Guayaquil:

La verosímil sensación de vacío en obra de Cariceo expuesta en Ecuador

La verosímil sensación de vacío en obra de Cariceo expuesta en Ecuador
La exposición de Cariceo en Guayaquil, "Obra Invisible", conmemoró los sesenta años de inmaterialidad expuesta por Klein en la Galería Iris Clérc.
La exposición de Cariceo en Guayaquil, "Obra Invisible", conmemoró los sesenta años de inmaterialidad expuesta por Klein en la Galería Iris Clérc.
Comisariada por el curador ecuatoriano Hernán Pacurucu, esta exposición contó también con un texto de presentación realizado por el artista visual, académico del DAV, Gonzalo Díaz.
Comisariada por el curador ecuatoriano Hernán Pacurucu, esta exposición contó también con un texto de presentación realizado por el artista visual, académico del DAV, Gonzalo Díaz.
La sala de Museo Nahim Isaías solo contó con un proyector dirigido hacia un ángulo de la sala y en la misma dirección una cámara de seguridad.
La sala de Museo Nahim Isaías solo contó con un proyector dirigido hacia un ángulo de la sala y en la misma dirección una cámara de seguridad.
Jaime San Martín fue invitado por el destacado artista visual ecuatoriano, académico y curador, Ilich Castillo, a brindar la charla Catedra Domingo Sánchez Blanco.
Jaime San Martín fue invitado por el destacado artista visual ecuatoriano, académico y curador, Ilich Castillo, a brindar la charla Catedra Domingo Sánchez Blanco.
Esta charla, que fue convirtiéndose en un diálogo sobre las relaciones que se dan entre los procesos creativos y la enseñanza artística dentro de la academia y dentro de la educación pública.
Esta charla, que fue convirtiéndose en un diálogo sobre las relaciones que se dan entre los procesos creativos y la enseñanza artística dentro de la academia y dentro de la educación pública.

Tres días duró el montaje de la exposición individual de Arturo Cariceo Obra Invisible, que el pasado viernes 29 de junio se inauguró en el Museo Nahim Isaías de Guayaquil, con la que conmemoró los sesenta años de inmaterialidad expuesta por Klein en la Galería Iris Clérc.

Comisariada por el curador ecuatoriano Hernán Pacurucu, esta exposición contó también con un texto de presentación realizado por el artista visual, académico del DAV y Premio Nacional de Arte, Gonzalo Díaz, que hace un repaso por toda la Obra Invisible de Cariceo manifestando: “Una sala vacía expuesta como obra es materialmente una producción costosa para una galería o museo y puede entenderse, además, como un derroche simbólico y un riesgo curatorial. Su mantención debe ser permanente de lo contrario el espacio deja de ser vacío y pasa a estar abandonado”. (Texto completo en "Enlaces relacionados").

En esta oportunidad el trabajo museográfico estuvo a cargo del artista chileno Jaime San Martín, quien consiguió una real sensación de vacío en la sala con el objetivo de traspasar con verosimilitud la "inmaterialidad" de las Obras Invisibles Clásicas de Cariceo.

Así la sala de Museo Nahim Isaías solo contó con un proyector dirigido hacia un ángulo de la sala y en la misma dirección una cámara de seguridad. En el punto ciego de dicha cámara, Jaime San Martín, instaló una ventilación falsa, que contenía un billete de diez dólares y santitos.

“Mi trabajó partió teniendo en mente que el vacío en realidad no existe, que es una construcción en la que el espectador pasa por alto los estímulos y símbolos puestos en juego. Es decir, hay una estructura espacial, compositiva, una relación entre aquello que se dispone, que es pasada por alto al tener como precepto el "vacío" o la idea de invisibilidad”, explicó el museógrafo de la muestra.

Agregó además que “es clave entender la Obra Invisible Clásica de Cariceo como una partitura, como un guion a ser interpretado (pensando en 4.33' de John Cage, o en el movimiento Fluxus, por ejemplo en las Instruction Pieces de Yoko Ono) en el que se presentan las continuas y sutiles relaciones simbólicas que se van dando. Entonces, vaciar el espacio es condicionar la lectura de terceros, por ejemplo pintando la sala de blanco, componiendo con la luz de un proyector que proyecta nada y escondiendo una obra (de mi autoría) dentro de la Obra Invisible a modo de ‘McGuffin’. Estos contenidos culturales se solapan y representan en la sala la idea de vacío”, expresó San Martín.

Por su parte el expositor, se refirió a su obra caracterizada por diversas singularidades: “La primera paradoja es que la muestra duró sólo un día, creando el extrañamiento propio de este tipo de obras, acorde además con la historia del arte. La segunda, es que durante el desmontaje de la exposición el personal del museo olvidó retirar la ventilación al confundirla con una real. Finalmente, como habitualmente hago con mis Obras Invisibles Clásicas, creo otra paradoja al donarla”, declaró Cariceo.

El artista también tuvo palabras para la labor realiza por San Martín, señalando que “Jaime enfrentó el malentendido recurrente de las personas al creer que cuando se dice invisible, significa no hacer nada. Sesgo ratificado al explicitarse la voluntad de exponer una planta libre, donde desde el prejuicio o la desinformación, se confunde vacío con abandono. Además es una administración no solamente formal, sino poética, levantada racionalmente, donde Jaime logró construir un espacio contemplativo y silencioso. Y no sólo apelando al cubo blanco, también a la desfuncionalización de la luz artificial de la sala incluyendo la del proyector, deconstruyendo los significados asociados al espacio para ser expuesto el mismo desde sus significantes”.

Catedra DSB en Ecuador

También en la ciudad de Guayaquil, precisamente en la Universidad de las Artes, Jaime San Martín fue invitado por el destacado artista visual ecuatoriano, académico y curador, Ilich Castillo, a brindar la charla Catedra Domingo Sánchez Blanco “La pregunta de sentido por el arte desde la docencia”, un curso-taller universitario que enseña a los estudiantes de artes visuales los aportes de las vanguardias y su encadenación histórico-crítico con la tradición artística, que Arturo Cariceo imparte en el DAV de la Universidad de Chile.

Trasladada hasta la universidad ecuatoriana, la actividad abordó a grandes rasgos la historia de la Cátedra Domingo Sánchez Blanco, abocándose a su creador, Arturo Cariceo.

“Me impuse la tarea de hacer entender que este es un proyecto académico de corte experimental que ve la docencia desde el arte, y que con mucho esfuerzo se ha ido convirtiendo en una alternativa curricular seria para quienes les interesa explorar de manera práctica, tanto los aportes de las vanguardias artísticas, como su diálogo con la tradición, dando una libertad temática que se desarrolla y encausa en diálogos (grupales e individuales) y bibliografía especializada”, contó San Martín.

Esta charla, que fue convirtiéndose en un diálogo sobre las relaciones que se dan entre los procesos creativos y la enseñanza artística dentro de la academia y más específicamente dentro de la educación universitaria y pública, fue apoyada con imágenes de obras creadas dentro y fuera del taller, por estudiantes que han sido parte de la Cátedra DSB. “La idea era expresar lo fundamentales que han sido las personas que aportan con su arte a este proyecto, llevándonos a perfeccionar nuestra metodología actual, tema de especial interés para académicos y estudiantes de la aún joven universidad guayaquileña”, concluyó aseverando Jaime San Martín.