Es fundamental controlar la propagación del vector

Más allá del dengue

Más allá del dengue
"El mosquito hembra Aedes Aegypti por sí mismo no tiene el virus: lo adquiere al picar a una persona infectada, se “contagia” el virus y, posteriormente, lo trasmite a la siguiente persona que pique", informan los académicos.
"El mosquito hembra Aedes Aegypti por sí mismo no tiene el virus: lo adquiere al picar a una persona infectada, se “contagia” el virus y, posteriormente, lo trasmite a la siguiente persona que pique", informan los académicos.
Para evitar la picadura del mosquito, la dra. Cortés recomienda "el uso de ropa de mangas y piernas largas de colores claros, para así evitar tener mucha piel expuesta. Además, usar repelente que contenga DEET, pero siempre en una concentración al 30%"
Para evitar la picadura del mosquito, la dra. Cortés recomienda "el uso de ropa de mangas y piernas largas de colores claros, para así evitar tener mucha piel expuesta. Además, usar repelente que contenga DEET, pero siempre en una concentración al 30%"
El doctor Vaviente señala la importancia de capacitar al personal de salud, pues “el mosquito Aedes Aegypti es vector, además del dengue, de virus como Zika, Chikungunya y Mayaro, que pueden ser detectados con paneles de enfermedades tropicales".
El doctor Vaviente señala la importancia de capacitar al personal de salud, pues “el mosquito Aedes Aegypti es vector, además del dengue, de virus como Zika, Chikungunya y Mayaro, que pueden ser detectados con paneles de enfermedades tropicales".

La doctora Claudia Cortés, infectóloga del Departamento de Medicina Interna Centro de nuestro plantel, explica que el agente etiológico o causal del dengue es un virus de la familia Flaviviridae, del cual “existen cuatro serotipos diferentes que causan la enfermedad” y que se transmite por la picadura del mosquito hembra Aedes Aegypti, endémico en países de clima cálido como Brasil o Paraguay. “No existe el contagio de persona a persona, y el mosquito por sí mismo no tiene el virus: lo adquiere al picar a una persona infectada, se “contagia” el virus y, posteriormente, lo trasmite a la siguiente persona que pique”.

A ello, añade que el curso de la infección por dengue “puede ser desde asintomático, en la mayoría de los casos, sobre todo cuando es la primera infección, pasando por episodios de fiebre alta, compromiso del estado general del tipo decaimiento extremo, petequias o manchas en la piel, rash cutáneo, cefalea, dolor de ojos y dolor abdominal; este es el cuadro clásico. Los más severos cursan con hemorragias internas y externas”. Los grupos de mayor riesgo son los de edades extremas –niños pequeños y adultos mayores- y las personas inmunosuprimidas, como quienes atraviesan una quimioterapia o tienen enfermedades autoinmunes, por ejemplo.

El manejo domiciliario y/o hospitalario de estos pacientes es “sintomático, vale decir tratar las molestias que provoca la infección, con analgesia para la fiebre y dolor de cabeza y cuerpo, mucha hidratación y reposo, dado que no existe un antiviral para el dengue. Y en los casos graves en que caen las células que participan en la coagulación, como son las plaquetas, puede ser necesario transfundirlas”.

¿La persona que ha tenido dengue desarrolla inmunidad; contra uno de los serotipos o contra los cuatro?

La inmunidad que deja la infección no es duradera y solo protege transitoriamente contra el serotipo previamente contagiado, por eso una segunda infección con otro serotipo puede ser más sintomática o más grave.

Para prevenir el contagio, la doctora Cortés explica que las medidas parten en las ambientales, “eliminando los lugares donde puede haber y reproducirse los mosquitos, como charcos de agua, neumáticos con agua –ese es un reservorio muy difícil de eliminar- o fuentes con agua estancada; en algunos sitios específicos se puede hacer algún tipo de desinfección como fumigar, pero es poco efectivo porque el veneno dura poco en el ambiente. A nivel personal, recomiendo el uso de ropa de mangas y piernas largas de colores claros, para así evitar tener mucha piel expuesta a la picadura del mosquito. Además, usar repelente que contenga DEET, que es el ingrediente más habitual de estos productos, pero siempre en una concentración al 30%, porque hay evidencia que menos que eso es inocuo para los insectos, y colocarlo cada cuatro horas o cada vez que se salga del agua, ya sea de mar, ducha, río, piscina o en caso de transpiración extrema”.

¿Qué se debe hacer en caso de sospechar el contagio?

Consultar en un servicio de urgencia o centro médico, aportando el dato de que viene desde un lugar donde hay casos activos como Argentina, Brasil, Perú o Colombia, entre otros. Es fundamental dar el dato epidemiológico para que el médico tenga la sospecha diagnóstica.

Dado que el mosquito que transmite el dengue no es endémico en nuestro país, la doctora Cortés añade que hasta ahora los casos que se han pesquisado en Chile Continental son todos importados, de turistas chilenos o extranjeros que se han contagiado fuera, “pero ahora sólo ha habido casos autóctonos en Rapa Nui”. En Argentina y otros países latinoamericanos, explica, “se ha provocado el mayor brote histórico, y la diferencia que tienen con nosotros es el clima, porque nuestro calor es más seco, al contrario de Argentina que tienen calor húmedo, lo que favorece la presencia y reproducción del vector”.  

Por ello, respecto de un posible asentamiento del mosquito en Chile, la académica explica que dependerá de la magnitud de la crisis climática y “también, en estas etapas iniciales, de las posibilidades de erradicar al vector”.

Vector de otras enfermedades tropicales

Por su parte el doctor Fernando Valiente, académico del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas, señala que respecto de la detección de estos mosquitos en nuestro país, “es bien complejo poder concluir de dónde provienen: tenemos primero una crisis climática, la cual está cambiando las temperaturas, lo que favorece que se muevan sus nichos ecológicos. Pero no podemos olvidar que a través de nuestras fronteras terrestres pasan diferentes tipos de importaciones y exportaciones, y en esos grandes pallets pueden venir estos mosquitos; por lo tanto, hay que cuidar la frontera y no solamente de las personas que pudieran venir infectadas, sino que también de la introducción de estos insectos”.

En ese sentido, advierte que “ya desde el 2016 se hicieron los primeros hallazgos del mosquito en Arica, después en 2019 Iquique y en el 2023 en Los Andes; aunque ya se habían detectado ejemplares en zonas rurales, la noticia hoy es que se encontró en un terminal de buses en una zona urbana, y eso preocupa porque ahí podrían picar a una persona infectada, que no sepa que lo esté al ser asintomática, y así empezar a propagar el virus. Por eso lo peor que puede pasar es que tengamos personas que estén infectadas y que sean picadas por este mosquito en particular; la prevención y el control en la zona donde ya se ha detectado es muy importante, porque la peor mezcla que puede pasar es que se junten personas que estén infectadas y la presencia de este mosquito que todavía no adquiere el virus. Que lo adquiera es cosa de tiempo para que aumente la propagación, lo que nos puede traer un problema como el que están viviendo nuestros países vecinos”.

Para el control del vector, el doctor Valiente destaca que, “aunque los mosquitos que se han detectado no tienen el virus, es importante que se hagan fumigaciones en las zonas donde se han encontrado ejemplares, eliminar acumulaciones de agua estancada donde puedan reproducirse y educar en cuanto a las medidas preventivas a la población. Pero agrega que el mayor impacto lo puede producir la capacitación al personal de salud; “el mosquito Aedes Aegypti es vector también de otros arbovirus como Zika, Chikungunya y Mayaro, de síntomas también parecidos a un resfrío común. El Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud trabaja en base a casos reportados; es decir, el que aparece cuando una persona que se siente enferma, va a un centro de salud, le hacen un test de PCR o de serología de anticuerpos y, al detectarse como positivo, lo informan. En estos test se puede descartar, con el panel de virus tropicales, si es dengue o no, porque el equipo de salud se enfoca en buscar eso, pero en estos paneles se pueden encontrar los virus que propagan estas otras enfermedades, lo que de hecho ya está sucediendo con Chikungunya. Por lo tanto, ahí también la vigilancia es primordial, estar muy atentos y capacitar al personal sanitario, porque por sus síntomas pueden pasar muchas veces por un resfrío. Por ejemplo, estar atentos a si el paciente viene llegando de algún país donde tengan estos brotes, si vive en zonas con muchos mosquitos o si por su trabajo debe visitar sectores de ese tipo. En las zonas donde se ha encontrado este mosquito, a pesar de que no está el virus todavía, yo me preocuparía de hacer el panel de enfermedades tropicales, porque puede ser que ya estemos desfasados. Hoy la biología molecular permite poder hacerlo de forma simultánea casi sin aumentar los costos; después del Sars CoV 2, su uso se instaló en laboratorios de los sectores público y privado”.

Síntomas de las diferentes infecciones

Ahondando en los síntomas de estas enfermedades, el doctor Valiente detalla que las infecciones por Chikungunya, Mayaro y Zika también cursan con fiebre, malestar generalizado, dolores de cabeza, músculos, articulaciones y abdomen, y erupciones cutáneas. “Los síntomas son similares y es imposible diagnosticar con exactitud de qué virus se trata sólo con el cuadro clínico, se requieren test diagnósticos específicos. En el caso del Zika hay que tener especial cuidado porque hay evidencia que es una infección que se transmite entre personas por vía sexual, contagiando no solo a la pareja, sino que al posible feto en desarrollo, que puede presentar microcefalia, y por eso se recomienda que las personas que hayan viajado y estén infectadas que no tengan actividad sexual ni donen sangre por cuatro o cinco meses”.

Y respecto del cuadro clínico de dengue, el investigador detalla que “dado que en general el primer cuadro puede ser asintomático, el problema es saber cuándo fue esa primera infección: podría haber sido hace meses y la persona no lo recuerda porque fue como una gripe leve después de viajar. Entonces se infecta por segunda vez, da síntomas graves y cree que es la primera vez que lo pica el mosquito. Por eso hay que evitar la errónea sensación de seguridad al pensar que con la primera picadura no pasa nada, porque no hay cómo saber si efectivamente es la primera. Hay que evitar a toda costa la picadura”.

En todo caso, añade el académico, “el mosquito Aedes Aegypti adulto muere a menos de 10 grados, y como pronto entraremos al invierno eso nos va a proteger; además, la cordillera actúa como una barrera natural. Pero el mosquito no se va a ir, porque hay evidencia de que sus huevos son capaces de sobrevivir el invierno y entonces que en primavera resurja. El virus va a estar y el vector también; las medidas de prevención tienen que ser constantes en todo el año; por ejemplo, entramos ahora en un período de alta lluvia, por lo que después de eso se tendrá que hacer un barrido mucho más grande en términos de acumulaciones de agua para no entregarle al mosquito el ambiente ideal para que se pueda reproducir”.