Inflación de notas
Santiago, 22 de Septiembre de 2004
Las distorsiones que contiene la distribución de notas en la enseñanza media resultan evidentes. En el año 2003, más del 90% de los estudiantes egresados de cuarto medio tenía notas entre 5.0 y 7.0, mientras que un 60% mostraba notas promedio entre un 5.0 y un 6.0. Los promedios de notas de los postulantes a las universidades han crecido sistemáticamente a lo largo de los últimos años, sin que ello se correlacione con el rendimiento efectivo. La situación es inducida por la relativamente alta ponderación que se le ha ido entregando a las notas en los procesos de selección universitarios, un claro incentivo para que muchos colegios crean así favorecer a sus alumnos en un ambiente generalizado de laxitud escolar. Por otra parte, ya que no existe la repitencia como situación común, la misma se evade aumentando el promedio de notas en los cursos más desfavorables. A menudo, la nota es también considerada una buena "señal" hacia los padres, con la que se tiende a minimizar las protestas que se asocian a malos rendimientos. En definitiva, y con normativas más bien blandas que radican entre el ámbito de la gestión y el propiamente pedagógico -en manos Municipales y Ministeriales respectivamente- el problema se ha estado escapando de las manos.
El Consejo de Rectores no ha cambiado las ponderaciones de las notas. Lo que está haciendo es normalizar la distribución de las mismas puesto que, si bien la PSU se distribuye con un promedio de 500, las notas del ingreso 2004 fueron distribuidas con un promedio de 560. Es decir, debido a la anotada distorsión los alumnos reciben más de 10 puntos porcentuales de ponderación a las notas sobre la proporción establecida por las universidades. Si no se corrige, se perjudica a los alumnos que provienen de colegios donde existen normas estrictas sobre calificaciones escolares, y donde el concepto de las notas se destina, efectivamente, a reconocer la calidad del rendimiento de los estudiantes. La solución de fondo es urgente, y amerita una intervención directa de la autoridad educacional.