Actriz de "Karen, una obra sobre la gordura":

Sandra Araneda: "Quisiera incentivar a las personas a que vean arte"

Sandra Araneda: "Quisiera incentivar a las personas a que vean arte"
Sandra Araneda resultó ganadora en la categoría mejor intérprete femenino en la última versión del Festival de Dramaturgia y Dirección Víctor Jara.
Sandra Araneda resultó ganadora en la categoría mejor intérprete femenino en la última versión del Festival de Dramaturgia y Dirección Víctor Jara.
"Mi objetivo ahora es incentivar a la gente a formar un público teatral en este país", señala la joven actríz.
"Mi objetivo ahora es incentivar a la gente a formar un público teatral en este país", señala la joven actríz.
Junto con Araneda, en el montaje actuaban actuaban Catalina Osorio, Tamara Ávalos, Cristóbal Lecaros, Juan Manuel Herrera, Diego Acuña y Felipe Olivares,
Junto con Araneda, en el montaje actuaban actuaban Catalina Osorio, Tamara Ávalos, Cristóbal Lecaros, Juan Manuel Herrera, Diego Acuña y Felipe Olivares,

Este año, fue el estudiante Juan Andrés Rivera de Diseño Teatral el que ganó el Festival de Dramaturgia y Dirección Víctor Jara con el montaje "Karen, una obra sobre la gordura", en el que actuaban Catalina Osorio, Sandra Araneda, Tamara Ávalos, Cristóbal Lecaros, Juan Manuel Herrera, Diego Acuña y Felipe Olivares.

El certamen, históricamente organizado por los estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, pretende dar un espacio de carácter libre y experimental, de esta forma continuar con la labor de Víctor Jara, como hombre de teatro, generando una oportunidad y experiencia artística necesaria dentro de la formación teatral y vida universitaria.

La obra escrita por Rivera habla de la vida de Karen, una mujer cuyo sobrepeso se transformó en un problema de familia, ya que  su madre y su hermana menor también son gordas. Nadie pensaría que algún hombre se pudiese fijar en Karen, pero Cristian, que trabaja vestido de cerdo en el local de comida rápida en el que Karen trabaja, probará lo contrario.

De este montaje, en cuyo final se produce un inesperado vuelco en la historia, resultó ganadora en la categoría mejor intérprete femenino Sandra Araneda, estudiante de último año de Actuación Teatral, la que estuvo ad portas de seguir una carrera científica al salir del colegio el 2001.

Fue un profesor de biología al interior del colegio de monjas mercedarias  Santa María de Cervellon y al ver los dotes histriónicos de su entonces alumna, el que incentivó a Sandra Araneda a abandonar los pasos de las ciencias para embarcarse en el camino del teatro.

"Cuando tuve que elegir electivos, elegí el de biología y me iba bien. Me incliné por el lado de las ciencias porque me costaba el electivo humanista, ya que no me iba muy bien redactando. Estuve a punto de ser el mejor promedio del electivo de biología y mis papás, al igual que yo, estaban seguros de que iba a seguir una carrera relacionada con el área de las ciencias. Pero fue el profesor de biología el que me decía que me tenía que ir de ese electivo, porque él sabía que lo mío era teatro", recuerda Sandra Araneda, quien reconoce que se esforzaba el doble para taparle la boca a su profesor de biología.

"Paralelamente al electivo de biología, entre segundo y cuarto medio, iba al taller de teatro. Era súper responsable en comparación con otras compañeras que nunca terminaron el taller, aunque el profesor no era tan bueno", explica la estudiante de actuación teatral, quien tras salir del colegio el 2001 se tomó un año para pensar lo que quería estudiar.

"Me tomé un año sabático porque no sabía lo que quería estudiar, es más, postulé la primera vez y puse en primera opción actuación teatral, no terminé de completar el formulario y nunca vine a dar la prueba especial porque ni siquiera sabía dónde quedaba la escuela ni en qué consistía la carrera. Luego de mi año sabático hice el Curso Vespertino con el profesor Marco Espinoza y supe cómo era la escuela", explica la estudiante, quien este año egresa de la Universidad de Chile.

Sobre la reacción de sus padres, Sandra Araneda confiesa: "Mi papá estaba de muerte, es más, él no sabía que yo estaba postulando hasta que fui pasando las etapas de la prueba especial. Yo creo que para él fue frustrante, porque al igual que cualquier integrante de cualquier familia de clase media, mi papá quería que yo aspirara a una mejor situación. Esta es una profesión súper mal mirada y me pasaba que me sentía mal cuando hasta mis propios vecinos me preguntaban lo que estaba estudiando, porque en esa pregunta había algo de desprecio".

Consultada sobre lo que la ha motivado a seguir estudiando Actuación Teatral, la ganadora del premio a la mejor interpretación femenina en la última versión del Festival de Dramaturgia y Dirección Víctor Jara señala: "Con el tiempo uno se va justificando el porqué de la carrera. Yo he necesitado del sustento teórico para justificarlo y creo que el arte atávico es una necesidad para el hombre, como también lo es comer y bailar y por eso surgió tan temprano. Eso es lo principal, aunque yo he tratado de darle otro significado, llegando a pensar que el teatro es como una liberación de pulsiones, pero al final es como comer, es una necesidad más. Hay gente que lo toma más en serio y se quiere dedicar a eso porque cree que en algo puede ayudar".

"Yo congelé todo un año la carrera porque estaba súper decepcionada. Encontré que era un ambiente mediocre, pero después empecé a comparar y me di cuenta que no era todo tan malo y volví. Pienso que esta es una carrera ingrata porque uno no siempre obtiene los logros a pesar de que a veces le coloca más empeño. Muchas veces es también una carrera azarosa, en cuanto puede pasar que el de al lado no le coloque tanto esfuerzo y puede que obtenga un mejor resultado que alguien que trabajó más. Esta es una carrera súper subjetiva, pero ahora estoy con una actitud de aportar en algo más específico y no de querer abarcar tanto, porque me di cuenta de que el teatro no va a cambiar el mundo, ya que a lo más puede hacer pensar al grupo de personas que asistan a ver una obra", afirma Sandra Araneda.

La estudiante de Actuación Teatral, quien se encuentra preparando con su curso el egreso, el que este año está a cargo del profesor Patricio Pimienta, señala: "Quisiera incentivar a las personas a que vean arte, ya que el teatro también puede ser una forma de educación. Veo que mi objetivo ahora es incentivar a la gente a formar un público teatral en este país, más allá de la discursividad que quiera tener cada obra y hasta dónde quiera llegar, la labor de ahora es buscar un público, porque sin él no se puede hacer nada y ese es mi principal objetivo ahora. No hay público y eso es súper triste".

Sobre el premio que obtuvo en la última versión del Festival de Dramaturgia y Dirección Víctor Jara, el que se desarrolló en octubre recién pasado, Sandra Araneda señala: "Es un premio que a nadie le importa más que a uno y que puede servir sólo para el ego del actor. Nunca tuve una crítica específica de mi trabajo, así que nunca supe el porqué me lo gané. Yo no sé hasta qué punto hice un buen trabajo, ya que en las dos funciones estuve demasiado nerviosa, casi incontrolable. Como no obtuve las críticas, siento que es un premio un poco vacío, pero claro que es una alegría recibirlo. Sin embargo, siento que me lo gané por el compromiso de estar ahí, de haber participado en la organización."

"Siempre quise que la obra ganara y le tuve mucha fe desde el principio, desde que Juan Andrés me mostró el texto antes de postularlo. Creo que es una obra  con un sustento teórico fuerte, además que tratar el tema de la gordura es una  necesidad, especialmente si se trata al interior de esta escuela, ya que hay un nivel de estrés en torno a eso, ya que acá te exigen mantener un cierto peso y hasta te miden la grasa", explica Sandra Araneda.

La joven actriz espera estudiar el próximo año instructora de yoga, terminar su Tesis sobre psicodrama y hacer clases. "En un futuro me gustaría recorrer Latinoamérica e investigar el teatro latinoamericano", concluye la Sandra.