Casa Central

Éste es uno de los edificios más característicos de la acera sur de la Alameda, en el centro de Santiago. Su arquitecto fue Lucien Ambroise Henault, y su constructor, Fermín Vivaceta. Este edificio es emblema de una de las instituciones republicanas que más ha aportado al desarrollo espiritual y material del país.

Su estilo es neoclásico, y se proyectó y construyó en una época en que este estilo llega a ser predominante. En la Historia del Arte de Woermann, se caracteriza el neoclásico como un "retorno a la noble sencillez y serena grandeza que se vio e imaginó en el arte de los griegos, reflejándose sobre todo en la arquitectura."

En el libro Monumentos Nacionales de Chile se dice que "la fachada principal, modulada por un juego de pilastras, es simétrica, con una fuerte predominancia horizontal, reforzada por una sucesión de ventanas con arcos de medio punto en el primer nivel, y rectangulares en el segundo."

Al pasar la gran puerta de ingreso, se encuentra un vestíbulo. De sus costados salen dos escaleras que llevan al segundo piso. En el centro está la entrada al Salón de Honor, "de doble altura, rodeado de columnas de orden dórico romano en el primer nivel y columnas compuestas, en el segundo, unidas por arcos de medio punto."

Hasta 1907, los dos patios de la Casa Central estaban descubiertos y pavimentados con piedra de huevillo. Con motivo de la celebración de un importante congreso científico, se colocaron monteras metálicas para soportar cubiertas de vidrio, y se hizo embaldosar los pisos.

En el patio poniente se encuentra el monumento a Andrés Bello, hecho en mármol de Carrara, por el escultor chileno Nicanor Plaza. Esta obra se inauguró en 1881.

Hasta 1931, en el Salón de Honor había una tela de grandes dimensiones, titulada La Universidad de Chile protectora de las ciencias y las artes, obra del profesor francés Ernesto Courtois.

La Casa Central fue declarada Monumento Nacional el 7 de  enero de 1974, con Decreto del Ministerio de Educación N°11 de ese año.

El 27 de marzo de 2001, fue descubierto, en un acto académico, el mural que el maestro Mario Toral realizó en el Salón de Honor. De esta obra el Rector Luis Riveros dijo: "Los esenciales conceptos de amor, progreso y armonía que el artista ha plasmado en él, deben emanar desde estas solemnes columnas y derramarse por nuestras calles y plazas, y penetrar al fin en la vida cotidiana de los chilenos."

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