Fondecyt Regular 2018 del doctor Manuel Maliqueo

¿Cómo afecta la obesidad materna a la salud hepática del niño por nacer... y a su futuro?

¿Cómo afecta la obesidad materna a la salud hepática del feto?
Doctor Manuel Maliqueo
Doctor Manuel Maliqueo

Madres obesas, hijos obesos. Más allá de que el sobrepeso se “herede” por la cantidad y calidad de los alimentos que una mamá pueda poner a disposición de su familia, y la conducta que tiene y enseña frente a ellos, hay otros elementos que intervienen en esta materia. En este sentido, el estudio de la reprogramación fetal se refiere al análisis de los mecanismos prenatales que generan enfermedad en la vida adulta. A ellos se han abocado en el Laboratorio de Endocrinología y Metabolismo de nuestro plantel, línea que los ha llevado a ahondar en “un elemento fundamental en la comunicación materno fetal, como es la función placentaria; nos hemos dedicado a entender cómo funciona este órgano en distintas condiciones de enfermedad”, explica el doctor Maliqueo.

Diversas patologías del embarazo tales como diabetes gestacional, obesidad o preeclampsia, añade, tienen un elemento en común: cambios en la actividad y/o expresión de una enzima que se llama P450 aromatasa, que es la encargada de metabolizar los andrógenos. “Esta enzima, al parecer, es como un sensor de lo que sucede en el ambiente; entonces, ante cualquier evento patológico su actividad y expresión se modifican, lo que lleva a que aumenten los niveles de esteroides sexuales masculinos”.

Ahí nace su hipótesis de trabajo: “Cuando se piensa en la reprogramación fetal, uno se da cuenta de que distintas patologías del embarazo desembocan prácticamente en lo mismo: todas aumentan el riesgo de generar enfermedades crónicas en la descendencia. Si son mecanismos distintos, tiene que existir un eje central y común; nosotros pensamos que es la función placentaria. Dado que en el transcurso de estas patologías del embarazo aumentan los niveles de andrógenos en la madre, creemos que estos modifican la función de la placenta y, entre otras alteraciones –tales como la modulación de la presión de oxígeno, cambios en el trasporte de aminoácidos, la producción de otros mediadores placentarios, como serían otras hormonas que también podrían afectar el desarrollo fetal-, podría dejar pasar más ácidos grasos saturados. Nosotros nos focalizamos en este fenómeno, porque al conocerlo en detalle, podríamos generar intervenciones o formas de prevenir este proceso en el futuro”.

El doctor Maliqueo explica que gran parte de los nutrientes que van a pasar de la madre al feto, van a ser recibidos en primer término por el hígado fetal. “Dado que en una mujer con obesidad gestacional se modifica el perfil de ácidos grasos, sólo por el hecho de tener este sobrepeso, los cambios que se producen en la función placentaria debido al aumento de andrógenos pueden llevar a que pasen más ácidos grasos saturados al feto, lo que incidiría en su función hepática. Ese es nuestro objetivo: queremos entender cómo se afecta el transporte de ácidos grasos en la obesidad gestacional y cuál podría ser el efecto que tiene sobre el metabolismo de estas moléculas en el hígado del feto”.

Tres líneas, un objetivo

Para realizar este estudio, seguirán tres líneas de trabajo: “la primera es clínica, reclutando en consultorios del área Occidente a mujeres obesas que cursen un embarazo, pero sin patologías concomitantes como diabetes o hipertensión, para seguirlas desde etapas tempranas de su gestación. Al momento del parto, y dado que la mayoría de las madres que se atienden en los consultorios con los que estamos trabajando tienen a sus hijos en el Hospital San Juan de Dios, podremos recolectar sus placentas y muestras de sangre de cordón, con el fin de poder caracterizar todo este fenómeno desde un punto de vista clínico y vincular estos resultados con los que obtuvimos durante sus embarazos”.

Además, informa, “para entender estos procesos y sus diferencias queremos tomar muestras de la arteria y la vena umbilical, dado que la sangre que va de la placenta al feto pasa va por la vena, y la del feto a la madre va por la arteria, Y esto lo lograremos con las madres que deban someterse a una cesárea por indicación médica”.

La segunda línea implica el desarrollo de un modelo de obesidad gestacional en ratones, con el objetivo de comprender qué pasa con los metabolismos tanto placentario como del hígado fetal; “ahí la idea es hacer técnicas más sofisticadas, de lipidómica, proteómica o microarrays, diferenciando los resultados por sexo de los fetos”. Y la tercera es un complemento de las dos anteriores: “modelos in vitro, a través de cultivos de explantes de tejido placentario, o bien de células aisladas de placenta, obtenidas tanto de mujeres con obesidad como mujeres control, para evaluar de esta forma cuáles podrían ser los efectos que tienen los esteroides sexuales en la función placentaria”.

“Si entendemos la manera en que estos ambientes prenatales van generando marcas o alteraciones desde la gestación, podríamos, a posterior, ver cómo estos fenómenos se van asociando a factores ambientales para generar patología crónica, enfermedades metabólicas. Hoy cerca del 60% de nuestra población tiene sobrepeso u obesidad, y parte importante de este grupo son los niños. Los problemas asociados al exceso de peso aparecen en gente cada vez más joven, entonces claramente que hay un efecto que no sólo es ambiental, sino que probablemente viene desde etapas muy tempranas; quizás incluso desde la carga que tienen los padres en sus gametos”, finaliza el doctor Maliqueo.