Ingrid Calvo, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo:

"Correctamente utilizado, el color puede ser funcional para que tengamos una mejor experiencia de ciudad"

"El color puede ayudar a una mejor experiencia de ciudad"
Ingrid Calvo, académica del Departamento de Diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Ingrid Calvo, académica del Departamento de Diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Entre el 18 y el 22 de octubre se desarrollará en Chile el Congreso Mundial del Color.
Entre el 18 y el 22 de octubre se desarrollará en Chile el Congreso Mundial del Color.
"El color se considera como una de las herramientas a la hora de proyectar la ciudad y la gracia del congreso es poder avanzar hacia allá", planteó la académica.
"El color se considera como una de las herramientas a la hora de proyectar la ciudad y la gracia del congreso es poder avanzar hacia allá", planteó la académica.

La ciudad de Santiago está asociada generalmente a lo gris del cemento, de sus edificios y del smog que cada invierno genera estragos en la salud de las personas. Pero, ¿cómo sería la capital si en sus edificaciones se incorporara planificadamente el color como un elemento más que decorativo? Esta es una de las preguntas que busca instalar el Congreso Mundial de Color AIC2016, que se realizará en Chile por primera vez gracias al trabajo del Departamento de Diseño de la Facultad de Arquitectura (FAU), la Asociación Chilena de Color y la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“Color en la Vida Urbana: Imágenes, Objetos y Espacios”, es el título de esta cita que desde el año 1969 se realiza en diferentes puntos del planeta. En esta oportunidad, Chile será sede de este encuentro que busca “instalar la reflexión de la temática del color en nuestro país, sobre todo desde el diseño, la arquitectura y el arte”, como explicó Ingrid Calvo, académica de la FAU y parte de la organización del evento, en el que participarán destacados académicos, entre ellos, Louisa Hutton, académica de la Royal Academy of Arts y profesora visitante en la Harvard Graduate School of Design; Verena M. Schindler, historiadora del arte y la arquitectura, vinculada al Atelier Cler Etudes Chromatiques de París; y Natacha Le Duff, mediadora cultural de la ciudad de Berlín y del Museo de la RDA e Impulsora del Museum of Colours.

¿Se podría definir qué color tiene Chile?

No existe algo así como una percepción de lo que es el color chileno propiamente tal, pero si preguntamos de qué color es tu país o de qué color es tu entorno, la gente que vive en las grandes ciudades siempre va a tender a decir que la ciudad es gris. A pesar de eso, la percepción varía mucho porque la gente que vive en el sur percibe que sus entornos son mucho más verdes, que están mucho más relacionados con los colores de la naturaleza. Lo mismo va a pasar con las personas que viven en el norte, que tienen otra relación con las tonalidades de ocre y de café.

Ahora, lo interesante es que si uno observa con atención se da cuenta que la ciudad tiene mucho más matices que sólo ser percibida como una ciudad gris, por ello lo que quiere hacer este congreso es incitar a la observación del entorno con otros ojos.

¿Cómo es que el color de la ciudad nos influye en la vida cotidiana?

El color tiene un impacto más allá de lo que generalmente se piensa. Desde lo individual, dependiendo de la manera en que se sienten un día, las personas deciden ciertos colores para su vestuario, y muchas veces nos sorprendemos de que si estamos de mejor ánimo, a lo mejor hemos seleccionado colores más saturados para vestirnos, a diferencia de lo que pasa cuando queremos ser más formales o cuando estamos con otro ánimo.

Desde esa dimensión más personal también podemos saltarnos a la más macro, donde es posible encontrarnos con que los entornos que son percibidos como amables o agradables, generalmente son aquellos que escapan de los colores acromáticos o de las tonalidades de grises.

Cuando se ha trabajado intencionalmente un lugar desde lo que es el entorno natural o desde la correcta aplicación de los colores, se tienden a percibir de manera mucho más positiva.  

También el color se ha ocupado muchas veces en temas de accesibilidad, por ejemplo ahora se están señalando las ciclovías con tonos azules en el piso, dando cuenta que el color puede ser un elemento de carácter más estético, pero también puede ser un elemento que correctamente puesto puede ser funcional para que tengamos una mejor experiencia de nuestra ciudad.

Considerando todos estos aportes, ¿cuál sería el llamado a quienes piensan la ciudad?

El llamado es -y eso es a lo que contribuye este congreso- a conocerlo, a no tenerle miedo porque el color, a tratar de considerarlo, a atreverse un poco, a conocer también cómo se utiliza, cómo se combina, cómo podemos hacerlo funcional, cómo podemos hacer que potencie nuestra experiencia estética, y que nos salgamos de esta percepción de que los chilenos somos tan grises o tan convencionales para ocupar el color.

Creo que en el tema de la planificación urbana se ha dado así porque nuestras ciudades traen un poco la tradición del modernismo de la arquitectura donde también está asociado el minimalismo con los materiales a la vista que lo que hacen es justamente evitar el uso de los colores intensos. A pesar de eso, la tendencia mundial es ocupar el color de manera mucho más intensa, tratando que sea un aporte realmente para el entorno y no quedarnos en ese miedo o esa sensación de ser reacios al color que muchas veces se da en la arquitectura y en el urbanismo nacional.

Y a nivel regional, ¿se puede hablar de ciudades que sí tienen color?

En general se da mucho que los países que están cerca de climas más tropicales tienen otra relación con su flora, con su fauna y deciden tomar los colores de esos entornos y aplicarlos a sus ciudades.

Si uno se da una vuelta por las ciudades y pueblos más tradicionales de México, se encuentra con millones de colores en las fachadas y ningún pudor con su utilización ya que no por eso implica que la ciudad se vuelva caótica, todo lo contrario.

En ese sentido, varias ciudades de Perú, de Bolivia, cercanas a los altiplanos, también en algunas parte del norte de Chile suelen tener una identidad crómatica, cuando hay una tradición donde los antiguos habitantes de esas regiones se ha relacionado muy bien con su entorno natural.

Cuando las ciudades como Santiago tienen una pérdida de la identidad, porque tienen muchísimas influencias distintas, o bien los ciudadanos no se sienten como parte de una identidad, generalmente es cuando se vuelven más caótica la combinaciones de color, como por ejemplo, cuando el edificio de al lado no toma para nada lo que hizo el del otro lado y se empieza a desordenar.

Hay ciudades en México, en Perú, en Colombia que tienen un plan cromático para trabajar el tema del color. También obviamente hay muchos casos de orden cromático en Francia, Italia, en otras zonas de Europa donde lo que se hace es justamente considerar el color en la parte proyectual de la ciudad, proyectar la ciudad a partir del color como uno de los elementos fundamentales para la apreciación del entorno. Acá en Chile son pocos los lugares que tienen ese orden o esa planificación donde el color se considera como una de las herramientas a la hora de proyectar la ciudad y un poco la gracia del congreso es poder avanzar hacia allá.