DART, Diagnóstico Automatizado de Retinografías Telemáticas

Universidad de Chile tras software de implementación nacional para triplicar la detección de la retinopatía diabética

U. de Chile tras software para detectar retinopatía diabética
El doctor Rodrigo Donoso en el examen de fondo de ojo junto a la tecnóloga médica Angélica Cárdenas.
El doctor Rodrigo Donoso en el examen de fondo de ojo junto a la tecnóloga médica Angélica Cárdenas.

“Estimaciones mundiales señalan que más del 10% de la población padece diabetes tipo 1 y 2. En Chile, según la última encuesta de salud 2016-17 superaría el 12% de la población, de los cuales la quinta parte padece de retinopatía diabética con riesgo de disminución visual y ceguera. Siendo la única forma de prevenirla hacer un screening anual, ¿se imagina hacer el examen de fondo de ojo cada año a 1.700.000 personas? No existe país que tenga esa capacidad de profesionales médicos para alcanzar esa meta”, explica el doctor Donoso. Pero, ¿y si un programa computacional fuera capaz de analizar una imagen digital y detectar las alteraciones vinculadas a esa patología ocular?

Esa fue la pregunta que este especialista hizo hace siete años al profesor Mariano Pola, profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Unos meses después, respondió que sí se podía. Así, su estudiante José Tomás Arenas realizó el 2011 su proyecto de tesis de doble titulación en Ingeniería Civil Eléctrica e Industrial titulada “Diseño y desarrollo de un sistema para la detección automática de retinopatía diabética en imágenes digitales”.

“La retinografía como examen válido para el screening de la retinopatía diabética se estableció a nivel mundial desde el 2003 luego de haber sido creada y validada en el Reino Unido. En Chile se empezó a utilizar en las Unidades de Atención Primaria Oftalmológica, UAPO, en el año 2013”, explica el doctor Donoso. La retinografía es una foto del fondo del ojo, examen que permite visualizar en detalle los elementos del polo posterior del globo ocular como son la retina, el nervio óptico y los vasos sanguíneos. “Y como la fotografía digital se basa en pixeles, es más simple distinguir y trabajar computacionalmente las alteraciones propias de esta enfermedad, como son unos puntos blancos que indican exudados, y otros rojos que podrían ser hemorragias o microaneurismas. La idea era que el software, mediante inteligencia artificial, automatice y aprenda a reconocer la presencia de estos signos en la retinografía, no que haga el diagnóstico: que diga cuáles son las imágenes que tienen alteraciones”.

Amplia validación multicéntrica

Una vez que estuvo listo un primer prototipo, lo probaron en el CRS Cordillera Peñalolén, donde el doctor Donoso hace parte de su labor docente y asistencial. Luego la presentaron al Ministerio de Salud, cartera que les solicitó validar esta nueva herramienta en base a los criterios que estableciera un panel de expertos compuesto por miembros de la Sociedad Chilena de Oftalmología y, para ello, postularon durante el 2015 al programa Impacta Salud, concurso abierto de innovación pública del Gobierno de Chile que en su primera versión fue llevado adelante por el Minsal, la Municipalidad de Recoleta y el Laboratorio de Gobierno, cuyo objetivo es apoyar con recursos y talleres proyectos y sus creaciones, con ayuda de especialistas públicos y privados. Finalmente, fue una de las cuatro iniciativas ganadoras, por lo que obtuvo los fondos para hacer un plan piloto “que fue multicéntrico, con pacientes de distintas UAPO de las comunas de Peñalolén, Recoleta, Ñuñoa y Concepción. Reunimos imágenes de más 1200 pacientes, que se compararon con la revisión independiente de académicos de todo el Departamento de Oftalmología de la Facultad de Medicina, con lo que pudimos demostrar que este nuevo software ofrece un 95% de sensibilidad –es decir, hace un screening que tiene ese porcentaje de probabilidad de clasificar correctamente a un individuo enfermo o de detectar los casos positivos, cuando el estándar habitual es del 80%- y un 76% de especificidad; o sea, la capacidad de pesquisar correctamente todos los casos negativos o sanos. Esos resultados son comparables o mejores que los obtenidos por investigaciones internacionales acerca de otros software desarrollados en el extranjero; de hecho, el único validado por la FDA de Estados Unidos, en abril de este año, se validó sólo en 900 casos y alcanzó una sensibilidad del 87%. O sea, nuestras cifras constatan que es válido para implementarlo en el sistema público como examen de retinopatía diabética y por eso es que el Minsal lo incorporó como política nacional”.

Hoy, el software DART –Diagnóstico Automatizado de Retinografías Telemáticas- está siendo implementado en forma pionera para su uso a nivel nacional, ofreciendo la capacidad de analizar cientos de miles de retinografías en horas, liberando a gran cantidad de oftalmólogos de examinar al 80% de individuos sanos, para ocupar este recurso en el 20% de diabéticos con su retina enferma y en riesgo de disminuir su visión o de llegar a la ceguera. “Y el equipo de ingenieros tras este desarrollo, todos profesionales de la Universidad de Chile, sigue trabajando en incorporarle avances en cuanto a inteligencia artificial y en capacitar a equipos de salud a través del país respecto de su uso”, finaliza el doctor Donoso.