Daño irreparable

Santiago, 31 de Marzo de 2004

El respeto por las instituciones y los Poderes del Estado es un factor democrático fundamental, y crucial aspecto en el intento por alcanzar el desarrollo integralmente hablando. Por ello llaman a preocupación las implicancias que tiene el reciente fallo judicial con relación a los dichos de una Diputada. No se trata de volver a aludir al caso en cuestión y sus dañinas implicancias sobre la credibilidad de las instituciones y la ya deteriorada imagen que el ciudadano medio guarda de los políticos y de su actividad. Sin embargo, y debido a una práctica que cunde vigorosamente en nuestra sociedad, y que consiste en acusaciones y denuncias como medios para lograr atraer la atención pública, es necesario considerar las graves implicancia del caso hacia futuro. Parece se han abierto nuevos y peligrosos espacios para acciones imprudentes que pueden causar perjuicio a las instituciones y a las personas. Si resulta posible denostar en general, sin necesariamente aludir a personas específicas, se genera impunidad para acusaciones como las hechas contra "Parlamentarios" (sin especificar quienes o cuáles). Se podría también mencionar el concepto de "empresarios" o "autoridades públicas" o, inclusive, "políticos" para adosarle acusaciones con las peores connotaciones. Podría, aún más, decirse que uno o más de aquellos pertenecientes a una institución o categoría no individualizados, son criminales, delincuentes o inmorales, sin que con ello se esté cometiendo falta alguna. Al no mencionarse a personas específicamente no se está cometiendo un insulto, a pesar de aludirse explícitamente a instituciones o categorías de personas. Por ello, como se ha hecho, se puede decir que existen algunos "Rectores ineficientes", sin que ello pueda dar lugar a acciones para defenderse de la acusación que a cada uno se le imputa de modo indirecto e injusto. Para un no especialista en derecho esto no parece estar bien, y parecería indispensable que exista una clara norma para que nadie pueda producir gratuitamente un daño irreparable a personas e instituciones, un país que debe urgentemente promover la cultura del respeto por los demás.