Educación de la primera infancia más conectada con la comunidad mejora el proceso de aprendizaje de niños(as)

Educación de la primera infancia más conectada con la comunidad

Pía Meza (32) ingresó a estudiar Educación Parvularia y Básica Inicial en 2002, siendo parte de la segunda generación de educadoras de la carrera abierta un año antes. A los 7 años supo que quería ser profesora y quería seguir la carrera de pedagogía pero las mallas curriculares de otras casas de estudio no eran de su interés al estar enfocadas en potenciar capacidades técnicas o “habilidades manuales”.

Contra las expectativas familiares y tras informarse en la Feria del Postulante de la Universidad de Chile, descubrió y decidió estudiar la carrera de Educación Parvularia: “Me interesó porque tenía un enfoque más social de la educación, era una carrera nueva, que mezclaba la educación de párvulos con Básica; era realmente lo que yo quería”, comenta.

De su paso por la Facultad de Ciencias Sociales, recuerda especialmente la posibilidad de realizar cursos en otras facultades, como Neurociencia en Medicina o Arte y Danza en la Facultad de Artes. Su primera práctica la hizo en un establecimiento municipal vulnerable de Macul, una experiencia fundamental ya que le hizo descubrir que quería trabajar en la educación pública.

Se tituló en 2007 y trabajó en un colegio de Pedro Aguirre Cerda, donde empezó a desarrollar el modelo holístico de aprendizaje, donde niños aprendieron a leer y escribir cuando cursaban prekinder, sin emplear técnicas escolares como la repetición. El modelo holístico fomenta una educación integral que fortalece la identidad y sentido de vida de las personas a través de nexos con la comunidad y su mundo natural, despertando así un interés por la vida y pasión por el aprendizaje.

-Ciertos académicos(as) y educadores(as) se oponen a la sobre escolarización, ya que anticipa etapas del aprendizaje escolar de los niños en una etapa en que se debiera privilegiar el juego. A ti que te tocó realizar actividades donde aprendieron a leer en prekinder ¿Estás de acuerdo con enseñarle tempranamente a los niños a escribir y a leer?

Yo no perseguía que los estudiantes aprendieran a leer y escribir silábicamente, más bien trabajé con el modelo holístico, eso significa lograr que los(as) estudiantes se apropien de su entorno. El modelo no busca que los(as) niños se sientan y aprendan cada una de las letras y sus sonidos, como se hace habitualmente. Por el contrario, se trata de trabajar desde su niñez, opinión y validarlos como sujetos competentes del lenguaje desde pequeños, y desde ahí uno va adentrándose al mundo no solo del lenguaje sino que de todo lo que les rodea: ciencia, historia y las diferentes disciplinas.

Creo que uno de los mayores errores cometidos en la educación es la sobreescolarización en la infancia porque se pierde todo el valor que esta tiene, ya que los(as) niños(as) son investigadores innatos y llegando al colegio se les quita eso porque se les enseña a seguir instrucciones, hacer tareas, repetir memorísticamente cosas, olvidando cómo pensar, cómo explorar el mundo, y es que incluso está desvalorado que el niño tenga interés por investigar las cosas.

El modelo holístico tiene que ver con fomentar la curiosidad de los(as) niños(as) para conocer y apropiarse de su mundo, no se cierre a esa maravillosa experiencia que tiene de investigar constantemente.

-Concretamente, ¿cómo se implementa el modelo holístico en la educación?

Por ejemplo, entregarle a los(as) niños(as) un mapa del entorno y buscar por qué cada calle se llama de determinada manera. Si tiene el nombre de algún personaje histórico, indagar sobre quién era. Otro ejemplo es crear un huerto y hacer un registro de él, observándolo desde que se prepara la tierra, se siembra, regarlo y hacer seguimiento de si crece o no la semilla. Durante este proceso se puede aprender de matemáticas, botánica y biología, de todo un poco.

En un colegio de Pedro Aguirre Cerda llamado República Mexicana, realicé el taller “Conociendo el mundo” donde simulamos interactuar en una agencia de viajes con niños(as) desde primero a sexto básico, divididos por edades. Eran dos cursos en cada nivel y tenían distintas labores: los(as) niños(as) más grandes debían buscar información en internet para descubrir el tipo de moneda, y todo lo que tuviera relación con un viaje.

Había una dinámica muy lúdica que finalizó con un viaje virtual a Isla de Pascua. Nos preocupamos, por ejemplo, de habilitar una sala como si fuera el avión, otra el hotel, otra el lugar de eventos del hotel. A cada niño(a) se le entregó un boleto para viajar, y fueron recibidos por un(a) asistente de vuelo, entre otras actividades. Este es un claro ejemplo del modelo holístico. Fue una experiencia hermosa.

-Entonces, ¿se pueden aprender habilidades de lectoescritura a través de técnicas distintas a las enseñadas en el colegio?

Exacto. De hecho, estoy en contra del sistema educativo actual en Chile. Si estoy en Perú –en estos momentos– es por lo mismo, ya que siento que los colegios inhiben que los(as) niños(as) desarrollen sus capacidades con plenitud, siendo que ellos(as) son quienes tienen las respuestas más creativas. Además, siempre están pensando en sociedad y no de manera individual.

-¿Por qué decidiste trabajar de voluntaria en América Solidaria y embarcarte a Perú?

Sentía que quería viajar y postulé a América Solidaria en octubre del año pasado y en enero supe que quedé. En la tercera entrevista, me propusieron que por mi trabajar en Colombia o Perú, y escogí este último país. Quedé encantada con el proyecto porque era social, totalmente fuera de la educación formal. Son un conjunto de ludotecas donde se trabajan con niños(as) de 6 a 12 años, pero también llegan niños(as) de tres años, incluso hay niños(as) de 15 años que aún no se quieren ir. Se trabaja desde la creatividad, desde el juego libre, algunos juegos enfocados en el arte, las manualidades o recreación. La preocupación central es que los(as) niños(as) sean niños(as).

Yo me encuentro en un barrio de Perú llamado El Agustino, uno de los lugares más vulnerables de Lima, donde, en general, las propias familias construyeron parte de sus casas. Mi labor es asesoría o acompañamiento pedagógico en las seis ludotecas contempladas en el proyecto, o también llamadas “casitas”. Me toca pasar cinco semanas en cada casita y apoyar la labor de los(as) educadores(as), y mi estancia dura hasta marzo de 2016.

-¿Cómo ha sido trabajar en un contexto socio-cultural distinto, como es el peruano, en educación parvularia?

Desde que egresé de la Universidad, he trabajado principalmente en entornos vulnerables. Para mí lo que es nuevo en estos momentos es trabajar en la educación no formal, donde me he percatado que realmente se pueden hacer cambios, para demostrarles a los(as) niños(as) un mundo diferente donde ellos(as) puedan ser protagonistas. Las comunidades educativas están tan absortas en cumplir con un currículum que -al final- no se dan cuenta que lo esencial es que los(as) niños(as) quieran aprender, estén a gusto y tengan ganas de investigar.