Dra. Claudia Cortés, infectóloga del Departamento de Medicina Interna Centro

"En VIH lo estamos haciendo muy mal"

"En VIH lo estamos haciendo muy mal"
La comitiva que viajó a Estados Unidos -la dra. Cortés al centro, de blusa blanca- junto al equipo del Boston Medical Center que los recibió
La comitiva que viajó a Estados Unidos -la dra. Cortés al centro, de blusa blanca- junto al equipo del Boston Medical Center que los recibió
Dra. Claudia Cortés
Dra. Claudia Cortés

Esa es la dura opinión de la doctora Cortés, copartícipe de CHAIR junto a los doctores Fernando Valiente, Ricardo Soto-Rifo y Valeria Stuardo, quien viene llegando de conocer el Plan Integrado de Prevención y Cuidado del VIH/SIDA 2017-2021 puesto en marcha en Massachusetts, Estados Unidos, política sanitaria pionera en su país enfocada en disminuir la posibilidad de contagio en las poblaciones de riesgo, así como en facilitar y monitorear las terapias a quienes han sido diagnosticados.

Iniciativa de la embajada chilena en ese país, viajó a Boston junto a una colega de la Pontificia Universidad Católica y a dos funcionarios del Ministerio de Salud, representando a casa una de las subsecretarías, entre el 19 y el 21 de noviembre, a conocer a las autoridades y equipos tras las buenas prácticas en áreas como prevención, educación y cuidado primario del VIH; sistema de monitoreo, que incluye también otras infecciones de trasmisión sexual y tuberculosis; vinculación entre el servicio de salud y la comunidad; políticas del mencionado plan integrado y, por último, explorar espacios y áreas de cooperación bilateral.

Durante su visita se reunieron con la “commissioner” o encargada de salud pública del estado de Massachusetts –cargo equivalente al ministro de Salud de ese estado-, y con todo el equipo a cargo del programa de VIH; posteriormente visitaron los laboratorios donde se hace la confirmación diagnóstica de esta y otras enfermedades de transmisión sexual. Además, recorrieron el Hospital de Boston, “que es el principal recinto asistencial público de la ciudad”, explica la doctora Cortés, así como otras clínicas para atención de pacientes usuarios de drogas intravenosas “y después nos trasladamos a un centro médico periférico dependiente del Massachusetts General Hospital, donde brindan atención primaria en VIH, así como conocimos entidades que realizan investigación básico clínica y de salud pública en esta materia”.

Hacer en 24 horas lo que se hace en un mes

Así, la académica pudo darse cuenta de que “ellos están a la cabeza en Estados Unidos, tienen una política de diagnóstico de VIH muy fácilmente accesible, ellos hacen el testeo de forma masiva y muy fácil y esa es una de las falencias que tenemos en Chile: acá hacerse el test es muy complejo”.

¿Pese a la implementación del test rápido?

Es que su implementación es más bien teórica, todavía no se aplica masivamente. La política actual está orientada a que el test se lo hagan cuando vayan al consultorio, y el problema es que los jóvenes, el principal grupo de riesgo, no van al consultorio, porque son gente sana. El test hay que llevárselo a los jóvenes, hay que ir a las universidades, afuera de los carretes. Allá está bastante bien logrado el tema del diagnóstico, pese a que no hacen test rápido, porque el procesamiento del test estándar es tan eficiente que lo tienen listo en 24 a 48 horas, cuando nosotros nos demoramos un mes.

Eso, sucede, añade, porque en Chile hacemos cuatro test diagnósticos de confirmación. “Ellos hacen el primero y luego una de carga viral, que es la búsqueda directa del virus. Si es positivo, en cuanto tienen el resultado y la confirmación, vinculan a ese paciente muy rápido con el centro de atención que le corresponda. Eso no se puede hacer legalmente en Chile, la Ley del Sida tiene 25 años, establece una serie de protocolos que son muy estrictos y no se puede salir de ella. Pero en lo técnico y los recursos humanos están como para que tuviéramos esa rapidez; no podemos demorarnos un mes en algo que técnicamente puede demorar sólo 24 horas”.

A ello, la especialista agrega que “me llamó mucho la atención que cuentan con un gran ejército de funcionarios que, muy individualmente, ven si el paciente una vez que se diagnosticó se vinculó a tratamiento y si sigue con él. Tienen una muy buena inversión en cuanto a personal y a recursos económicos para generar seguimiento; si al cabo de dos o tres semanas de informado un diagnóstico, que llevan en un registro centralizado, el paciente no aparece en algún centro médico, lo van a buscar, siempre manteniendo la confidencialidad. Eso es muy lejano a nuestra realidad”.

Otro mundo de diferencia se establece en términos de nuevos contagios, explica la dra. Cortés. “En el estado de Massachusetts tienen sus números a la baja; nosotros somos uno de los diez países del mundo en que las cifras van al alza. En todo el mundo es una tendencia que está disminuyendo, en los últimos cinco años y a nivel macro la cifra de nuevos casos ha disminuido en un 18%, según datos de ONUSIDA; en Chile ha habido un aumento de un 85%. El VIH crece en población muy joven, de entre 18 y 24 años, que es la gente que no tuvo nada de educación sexual, que nunca vio morirse a nadie de sida; los mayores nos acordamos cuando artistas famosos se morían, porque se mostraba en televisión. Ahora no, no hay preocupación porque no es una enfermedad mortal, pero siempre es preferible no tenerla”.

¿Se puede atribuir al uso excesivo de alcohol y / o drogas recreativas?

Ese es un gran tema; está todo lo del Chemsex, que es una práctica de ciudades desarrolladas de consumo de drogas para tener largas sesiones de días de duración de sexo y eso está llegando a Chile. Es más frecuente entre hombres que tienen sexo con hombres, pero también ocurre entre heterosexuales. Usan sustancias que no los borran ni los “vuelan”, no pierden conciencia de realidad, sino que sirven para tener maratones sexuales, evidentemente sin condón. Eso está entrando fuerte, pese a que son drogas caras.

Masificar profilaxis

La doctora Cortés piensa que se podrían implementar algunas de las prácticas que pudo constatar en Boston. “Creo que podemos aprender de ellos, la gente del Ministerio de Salud está viendo cómo poder hacer testeos rápidos, cómo administrar los modelos de profilaxis de preexposición o PreEP que es un fármaco que se toma de forma preventiva para evitar el contagio por VIH. Ese es un paso que tenemos que dar como país, pues está demostrada su eficacia de un 96% en cuanto a disminuir las tasas de contagio de VIH. En Massachusetts está instalado muy masivamente en grupos de riesgo; eso es algo que podríamos implementar, pero acá recién se va a probar en un grupo piloto durante el 2019”.

Además destaca “laboratorios en los que ofrecen capacitación para todos los médicos en formación de especialista de infectología del país, los entrenan a cómo acercarse al paciente para hacer una completa anamnesis sobre su vida y su sexualidad para enfocarse al diagnóstico, la pesquisa y el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, que es algo que nosotros no tenemos tan formalmente estructurado. Eso me interesa como Universidad de Chile, sería bueno copiar ese modelo. Fue una interesante visita, estamos súper lejos de esa realidad y hay cosas que no son aplicables en nuestro medio, pero quedamos en conversaciones para seguir avanzando”.