Un invierno difícil

Santiago, 19 de Mayo de 2004

Se ha producido un panorama difícil con relación al abastecimiento de energía para este invierno. A los problemas con el abastecimiento de gas Argentino, se suman aquellos derivados del alza del precio internacional del petróleo. Junto con un invierno que se anuncia crudo, se presentarán mayores costos del gas, de la energía eléctrica y de la parafina. Además, con el alza en los costos de transporte, es posible que los precios de los productos también se eleven, haciendo más difícil la situación del consumidor más modesto. La misma situación pone además en riesgo la propia reactivación de nuestra economía, que ahora empieza a depender de fuentes energéticas no seguras, colaborando con ello a posponer inversión y a desacelerar la actividad. Estos escenarios han derivado, en gran medida, de diversas circunstancias políticas: debido a ellas, Argentina decidió privilegiar el consumo doméstico antes que las exportaciones de gas, así enfrentando la falta de inversión en ese sector. Del mismo modo, el alza del precio del petróleo se asocia en forma importante a los eventos en Irak y Venezuela, ambos de clara connotación y origen político. En nuestro caso, fueron las señales de los acuerdos con Argentina, y la seguridad de que se les revistió, las que ayudaron a rezagar nuestra inversión en nuevas fuentes de energía, para así tratar de alcanzar una mayor independencia. Como quiera que sea, sin embargo, la situación se podrá eventualmente superar hacia el mediano plazo con sustitutos convenientes y proveedores más fieles a sus compromisos, y en el largo plazo sólo con mayores inversiones que proporcionen seguridad.

Todo esto se da en medio de una campaña electoral que contará con al menos un par de millones menos de ciudadanos que no se encuentran inscritos, y a quienes el mundo político no parece interesar como electorado potencial. Son los jóvenes, que aprecian con mucha mayor objetividad la distancia entre la política y los intereses de la gente. Seguramente, en medio de los problemas que enfrentarán los pobres y la clase media para sobrellevar un invierno difícil, el discurso político, como el contenido de los medios de comunicación, acentuará otro tipo de cosas, lejos del interés de las personas, y causando con ello todavía mayor lejanía de los jóvenes de un acto que debiese concitar a la mayoría ciudadana. Preocupante situación para un país que necesita consolidar su democracia no en el discurso repetido tantas veces, sino en actos que convoquen efectivamente la participación ciudadana.

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