Discurso del Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Entrega de la Medalla Doctoral de la Universidad de Chile a los graduados de Programas Doctorales pertenecientes a la Corporación.

Ustedes son nuestro producto estrella. Quienes hemos llevado algunos años enseñando a economistas y administradores, siempre hemos puesto el énfasis en que una entidad productiva, un país, necesita tener un producto estrella, porque es el que marca el hacer de la empresa o del país, y es el que además abre los espacios a otros productos que también son importantes, pero que en definitiva se cobijan bajo una sombra poderosa que refleja el hacer de la entidad. Y ustedes son eso: nuestro producto estrella. Ustedes marcan en definitiva la aspiración final y más importante y completa de esta Institución; así está en nuestros lineamientos estratégicos cuando decimos que esta Universidad se orientará a privilegiar sus recursos a la formación de posgrado, particularmente sus doctorados, porque esa es la posición estratégica que en este ambiente de la Educación Superior es más propicia a la Universidad de Chile. Y ustedes son también nuestro producto estrella porque ciertamente abren los espacios para otras cosas que hace la Universidad de Chile y que a menudo son desconocidas, muchas veces por la comunidad nacional y las más de las veces por la autoridad nacional: los espacios que tienen que ver con la investigación y con la formación del pregrado.

Todos sabemos que estamos hoy día viviendo en Chile un ambiente de política universitaria un poquito disgregado, un poquito indefinido, en que "quehacer universitario" es muchas cosas pocos definidas, y en que vemos pasar micros o escuchamos radio o vemos avisos en televisión en que, para algunos curiosamente y para otros normalmente, hay mucho marketing, mucha propaganda de instituciones universitarias: "vengan a estudiar con nosotros", "nosotros ofrecemos lo mejor". Y la pregunta es qué es lo mejor, en un país en que no existe todavía un sistema de acreditación, qué es lo mejor, en un país en que todavía la información es muy poco transparente respecto a las opciones universitarias, qué es lo mejor, en un país en que, como muy bien ha destacado nuestro Director (1), la inversión que se realiza en conocimiento, en nuevas ciencias y tecnología, es absolutamente irrelevante respecto de aquellas situaciones con las cuales queremos competir o aquellas realidades a las cuales nos queremos integrar. ¿Qué es lo mejor? Y es evidentemente muy difícil para una universidad que es pública desde el punto de vista de las regulaciones, pero privada desde el punto de vista del financiamiento, y que se mantiene en un terreno un tanto indefinido respecto de qué es lo que se quiere de ella por parte de su propietario, que es el Estado, y desde el punto de vista de cómo ella se define en términos de un espectro de política que no está totalmente clarificado; es realmente difícil poder inscribir cuál es su rol, cómo definirse y cómo debe actuar esta Institución. Y, entonces, hemos tomado una decisión, la decisión más importante es estratégica, y tiene que ver con un posicionamiento respecto a lo que hoy día ocurre en el sistema de Educación Superior, y nuestra apuesta es a la formación en el posgrado. Nuestra apuesta es a la formación en el doctorado, y no es casualidad que en los últimos 3 años más de 20 programas de doctorado hayan sido acreditados por parte de la Universidad de Chile. Y en consecuencia, esperamos que esta tasa de unos 40 doctores por año se duplique, se triplique en los próximos años. ¿Y eso por qué? En primer lugar, porque creemos en el concepto de educación permanente, cuyo fin último estará en los niveles más altos de calificación a nivel de posgraduados. Y en segundo lugar, porque creemos que el futuro del sistema universitario tiene mucho que ver con calidad y profundización en calidad, y eso se relaciona con el rol de los posgrados, con el rol de los doctorados y el desarrollo efectivo, real, de la actividad académica, de la actividad docente y de la actividad de investigación en las instituciones universitarias de todo tipo.

Por lo tanto, creemos que con esto estamos apostando al futuro, estamos apostando a mantener un rol estratégico de la Universidad, porque por lo demás, el desarrollo de buenos posgrados y de buenos doctorados dependerá grandemente de nuestra capacidad para seguir manteniendo pregrados de primer nivel. Estamos apostando al futuro, porque creemos que el país, innegablemente, tendrá que acrecentar su apuesta en términos de investigación en ciencia y tecnología si efectivamente queremos también apostar a la integración, a la producción, a la realización de nuestro país en los sueños de su desarrollo para los próximos años. Y estamos también en esta aventura, porque creemos que es muy importante proveer los espacios para desarrollar más inteligencia y más conocimiento en la Universidad. Realizar doctorados al nivel en el que ustedes se han graduado y de los nuevos doctorados en los que estamos empeñados, requiere tener académicos bien formados, bien convencidos y dispuestos a recibir buenas preguntas para poder resolverlas con sus trabajos de investigación.

De manera que creemos que estamos apostando al mañana, y ustedes simbolizan en gran medida ese mañana que miramos desde esta Institución. Aquí no estamos, como expresó alguna vez una autoridad por allí, llorando por recursos: no, la Universidad de Chile está llorando por políticas, por definiciones, por convicciones respecto a que las apuestas que manifiestan nuestros políticos tengan también que ver con definiciones en materia de política universitaria y de investigación, y nosotros en el intertanto estamos haciendo nuestra propia apuesta, redireccionando nuestros recursos a fortalecer nuestro equipamiento académico y junto con ello los programas que más importan desde el punto de vista de nuestra posición estratégica futura, desde nuestra definición en términos del entrenamiento académico que tenemos y del fortalecimiento de nuestra investigación básica y aplicada.

Todavía hay mucho camino que recorrer. De nuestros actuales graduados sólo alrededor de un tercio son mujeres, y sólo un 10% pertenece a las ciencias sociales, las humanidades y las artes. Es evidente que hay cosas que corregir. Algunas de ellas tienen que ver con las señales de política que estamos leyendo, y con las capacidades que tenemos como Universidad de introducir correcciones en materia de política, de los nuevos programas, de nuestro propio trabajo académico. Pero estamos avanzando en eso: hay ya caminando un nuevo Doctorado en Derecho, un nuevo Doctorado en Economía, nuevos doctorados en el área de la Filosofía y las Ciencias Sociales, y seguiremos empujándolos con fuerza, tal y como estamos empujando también con fuerza los programas interdisciplinarios en las áreas de las Ciencias Básicas, y habrá más, porque aquí no nos estamos durmiendo. La competencia que muchos creen que se produce sólo en esta cosa trivial de hacer marketing por carreras, carreritas, o aumentar espacios en el mercado de las carreras de pregrado, no es necesariamente nuestra única preocupación. Nuestra preocupación está en la apuesta a los próximos 5, los próximos 10 años, y esa es la apuesta que estamos realizando hoy día con ustedes, que son nuestro producto estrella. Y esto no es una cuestión excepcional: yo agradezco mucho que esté acá el Director de Posgrado (2) de la anterior administración universitaria, junto con nuestro actual Director de Posgrado, porque eso simboliza que en esta Universidad hay un continuo. Aquí no hay cuestiones de improvisaciones que aparece uno u otro y hace cosas distintas o no distintas. Aquí tenemos una línea, y esa línea es fortalecer lo que esta Universidad hace mejor, que es crear y diseminar conocimiento para el desarrollo del país, y para eso seguiremos poniéndonos al día con la gran deuda que tiene el sistema universitario con la formación de mayor nivel: la formación del cuarto nivel, que tantas veces se menciona en los discursos, pero que desgraciadamente en los hechos sucede como hoy, en que el presupuesto de Conicyt para el próximo año implica una disminución de las becas para programas doctorales. Nosotros creemos que tenemos que ser, nosotros por lo menos, en el uso de nuestros propios recursos financieros y académicos un poquito más consecuentes, y lo seremos; seguiremos haciendo el esfuerzo, no sólo para que el Rector o la rectoría organice este tipo de ceremonias, sino también para que haya un esfuerzo permanente, como lo estamos incentivando, de parte de cada una de nuestras unidades académicas para mostrar que su excelencia, su compromiso, su lealtad con la investigación y con la Institución, se muestran a través del ejercicio de programas de doctorados relevantes e importantes para el país y, por cierto, importantes para nosotros.

Siempre se lo digo a los egresados de la Institución y se los repito a ustedes: ustedes se llevan grandes responsabilidades. La primera es, ciertamente, el ser lo más productivo, lo más comprometido con el conocimiento y con el futuro del país posible, porque ustedes representan, en donde ustedes estén, dentro de nuestra Universidad, por cierto, pero fuera de ella también, lo mejor de lo nuestro, lo que nosotros somos capaces de hacer y, por lo tanto, ese compromiso de excelencia, de pertinencia, es algo que exigimos y seguiremos exigiendo de ustedes.

Pero también tienen un segundo compromiso que es muy importante, el compromiso de querer y adherir a esta Universidad. Esta Universidad es el nombre que nos protege a todos, tenemos todos esta marca de fábrica de alguna manera grabada en nuestro corazón, en nuestros sentimientos, en nuestra mente, en nuestro espíritu, en nuestras capacidades, y es una marca que, por tanto, hay que defender, frente a tantos que la quieren anquilosar, que la quieren denostar, que la quieren destruir, porque es la creación de espacios para otros. Tenemos esa obligación, la obligación de sentir que aquí no sólo hemos aprendido química o biología, filosofía o física: hemos aprendido a tener también nuestro corazón azul para defender esta Universidad que es de todos los chilenos.

Y el tercer compromiso, es volver acá. Hoy día estamos en el mundo del conocimiento que cambia permanentemente, estamos en el mundo de la innovación permanente, nadie sale de aquí con un diploma bajo el brazo prometiendo que nunca volverá a preguntar; habrá que volver a preguntar, y en la medida en que ustedes vuelvan a hacer sus preguntas y sus cuestionamientos, todos nosotros nos sentiremos obligados a responderlas, y para eso tendremos que crear nuevo conocimiento, tendremos que adentrarnos nuevamente en lo que sabemos hacer mucho más profundamente, y eso es lo que permite hacer crecer a una Universidad como ésta. Ustedes siempre estarán de vuelta, no son sólo hijos de esta Casa, son los hijos permanentes de una Casa que pretende siempre contribuir al país, a su construcción, a su progreso por medio del conocimiento, por medio de la enseñanza, pero sobre todo por medio del compromiso, como dijo Bello, con Chile y las necesidades de su pueblo.

Mucha suerte, muchas gracias.

 

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Notas
1. Prof. Jorge Hidalgo, Director de Posgrado y Postítulo.
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2. Prof. Germán Ferrando.
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