La conferencia de la red internacional History of Moviegoing, Exhibition and Reception, este año se desarrolló bajo el título “Anchoring new cinema history”, y tuvo como sede a la Universidad de Bahamas y congregó a más de 50 especialistas provenientes de Europa del Norte y del Este, América Latina y Norteamérica. “La red tiene como objetivo transversal el estudio del cine desde una perspectiva contextual, es decir no centrarse tanto en el análisis textual de las películas, sino incorporar la participación de actores y factores diversos, y habitualmente omitidos, tales como las salas, los públicos, los distribuidores, las ciudades, etc”, señala el profesor Jorge Iturriaga. “Me interesó particularmente la diversidad de metodologías con que se puede abordar el fenómeno cinematográfico, especialmente el desafío que implica utilizar perspectivas más cuantitativas en un objeto habitualmente interrogado desde lo cualitativo. Por ejemplo, mapear las rutas de la distribución, trazar la ocupación urbana de las salas o contabilizar la cantidad de exhibiciones de una obra, permiten entender qué lugar socio-cultural concreto ocupaba el cine, más allá de las crónicas y críticas, casi siempre muy letradas, que uno como investigador acostumbra a usar”.
El profesor del ICEI, Jorge iturriaga, acudió a la cita para presentar resultados y problemáticas de su proyecto de investigación “La censura cinematográfica en Chile 1960-2000”, el cual ha sido financiado por Fondecyt (CONICYT) y U-Inicia (VID, U. de Chile). El proyecto tiene, como uno de sus objetivos, confeccionar una base de datos con la información contenida en las actas de calificación de largometrajes por parte del Consejo de Censura Cinematográfica entre 1960 y 2000. El equipo de investigación, integrado entre otros por los estudiantes del ICEI Camila Magnet y José Luis Cañas, cuenta con un total aproximado de 20 mil fichas de calificación, lo que se ha traducido en una base de datos con información, hasta el momento, de más de 10 mil títulos de largo metraje. “En la conferencia hablé sobre los desafíos metodológicos de la construcción de esta base de datos. En general el Consejo de Censura nunca hablaba de sus decisiones ni públicamente ni en sus documentos, por ende es todo un desafío hacer hablar a categorías de información super específicas, como los títulos de las películas, las calificaciones de esas obras y la identidad de los calificadores. Es todo un arte interpretativo hacer hablar a los números y detectar patrones de comportamiento”. Iturriaga explica que pudo cotejar su investigación con otros proyectos como el European Cinema Audiences, con el cual vio que compartían problemáticas similares. La conclusión a la que apunta el profesor es que la elaboración de bases de datos es una apuesta que requiere de mucho trabajo en el ingreso de la información y en su limpieza, pero que a la larga constituye una importante base de apoyo para otros proyectos, que podrán tomar esa información y cruzarla con otras variables y así darle mayor integración al campo de estudios de cine.
“Con el proyecto ya publicamos resultados relacionados con lo cualitativo. Trazamos la trayectoria de los discursos en prensa sobre la censura cinematográfica a lo largo de los años 60, en donde se parte con un consenso bastante fuerte sobre la necesidad de esta herramienta y se cierra la década con una censura muy deslegitimada y además torpedeada por cinematografías cada vez más transgresoras”, comentó el profesor. “Ahora estamos sistematizando los resultados cuantitativos con la ayuda de esta base de datos, para el período 1960-1973, donde se puede ver, efectivamente, que el Consejo evolucionó desde un trato muy estricto con las películas bajo el gobierno de Jorge Alessandri, hacia un comportamiento mucho más abierto y tolerante durante la Unidad Popular”.