productos naturales con bajo valor agregado.

En segundo lugar, la experiencia enseña que no habrá forma de consolidar un sistema efectivo de investigación y desarrollo en ausencia de un sector privado comprometido, con visión de futuro y con claros incentivos para participar en tal actividad, lo cual es especialmente cierto en cuanto al sector de las Pymes.

En tercer lugar, no habrá perspectiva de desarrollo con una educación que no promueve calidad total, y en que los esfuerzos parecen supeditados a consideraciones secundarias, como aquellas puramente financieras.

En cuarto lugar, no habrá seriedad de propósitos en tanto las universidades no sean centros de investigación y no promuevan la innovación formativa como aspecto central de su hacer, dedicándose más bien a producir egresados en áreas formativas sobrepobladas, usualmente irrelevantes para el desarrollo económico y con fuerte énfasis en la repetición Ðno en la creación- de conocimiento.

El reto nórdico debe ser meditado aun a costa de dejar de lado por un minuto el alegato en pro de nuestros sueños insostenibles.

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